Una vez situados en el conjunto vamos a comenzar nuestro periplo a través de túneles y pasadizos, poniendo y quitando zapatos al pasar de una a otra iglesia; pero lo primero que tenemos que hacer es pasar por el moderno centro de visitantes, en donde pagaremos los 300 birr- que nos permitirán visitar todo el conjunto-, también rellenaremos un formulario con nuestros datos, al mismo tiempo que revisarán nuestras mochilas para ver si llevamos cámara de video, pues esto supone otros 75 birr. Además nos asignan un guía y un controlador de zapatos que nos seguirá durante todo el día. Una vez que hemos terminado estas gestiones, accedemos directamente a la primera de las iglesias y aunque es primera hora de la mañana, el calor ya empieza a apretar, por lo que aprovechamos la sombra para seguir las explicaciones de nuestro guía; como os decía la primera iglesia del grupo es San Salvador o Bet Medhane Alem que es la mayor del mundo esculpida en una roca y con unas dimensiones de 37X23X11; en el patio exterior hay unos grandes sepulcros vacíos y un pozo, y en el interior cruces antiguas, bastones y otros objetos religiosos; a partir de aquí nos movemos por los múltiples pasadizos interiores para pasar de unas a otras, descalzándonos continuamente y poniéndonos unos calcetines rociados previamente con repelente, por aquello de las pulgas; continuamos la ruta por Bet Maryan o Casa de Santa María (la favorita del rey Lalibela) en la que hay una pila bautismal a la que se atribuyen propiedades curativas, después pasamos a Bet Dhanagel y Bet Meskel excavadas totalmente en la roca y terminaremos el recorrido en Bet Mikael y Bet Golgotá; la primera es una iglesia semimonolitica, que consta de tres naves separadas con capiteles decorados con cruces griegas y desde esta se accede a la segunda que es la única donde no está permitida la entrada a mujeres; quizás sea esta, la más misteriosa de todas y en su interior pueden verse las esculturas de siete santos a tamaño natural. Aquí termina la visita de este grupo de iglesias, y antes de desplazarnos a San Jorge si que me gustaría decir dos cosas: la primera, que la UNESCO no ha estado demasiado acertada a la hora de preservar la integridad de esta maravilla, pues ha puesto unas cubiertas bastante horrorosas que desmejoran mucho estas iglesias y la segunda es que la mayoría de los sacerdotes se ponen unas horribles gafas de sol cuando les haces las fotos –con flash o sin el- que en realidad se parecen a Steve Gonder. También es llamativo observar en los patios, las cuevas excavadas en la roca que utilizaban los anacoretas, y que en alguna de ellas todavía se puede ver los restos de algún esqueleto.
miércoles, 17 de febrero de 2010
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