jueves, 12 de marzo de 2009

Nukus y el Mar Aral

Nukus es la capital del Karakalpakstan, ciudad poco atractiva en todos los aspectos, fuera de los circuitos turísticos, pero que cuenta con el Museo de Bellas Artes bautizado como Igor Savitsky (el nombre de su fundador) más importante de Ouzbekistán. Este museo posee una colección única de cuadros de la vanguardia soviética rescatados por I.Savitski que a pesar del riesgo de ser denunciado por anticomunista y de ser deportado a Siberia, salvó más de 90.000 cuadros de artistas perseguidos durante el periodo estalinista y que se encuentran en los archivos de este museo. Cuando llegó la perestroika en 1988 se pudo realizar una primera exposición en el museo ruso de San Petesburgo; aquí se pudieron ver obras de Robert Falk, Lyssenko, L.Popova, A.Volkov y de Sokolov después de los años pasados en un gulag.. El nuevo edificio del museo(abarca una manzana completa), ha tardado mas de 20 años en ver la luz gracias al empeño de Marinita Babnazarova aunque hay que concienciarse que sólo el 3% de sus fondos están expuestos en la actualidad. Solamente este museo, justifica la visita a Nukus. Yo tuve la fatalidad de no poder visitarlo, pues justo el día de mi estancia había una delegación del gobierno uzbeco y estaba cerrado al público.

En cualquiera de los casos, este será el punto de partida para la excursión al mar Aral. Evidentemente al no estar dentro del circuito turístico las infraestructuras no son buenas y de los tres hoteles que hay, nosotros estuvimos en el menos malo y con algún problema con la policía que se presentó en la recepción no sabemos para qué; aprovecho esta ocasión para deciros que lo peor de este país es la policía que te para continuamente en la carretera para pedirte los pasaportes, aunque los vehículos con turistas van identificados y lo único que quieren es dinero. Además a mi regreso a España y en la aduana del aeropuerto me robaron mi disco duro con la mayoría de las fotos realizadas durante mi estancia. Todas las fotos que aparezcan en las entradas de Uzbekistán y en la galería de fotos fueron realizadas por mis buenos amigos Lorenzo y Elisa y gracias a ellos podré documentar este interesante viaje.

Por la mañana ya estaba esperándonos a la puerta del hotel nuestro conductor de nombre Kudrac, amable, discreto y que iba a compartir con nosotros el resto del itinerario. De camino hacia Moinaq, hicimos una parada en el mercado de Conquirat que resultó de lo más agradable y divertido, pues este fue nuestro primer contacto con la gente y al ser una zona poco visitada, a ellos también les llamaba mucho la atención nuestra presencia. A partir de aquí la zona es bastante inhóspita, y el desierto salpicado de arbustos resecos y conchas marinas se alterna con terrenos blancos debido al mucho salitre y con los ríos todavía helados por el duro invierno pasado. Moinaq, es una ciudad deprimida, cuya principal atracción es el cementerio de barcos; desperdigados sobre la arena y desde un mirador se pueden ver las barcazas que un día navegaron por el mar Aral y hoy son cadáveres de chatarra y símbolos de la tragedia de este mar que llegó a ser la cuarta superficie de agua más grande del mundo; aunque por estos lugares aún recuerdan cuando era el puerto más próspero del mar Aral con una industria pesquera que daba trabajo a 10000 personas; pero a partir de los años sesenta el mar comenzó a alejarse, en el 79 cesó la navegación y en el 84 comenzó a desmantelarse la industria pesquera. Y esto ¿por qué? Pues todo esto ha sido debido a que los dos ríos, el Amu Daria y el Sir Daria que abastecían de agua al Aral, los han ido desviando hacia las plantaciones de algodón, pues su presidente se ha empeñado en que Uzbekistán sea el primer productor del mundo de esta materia, aún a costa de ocasionar este desastre ecológico. En la actualidad, el volumen de agua se ha reducido dos tercios y la superficie casi a la mitad y los expertos calculan que en el año 2020 habrá desaparecido si no se pone remedio. La sensación que te queda, después de haber paseado entre los barcos, cuando te subes en el coche para regresar a Nukus y reflexionas es la gran capacidad que tiene el género humano para cargarse el planeta. En la actualidad son varias las compañías petrolíferas que están haciendo prospecciones en Aral en busca de petróleo y gas lo que sería un mal menor y daría un impulso a la deprimida república autónoma de Karakalpakstán lindante con el Aral y dependiente de Uzbekistán. De regreso a la ciudad, paseamos por el mercadillo hasta que se hizo de noche y comenzó una nueva aventura para encontrar un lugar donde cenar ya que la ciudad estaba prácticamente desierta y no había a quién preguntar, aunque al final lo conseguimos.

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