Con motivo de la charla que se celebrará en De viaje el próximo martes día 10 de marzo fecha que coincide con el 50 aniversario de la invasión del Tibet por China, voy a tratar de explicaros de manera breve la situación, pero de la mano de un protagonista real de esta tragedia. Hace unos años, Ediciones B, publicó un libro titulado “Fuego bajo la nieve” cuyo autor Palden Gyatso estuvo en Madrid para promocionar y contar al mundo la historia de un simple monje(el mismo) que consiguió sobrevivir , después de permanecer 30 años en prisión sometido a torturas y a todo tipo de aberraciones y que gracias a sacar fuerzas de flaqueza, a su tenacidad y entereza y después de ser liberado en el año 1992, logró escapar a India tras cruzar la cordillera del Himalaya, llevando consigo los instrumentos con los que había sido torturado. El testimonio de P. Gyatso no es un relato histórico ni la revelación mística de un yogui, es la historia de un hombre que vió de cerca la brutalidad de un sistema perpetrada en nombre del progreso y la ideología.
Desde hace siglos, Tibet siempre ha cautivado la imaginación humana; oculto tras las majestuosas cimas del Himalaya ha entusiasmado a exploradores, escritores y montañeros. Se han escrito multitud de libros para tratar de desvelar los misterios ocultos del país de las nieves, pero la auténtica voz del pueblo tibetano solamente ha sonado como un débil rumor de fondo.
En 1950, China invadió Tibet embarcándose en un programa de reforma global. Bajo el gobierno de Mao, la soberanía de Tibet fue sistemáticamente destruida: se quemaron libros, se alteró la historia, se persiguió a los monjes, se aniquiló su cultura y el espíritu de un pueblo pacífico. En 1959 P.Gyatso, junto a miles de monjes, fue arrestado, hecho prisionero e internado en un campo de trabajo chino por haber participado en una manifestación no violenta a favor de la libertad del pueblo tibetano. La historia de este monje es una de las muchas que podrían contar los que han sobrevivido al horror, y a través de sus testimonios no solamente podemos conocer lo que está pasando, sino que revelan los valores humanos del sufrimiento, la compasión, la paciencia y la fortaleza de las personas ante situaciones extremas.
En el año 1995 Palden Gyatso se desplazó a Ginebra para presentar ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas sus pruebas y allí se fijó que la delegación china que estaba frente a él ¿estaban escuchándole?; no utilizaron su turno de réplica ante su discurso, pero poco después apareció una carta del embajador chino en un periódico londinense acusándole de ser un criminal y de estar prohibida la tortura en las càrceles chinas. Pero como afirma Gyatso en el último párrafo de su libro: “Los opresores siempre negarán lo que son; lo único que puedo hacer es atestiguar la veracidad de todo cuanto ví y oí y el extraño y accidentado viaje que ha sido mi vida. El sufrimiento está escrito ahora en los valles y las montañas del Tibet. Todas las aldeas y monasterios del país de las nieves cuentas sus propias historias sobre la crueldad con la que han tratado a nuestro pueblo, y este sufrimiento perdurará hasta que el Tibet sea libre.
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