El huipil, además de ser un traje hermoso está lleno de significado; en él, está reflejado el fenómeno de la naturaleza, el sol, los puntos cardinales, los animales y otros muchos elementos culturales que forman parte de su diseño. Además todos los huipiles, reflejan el estilo propio del artista que lo tejió, e inclusive del pueblo donde está hecho; por tanto, no existen dos iguales y cada pueblo tiene su manera de elaborarlos. Es fácil identificar a través del huipil la región de la que se procede, pues los huipiles son como banderas andantes. Estas prendas, son caras para quien las viste y por ello se eligen con sumo cuidado; suelen durar entre veinte y treinta años y es normal que en el fondo de armario se tengan dos huipiles, uno para usar a diario y el otro para ocasiones especiales.
Las prendas esenciales que componen estos trajes son: “el tocoyal”, que sirve para cubrir la cabeza y que utilizan las mujeres; son bonitas bandas de tela que miden varios metros con llamativos dibujos y engalanadas con pompones, borlas o adornos de plata; “el huipil” propiamente dicho, es una blusa blanca que se teje en un telar artesanal y que se adorna con encajes y bordados con motivos propios del pueblo tejedor. Yo tuve la oportunidad de presenciar en Santiago de Atitlán como una señora muy mayor trabajaba elaborando esta prenda en el patio de su casa y al mismo tiempo como enseñaba a su nieta pequeña. Los “cortes o refajos” - faldas - son piezas de tela que se enrollan alrededor del cuerpo y que antes diferenciaban el estado de las mujeres en función de por donde se enrollaban. Las “fajas” utilizadas tanto por hombres, como por mujeres y que sirven a modo de cinturón. Los “tzutes” (para ellos) o “kaperraj” (para ellas) son prendas utilizadas por los indígenas para cubrirse la cabeza, llevar al bebé a cuestas, guardas cosas o tapar cestas. Para finalizar, y antes de la conquista española, sólo los hombres tenían derecho a llevar unas sandalias de tiras de piel llamadas “caites”, y aunque en el altiplano todavía resulta posible ver algunas mujeres y niños descalzos, lo habitual es verlos con zapatos modernos.
También me gustaría apuntar que es importante mantener las tradiciones y en el caso que nos ocupa os digo que si las mujeres mantienen viva esta tradición de vestir, no sucede lo mismo con los hombres que prefieren vestir más a la manera occidental. En la actualidad en Guatemala 10 comunidades mantienen el uso del traje indígena para diario, aunque sólo en Todos los Santos Cuchumatán y San Juan Atitlan el uso es mayoritario.
Santos, tienes razón. Si no sigues leyendo el artículo, da lugar a pensar que se trata de una tribu. Da gusto leer unas palabras que traten de la tradición, de que no están perdidas todas las viejas costumbres que hacen diferente un pueblo.
ResponderEliminarOjalá algún día pueda comprobarlo y contarte yo a ti mi propia experiencia. Gracias
Rodaballo