viernes, 26 de junio de 2009

Sibiu.La ciudad de los mil ojos


Después de un descanso merecido, por la mañana salimos del hotel en busca de un lugar para desayunar y justo nada mas comenzar a caminar y mientras íbamos charlando, escuchamos una voz que en un castellano con tono francés nos dice “bienvenidos a Sibiu”; se llama Louis Guermond y efectivamente es francés, trabajaba en la banca, se jubiló, se divorció, se casó con una rumana de Sibiu y es el tío más feliz del mundo ¿qué tendrá esta ciudad?; iba a comprar al mercado, nos comentó si queríamos acompañarle y mientras el compraba nos enseñaba un lugar para tomar un café; al final el desayuno ha sido a base de café, huevos fritos y una sopa típica a base de verduras y judías blancas; cuando viene a buscarnos, Luis nos comenta que la gente viene de los pueblos de los alrededores a vender sus productos y duermen debajo de los puestos, aprovechamos para comprar miel y ya con la compra a cuestas, Luis decide que como no tiene prisa nos va a acompañar hacia el casco antiguo para ir explicándonos la historia de cada uno de los edificios emblemáticos (que son muchos) de esta ciudad. Luis, ha sido un placer conocerte, gracias por tu amabilidad y por haber sido para nosotros un cicerone de lujo.

Días después de regresar a Madrid recibí un correo de Luis en el que me comunicaba que acababa de reservar un billete para volar a España el día 1 de julio y me pedía que le contratase un tour para visitar Toledo y Andalucía y que le buscara un hotelito en Madrid céntrico y barato; aprovecho esta entrada en mi blog para comunicarte que todo esta reservado y que solamente tendrás que pasarte por De Viaje para recoger tu bono. Después de despedirnos de Luis, aprovechamos para subir los 183 escalones que conducen a la torre de la iglesia evangélica desde donde tenemos las mejores vistas de los tejados de Sibiu y de sus alrededores.

Son muchos los edificios importantes que se concentran en torno a la las plazas Mare y Mica, pero quizás para mi una de las calles mas coquetas sea la Strada Cetatii en la que todavía se puede ver parte de la tercera muralla del siglo XVI, destacando las torres de los carpinteros, la de los arcabuceros y el foso hoy transformado en zona verde. Para concluir nuestra visita a Sibiu, nos sentamos en la plaza Mica en la terraza del restaurante Orhpee y desgustamos un menú por 22 leis por barba (5 euros) con unas estupendas vistas.

Creo que Sibiu es de visita indispensable e ineludible, pero el viaje tiene que continuar y salimos a media tarde en dirección a Alba Iulia con una parada en Sibiel que según las guías es un pueblo modelo; la verdad es que para mí es un pueblo normal dedicado por entero al agroturismo (hay más de 26 granjas dedicadas a este tema). Aquí hemos tenido la oportunidad de compartir unos instantes con unos apicultores que se encontraban inspeccionando unas colmenas. Hacemos otra paradita en Sebes para visitar su biserica evangélica (que por cierto está cerrada) y directos a Alba Iulia que ha sido otra decepción por lo que damos una vuelta rápida y tomamos la decisión de llegar a dormir a Cluj Napoca, aunque no sea muy recomendable conducir por la noche; llegamos a las 22 horas y nos vamos a la Pensión Italiana, pero ¡que faena! está llena y hay que seguir buscando. Por fin a las 23 horas encontramos alojamiento en el hotel Transilvania.

Para los que tengàis la idea de visitar el castillo de Hunedoara y llegar a Timisoara, justo en la localidad de Sebes está el cruce en la que continúa la carretera 7 que se dirige a estos lugares o la 1 que nos lleva a Sibiu.

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