lunes, 27 de julio de 2009

Siguisoara

Praid es una localidad tranquila situada en un bonito entorno y muy apreciada como lugar de descanso y vacaciones ya que en sus alrededores existen multitud de balnearios; su riqueza más importante es la explotación de sus minas de sal que pueden ser visitadas por los turistas; existen dos visitas guiadas a las 8.45 y a las 12 y la entrada cuesta 20 leis; puede que sea interesante, pero nosotros hemos llegado tarde y no podemos esperar, así que seguimos la ruta prevista por la carretera 13 hasta el cruce con la 17 para llegar a Siguisoara. Es verdad, que por esta zona se ven más gitanos zíngaros - que me recuerdan mi infancia cuando iban por los pueblos con sus carromatos proyectando películas en la plaza del pueblo – y justo cuando llegamos a Balauseri comenzamos a ver a más zíngaros por la carretera, así que seguimos su rastro y nos conducen a un mercadillo; está muy animado, es el típico mercadillo en donde se vende de todo pero las coloridas faldas de las señoras y los gorros y los grandes mostachos de los hombres le dan un aspecto diferente; como no podía ser de otra manera paseamos, hablamos, gastamos bromas, y hacemos fotos y más fotos. Nuestra próxima parada es ya Siguisoara (también conocida como la pequeña Viena) que me atrevería a decir que en Rumanía es sinónimo de Drácula, pues él vivió aquí. Aparcamos en las afueras, atravesamos la plaza de Hermann Oberth muy animada, rodeada de restaurantes y cafés y dedicada a este ingeniero aeronáutico, y accedemos al casco antiguo bajo la Torre del Reloj, que es el símbolo de la ciudad; data de 1676, tiene 64 metros de altura, está rematada por cuatro torrecillas que coronan la aguja principal y posteriormente se añadió el carrillón con diversas figuras de carácter simbólico; actualmente es sede del museo de historia. A partir de aquí ya estamos dentro del casco antiguo, y aunque en estos momentos están todas las calles en obras, es un conjunto coqueto y muy manejable que conserva su espléndida ciudadela amurallada con nueve de sus catorce torres originales, estrechos callejones y pasadizos y calles jalonadas por sencillas casas de colores vivos del siglo XVI. Desde la torre del reloj si caminamos en dirección a la plaza Cetaji, podemos apreciar a la izquierda la casa, hoy convertida en restaurante, en donde vivió Vlad Dracul, a la derecha la biserica del monasterio dominico y justo al lado el edificio del ayuntamiento. En la bonita plaza Cetaji (sería genial sin coches) se encuentra la casa Hirscherhaus en el nº 10, que es más conocida como “cu cerv” por la cabeza de ciervo de madera con cuernos de tamaño natural colocada como adorno en la fachada del edificio. Si cogemos la calle Scolii nos encaminamos hacia lo alto de la colina accediendo a la misma, a través de la “Scara Scolii” una bonita escalera de madera de 177 escalones; en lo alto de la colina se encuentra la iglesia de la colina, el cementerio sajón, el liceo Haltrich y unas buenas vistas de la ciudad; la bajada podemos hacerla por la parte trasera, siguiendo el trazado de la muralla de más de 1 km de longitud y siguiendo un sendero que discurre entre casas adosadas y pequeños huertos, para poder apreciar(aunque faltan por restaurar) la torre de los Santos y la de los Hojalateros que tiene un bonita galería de madera. Perderse por sus numerosos callejones puede ser otra de las maneras de recorrer y disfrutar de esta ciudad que ganará muchos puntos cuando las obras hayan finalizado. En la parte baja de la ciudad, es recomendable pasear por la avenida 1º de diciembre para ver sus bonitos edificios de estilo renacentista y observar la ciudad desde una perspectiva diferente. Para finalizar el recorrido, podemos sentarnos en una de las terrazas que hay en la plaza de H.Oberth y disfrutar de una cerveza Ursus y un plato de pasta. Yo os puedo recomendar la pizzería Concordia. Después de la comida y de dar un paseo para disfrutar por última vez de esta bonita ciudad, cogemos el coche y nos vamos a Brasov directamente a la Pensiunea Italiana situada en la St.Lunga, 70 wwwpensiunea-italiana.ro que se encuentra a unos 10 minutos caminando al centro pero que su relación calidad-precio es aceptable(35 euros la doble). En el centro de Brasov los precios son bastante caros. Una vez instalados tenemos tiempo para la toma de contacto con la ciudad, cuyo centro neurálgico es la plaza Sfatului. En la próxima entrada os hablaré de Brasov y sus alrededores.

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