viernes, 24 de abril de 2009

Khodja Nasrudín "el maestro"

K. Nasrudin, es un personaje mítico de la tradición popular sufí, una especie de antihéroe del islam y sus historias sirven para ilustrar o introducir las enseñanzas sufíes. Nasr-ed-Din significa “victoria de la fe” y Hodja, “el maestro” o “el profesor”. Nasrudín es un mulá (maestro) que protagoniza una larga serie de historias y aventuras representando distintos personajes (juez, sabio, padre, comerciante, agricultor, etc) y cada una de estas historias hace reflexionar a quien la lee o la escucha, además suelen ser humorísticas, con contrasentidos y aparentes absurdos. Sus enseñanzas van desde la explicación de fenómenos naturales y científicos a la ilustración de asuntos morales. Este personaje es considerado como un Don Quijote islámico porque acostumbra a ser cuerdo en su locura y abarca todo el ingenio popular de oriente, representando en muchos cuentos a imanes y jueces. Y¿por qué os cuento esta historia?, pues porque en mi visita a Bujara me llamó la atención la estatua que hay justo enfrente de la madrasa Nadir-Divanbeg, y preguntando a cualquier habitante de Bujara por este personaje, te contará la siguiente historia:

Este derviche que viajaba sobre un asno era una especie de Robin de los bosques local y cuentan que un día que el emir de Bujara salía de la mezquita, dio un paso en falso y cayó a la piscina. No sabiendo nadar, pidió socorro, pero nadie le quiso ayudar. El emir, era cruel y avaro y todos se felicitaban por su desaparición. Sin embargo, el prometió la mitad de su fortuna a aquella persona que le ayudara. Al instante, todo el mundo se arrojó al agua, tratando de acercar al emir al borde, pero viendo que podían salvarle, se defendió con brazos y piernas prefiriendo ahogarse antes que desprenderse de su oro, y ordenó a todos que le dejaran morir. Entonces es cuando apareció, en el lugar en donde ahora se encuentra la estatua, K.Nasrudín montado en su asno.

Del fondo de su bolsillo sacó una pequeña pieza de cobre y gritó al emir: “Emir, esta pieza será para ti, si puedes venir a buscarla”; la avaricia del emir era tal, que comenzó a nadar al momento y ajitando brazos y piernas se acercó al borde de la piscina en donde se encontraba K.Nasrudín; salió del agua y reclamó su botín y este le arrojó la pieza de cobre y le dijo: “ahora que te he salvado, emir, tienes la palabra de ofrecerme la mitad de tu fortuna”; el emir contrariado tuvo que ejecutar el compromiso y Nasrudín repartió la fortuna a los habitantes más pobres de Bujara.
Los cuentos de Nasrudín llegan a ser 378 aproximadamente y para que apreciéis la sensatez y la cordura de este insigne personaje, ahí van dos más:

Ninguna oreja, ningún crimen

Un día, el juez pidió a Nasrudín que le ayudara a resolver un problema legal.
¿Cómo me sugerirías que castigue a un difamador?
Córtales las orejas a todos los que escuchen sus mentiras- replicó el mulá.

Sendas diferentes

Tú eres un gran místico- le dijo uno de sus pupilos-, y sin embargo sabrás por qué los hombres siguen sendas diferentes a lo largo de su vida en vez de seguir una única senda.
Sencillo-contestó el maestro-. Si todo el mundo siguiera la misma senda, todos acabaríamos en el mismo lugar; el mundo, perdido el equilibrio, se inclinaría, y todos nos caeríamos al océano

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