lunes, 20 de octubre de 2008

Camino de Vientiane

Creo que ya he mencionado anteriormente, que a la hora de desplazarse en Laos no hay que tener demasiada prisa ya que ni los autobuses parten a su hora, ni las carreteras están en buen estado, se conduce despacito, y al menos esto te permite disfrutar del paisaje. La carretera que parte de Luang Prabang y que nos conduce hasta Vang Vieng es una espectacular carretera de montaña con continuas subidas y descensos prácticamente hasta llegar a Kasi; desde aquí el paisaje de montañas kársticas que van bordeando el río hacen que la llegada a Vang Vieng sea de una belleza singular.

La ciudad, asentada junto al río Nam Song en un terreno kárstico asombrosamente bello, produce reacciones y opiniones muy distintas. Para mi es una ciudad anodina, que no tiene nada de particular, pero los alrededores invitan a realizar excursiones sobre todo para los amantes de la espeleología, ya que dispone de cientos de cavernas y túneles algunas de ellas sin explorar. Además esta zona es frecuentada por mucho mochilero interesados en practicar un nuevo deporte denominado “tubing” que consiste en dejarse llevar por la corriente del río subido en una rueda de tractor. Lo mejor, es alquilar una bicicleta y perderse por sus caminos y visitar alguna cueva. Yo os recomiendo la de “Tham Phu Kham” considerada sagrada por los laosianos y que alberga en su interior una laguna de aguas de color azul verdoso y en la que nos podemos dar un chapuzón. Pero ¡ojito! para los que tengais vértigo, ya que hay unos 200 metros de ascensión por un tramo de montaña bastante empinado; y lo peor no es subir, sino tener que bajar.

También hay que tener mucho cuidado cuando se va a comer con la palabra “happy” que todos sabemos que significa feliz y que aquí ha tomado un sentido diferente. En los bares y restaurantes de esta ciudad, este término antepuesto a cualquier cosa que pidamos – batidos, pizzas – significa que nos pueden añadir marihuana u otras sustancias en la cantidad que mejor le parezca a quien lo prepara.
En cualquiera de los casos, creo que merece la pena pasar uno o dos días de relax de camino hacia Vientiane.

Desde aquí y hasta la capital la carretera es llana, aunque no por ello desciende el número de baches. La llegada a Vientiane situada en un meandro del Mekong no impresiona a nadie aunque aún subsisten algunos edificios de la época colonial francesa; yo diría que hay que pasar por ella, pues sin ser una ciudad demasiado llamativa si que nos da para pasar un par de días y además yo creo que tiene algunos monumentos que merece la pena visitar.

Vientiane es una ciudad que esta en pleno proceso de cambio. Vientiane significa “ciudad de sándalo” y su verdadera pronunciación en lao es Viang Chan ( viang significa “ciudad” o “lugar amurallado” y chan “sándalo”. A pesar de ser la capital de Laos, es una ciudad tranquila, sin demasiado tráfico que te permite recorrer los lugares más interesantes andando. Creo que merece la pena visitar el “Pha That Luang” el monumento maá importante de Laos, símbolo de la religión budista y de la soberanía nacional a la vez.
El “Wat Si Saket construido por Chao Anou y que alberga mas de 7000 budas. Para mí uno de los lugares más bonitos y tranquilos de Vientiane.
Wat Si Muang , el edificio religioso mas frecuentado de la ciudad donde se halla el “lak meuang (pilar de la ciudad) y donde se cree que mora el espíritu guardián de Vientiane.
Haw Pha Kaeo impresionante por su tamaño.
Patuxai que con mucha imaginación recuerda al arco del triunfo en Paris ( ya contaré la historia de la construcción de este monumento).
That Dam stupa apodada “la negra” y que dicen que es la morada de un dragón dormido de siete cabezas.
En la próxima entrega llegaremos al remoto anchipiélago de las 4000 islas ya en la frontera con Camboya.

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