jueves, 19 de febrero de 2009

La ceremonia del Baci.Laos

En mi último viaje a Laos, me llamo poderosamente la atención observar a algunas personas – tanto laosianos como extranjeros- que llevaban atados alrededor de sus muñecas hilos de diferentes colores. No pude por menos, que preguntar a que eran debidas esas ataduras y rápidamente obtuve la respuesta: se trataba de la “ceremonia del baci”.

Este ritual laosiano por excelencia consiste en anudar a las muñecas de los invitados cuerdas de colores mediante las cuales estos son unidos a los espíritus guardianes. Los laosianos prefieren llamarlo “su khwan” que significa “ la llamada del alma”.

Esta ceremonia va asociada a la celebración de un acontecimiento especial, ya sea un matrimonio, el regreso de un familiar, una bienvenida, un nacimiento, o uno de los festivales anuales. Es habitual dar un “baci” a una madre después de haberse recuperado del parto, o a un funcionario pues de esta manera será más honrado, o a unos monjes novicios antes de entrar en un monasterio.

Este ritual puede efectuarse cualquier día de la semana, preferiblemente antes del mediodía o antes del atardecer. Durante la ceremonia, los asistentes se sientan en torno a un cono formado por hojas de bananero (Pha khwan), flores y frutos de los que cuelgan cuerdas de algodón. Uno de los ancianos de la aldea, invita a los khwan errantes mientras recita un mantra budista, durante el cual él y los invitados se inclinan para tocar el pha khwan. Cuando termina la invocación los lugareños arrancan las cuerdas y las atan a las muñecas de los visitantes. A partir de este momento todo es alegría y los aldeanos pululan en torno a los huéspedes para enrollarles las cuerdas en las muñecas. Suelen enrollar la cuerda tres veces hacia fuera, mientras repiten “fuera lo malo, fuera lo malo” o algo similar, y otras tres veces hacia adentro, mientras también repiten otras tres veces “adentro lo bueno”.

Después de la ceremonia, todos comparten una comida en calidad de miembros de la comunidad. El invitado, debe conservar al menos durante tres días la cuerda enrollada a la muñeca, aunque es preferible dejarlas hasta que se caigan por si mismas, y lo que no debe hacer es cortarlas.

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