jueves, 12 de febrero de 2009

Botargas y Mascaritas en Almiruete. Guadalajara

A 55 kilómetros de Guadalajara y a 110 de Madrid se encuentra esta pequeña aldea de Almiruete que durante el frío invierno no llega a los 50 habitantes pero que cuando llega el sábado de carnaval se llena de gente dispuesta a disfrutar de una celebración que los vecinos conservaron relacionándola con su forma de vida. Esta fiesta fue prohibida entre los años 1963 y 1985 y el motivo era que la gente no podía salir enmascarada, y todavía los mayores recuerdan la somanta de palos que recibieron de la guardia civil por salir con las máscaras. Los protagonistas de estos carnavales son “LOS BOTARGAS Y MASCARITAS”.Los botargas llevan cubierta la cara con una careta figurativa hecha de cartón, cuero o madera, coloreada con motivos vegetales y con apariencia de animales, duendes o diablos. Cada año se elaboran caretas nuevas. Van vestidos con un gorro alto en forma de mitra blanca con adornos, camisa y calzón blanco también con adornos predominando los colores rojo y verde; en el pecho y la espalda llevan cruzada una faja negra y encordados en la misma cintura y abrochados a la espalda una sarta de cencerros cuya misión será la de espantar a los espíritus. Calzan abarcas, llevan una garrota en la mano (que es la representación del pastor) y se protegen las piernas con polainas negras; el grupo va dirigido por el alcalde de los mozos. Las otras protagonistas de la fiestas son “Las Mascaritas” que por su elegante y delicada indumentaria contrastan vivamente con la agreste apariencia de los botargas. También llevan sobre su cabeza un sombrero de campo de amplio vuelo cubierto de tela blanca y adornado con flores; los trajes de color blanco, falda blanca con volantes trabajados y bordados a mano, delantal con remates de puntilla , un amplio mantón de vivos colores por los hombros y guantes, medias y zapatillas blancas.

Hasta aquí he hablado de las vestimentas, ¿pero cuándo empieza el carnaval?, pues el carnaval comienza a las 16 horas del sábado, cuando tras el toque del cuerno, aparecen los botargas que previamente se han vestido en un lugar secreto bajando por alguno de los cerros que rodean el pueblo y haciendo sonar los cencerros acompasadamente; poco antes de llegar al pueblo se colocan las caretas que cada uno se ha confeccionado y comienzan a desfilar en fila de a uno o por pares por las calles del pueblo dando a los asistentes algún susto o remojón en las fuentes del pueblo. Tras dar dos o tres vueltas a la plaza, los botargas reanudan su recorrido por las calles para recoger a las mascaritas que les esperan en una casa que sólo ellos conocen. En ese momento cada mascarita se empareja con un botarga y reanudan el desfile con las caras ocultas tras sus máscaras.
En la última vuelta al pueblo, las mascaritas recogen confeti y los botargas los juncos con la pelusa que, al llegar a la plaza, arrojarán a los asistentes como símbolo de fertilidad. Botargas y mascaritas se quitan las caretas que ya no volverán a utilizar , cambian el gorro blanco por el sombrero negro y llenan el botillo de vino que ofrecen a los asistentes. Estos pueden robarles el botillo y salir corriendo hasta que los botargas les atrapen y con las mismas deberán acudir a la taberna para invitar a una ronda.

Mientras en la plaza al son de la dulzaina y el tamboril hay bailes populares a la vez que aparecen otros personajes característicos del carnaval de Almiruete, como la vaquilla, los mamarrachos y el oso con su domador.

Al caer la noche botargas y mascaritas piden el somarro por las casas del pueblo que consiste normalmente en comida que después degustarán en una cena privada y en lugar desconocido.

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