K. Nasrudin, es un personaje mítico de la tradición popular sufí, una especie de antihéroe del islam y sus historias sirven para ilustrar o introducir las enseñanzas sufíes. Nasr-ed-Din significa “victoria de la fe” y Hodja, “el maestro” o “el profesor”. Nasrudín es un mulá (maestro) que protagoniza una larga serie de historias y aventuras representando distintos personajes (juez, sabio, padre, comerciante, agricultor, etc) y cada una de estas historias hace reflexionar a quien la lee o la escucha, además suelen ser humorísticas, con contrasentidos y aparentes absurdos. Sus enseñanzas van desde la explicación de fenómenos naturales y científicos a la ilustración de asuntos morales. Este personaje es considerado como un Don Quijote islámico porque acostumbra a ser cuerdo en su locura y abarca todo el ingenio popular de oriente, representando en muchos cuentos a imanes y jueces. Y¿por qué os cuento esta historia?, pues porque en mi visita a Bujara me llamó la atención la estatua que hay justo enfrente de la madrasa Nadir-Divanbeg, y preguntando a cualquier habitante de Bujara por este personaje, te contará la siguiente historia: Este derviche que viajaba sobre un asno era una especie de Robin de los bosques
Los cuentos de Nasrudín llegan a ser 378 aproximadamente y para que apreciéis la sensatez y la cordura de este insigne personaje, ahí van dos más:
Ninguna oreja, ningún crimen
Un día, el juez pidió a Nasrudín que le ayudara a resolver un problema legal.
¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
Córtales las orejas a todos los que escuchen sus mentiras- replicó el mulá.
Sendas diferentes
Tú eres un gran místico- le dijo uno de sus pupilos-, y sin embargo sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida en vez de seguir una única senda.
Sencillo-contestó el maestro-. Si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría, y todos nos caeríamos al océano
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