miércoles, 20 de enero de 2010
Camino de Gondar
Este trayecto de unos 180 kilómetros es muy recomendable hacerlo en coche si viajamos después de la estación de lluvias (entre septiembre y diciembre), pues yo me atrevería a decir que es espectacular. Son aproximadamente 4 horas de recorrido por una carretera asfaltada, con un campo verde intenso, y como ya viene siendo habitual en Etiopía con un trasiego de gentes que van y vienen en todas las direcciones, cargados con sus sacos al hombro que sostienen con gran destreza, sujetándolos con un palo. Nada mas salir de Bahar Dar, vamos bordeando el lago Tana por su margen izquierda fijando la atención en todo; unos roturan la tierra con una yurta de bueyes y un arado de madera, otros trillan, las mujeres hilan o cocinan inyera, y vamos de un lado al otro de la ventanilla intentando fotografiarlo todo. Nos comenta Naguse, que en esta zona está el granero de Etiopía, y que en época de lluvias, es posible recolectar hasta tres cosechas; a veces, se te rompe el corazón, cuando ves por la carretera a cuatro personas con unas parihuelas transportando a una persona moribunda. También me sorprende en esta zona el cultivo de arroz. Paramos en Werota, pues es lunes y día de mercado; lo de los mercados va a ser una constante en nuestro periplo por Etiopía y bien es verdad que hay mercados donde el turismo es habitual, pero en otros, como en este caso, no es usual ver a faranji, y esto motiva una algarabía especial. Caminamos tranquilamente, siendo observados por todo el mundo, pero disfrutando con el colorido y con la cantidad de chavales pegados a tus talones pidiendo algo, o intentando practicar inglés. El camino desde este pueblo a Gondar, lo tendremos que hacer a la inversa, el día que vayamos a Lalibela. Antes de llegar a Addis Zemen, dejamos a la izquierda el poblado de Ifat en donde se vendían los esclavos traídos del sur para trabajar en las tierras del Norte; al pasar de A.Z. comenzamos a ascender y pronto se divisa en el horizonte, una gran roca que emerge de la tierra y que aquí la llaman “el dedo de Dios”. Paramos en la carretera para tomar alguna foto, y al instante nos vemos rodeados de chavales; es conmovedor como un niño pequeño que lleva de la mano a su hermanito nos entrega unas flores amarillas que aquí llaman “la flor del MesKal”, pues el próximo 26 de septiembre se celebrará esta gran festividad de la cual os daré debida cuenta cuando lleguemos a la ciudad de Arba Minch. Después de casi cuatro horas de viaje, y de haber disfrutado del trayecto, llegamos a la ciudad de Gondar.
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