Ahora que llega ya el buen tiempo y está próxima la Semana Santa, es hora de salir y recorrer esos lugares que tenemos pendientes en nuestra agenda y que vamos posponiendo sine die. Yo he aprovechado este puente de San José para desplazarme y visitar el tercio septentrional de la provincia de Burgos y más concretamente la comarca de Las Merindades. La verdad es que ha sido todo un descubrimiento pues dentro de este espacio se alterna una inagotable sucesión de valles, montañas, ríos, senderos, cuevas, cascadas, desfiladeros, además de pueblecitos con unas preciosas iglesias románicas, eremitorios, castillos, torres fortaleza, palacios y tremendas casonas de piedra.
En esta época que nos toca vivir de problemas, estrés, prisas y agobios esta comarca, es el lugar ideal para olvidarse de la agitada vida urbana y dejarse llevar por el rumor del agua y del viento, recorriendo sus senderos y alojándose en la multitud de posadas rurales que existen en esta comarca.
Las Merindades se encuentran a escasas tres horas y media de Madrid por la N-I y lo ideal si tenemos algunos días es buscar un alojamiento y planificar las rutas desde ese punto. Yo os voy a dar algunas ideas de las muchas rutas y marchas que se pueden realizar, pero el recorrido admite multitud de paradas y todas ellas muy interesantes, pues cada pueblo tiene algún lugar que merece la pena visitar. Mi base de operaciones la establecí en Quintanilla del Rebollar en El Prado Mayor; se trata de un alojamiento ubicado en una antigua casona de labranza rehabilitada, en un entorno privilegiado, con una tranquilidad absoluta, que cuenta con ocho habitaciones, comedor, gran salón con chimenea, biblioteca, jardín , huerto ecológico y que está magníficamente dirigida por Olga que es una persona entusiasta y alegre, que te dará todo tipo de explicaciones sobre las excursiones a realizar y te hará sentir como si te encontraras en tu propia casa.
Una vez que llegas a Burgos capital, puedes tomar dirección Santander y al llegar a la localidad de Sotopalacios coger la CL-629 hacia Villarcayo; es una carretera en muy buen estado, bien asfaltada y que nos conduce hasta el puerto de la Mazorra; desde aquí ya podemos observar las magníficas vistas de la Sierra de la Tesla y sus farallones rocosos al fondo, con el río Ebro siempre presente. La primera parada obligada es Valdenoceda para visitar su iglesia románica de San Miguel y la torre gótica de los Velasco; si continuamos hacia Villarcayo nos encontraremos con el desfiladero de Los Hocinos, en donde la carretera serpentea al ritmo que marca el río y donde podemos ir observando su rica vegetación (encinas, hayas, tilos, bog) aquí podemos hacer una paradita nada más cruzar el puente sobre el río Ebro para poder ver el puente romano desde su orilla, hacer fotografías de este impresionante desfiladero e inclusive hacer una marcha paralela al río que parte del lugar en donde se encuentra la barbacoa. Más adelante y nada más pasar las canteras nos desviamos a la derecha para acercarnos a Bisjueces y rastrear en el pasado de dos de las figuras más legendarias de la primitiva Castilla; me refiero a Laín Calvo y Nuño Rasura que impartían la “fazaña” una justicia basada en leyes orales y que podemos ver representados en la fachada renacentista de su iglesia. Desde Villarcayo por la BU-561 y siguiendo el curso del río Nela , pararemos en Escanduso para contemplar la iglesia de San Andrés casi engullida por la carretera, de la que dicen que es uno de los templos románicos más pequeños del mundo; a continuación llegamos a Escaño y vemos su iglesia de San Salvador que data del año 1088 y que conserva un ábside de esta época. Desde aquí por una nueva carretera podemos acercarnos hasta Salazar para ver las llamadas torres de los Salazar de los siglos XVI y XVII. El siguiente punto obligatorio de parada es Puentedey en donde se localiza uno de los fenómenos de la naturaleza más espectaculares de la provincia; se trata de un gran puente excavado por el río Nela en su roca caliza; en lo alto se encuentra el pueblo con restos románicos y una casa fuerte perteneciente a los Velasco. Pasear por la orilla del río y subir a lo alto del pueblo es una buena manera de estirar las piernas y disfrutar de un entorno espectacular. Esta fue mi ruta del primer día partiendo desde Madrid por la mañana para llegar a dormir a El Prado Mayor en Quintanilla del Rebollar.
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