Al fondo el árbol de mango |
Arrepentida por este suceso, Parvati aceptó la orden y comenzó a hacer penitencia con la firme intención de conseguir su perdón; para ello hizo un “lingam de tierra” como una representación de su esposo, y comenzó a adorarlo meditando bajo un árbol de mango.
Con el tiempo, Shiva deseaba perdonarla pero no sin antes obligarla a pasar un duro examen, y para ello hizo surgir una fuerte tormenta en la zona, por lo que el río cercano se desbordó y la fuerza de la riada se llevaba todo lo que encontraba a su paso; Parvati, despreocupándose de su seguridad personal, se agarró con fuerza al “lingam de tierra” para que la corriente no lo dañara; conmovido por la reacción de Parvati, se desplazó al lugar y el reencuentro fue de una gran alegría para ambos. Este es el “lingam” que actualmente se encuentra en el corazón del templo.
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