Para terminar el día accedemos al complejo de Kuskuam situado en una colina a 2200 metros de alto y desde donde tenemos unas bonitas vistas de la ciudad, aunque creo que las mejores están en lo alto de la montaña en donde se encuentra el hotel Roha en donde nos alojaremos. Pero antes de visitar este recinto, os voy a contar la leyenda, de cómo el emperador en uno de sus viajes conoció a una joven plebeya y se enamoró perdidamente de ella, debido principalmente a su bellezay fue tal la ofuscación de Bakaffa, que no paró hasta convertirla en su esposa y por tanto emperatriz, tomando el nombre de Mentewab, cuyo significado es “Qué hermosa eres”.
Este lugar, fue fundado por la emperatriz Mentewad, esposa de Bakaffa, para huir de las intrigas palaciegas; rodeado de las chozas en donde se alojan los jóvenes diáconos, se accede a través de una puerta principal, y a pesar de encontrarse casi en ruinas, si se conserva en bastante buen estado el salón de banquetes cuyas paredes se adornan con grabados de animales (elefantes y cabras) y la estrella de David; del resto del conjunto, que está muy deteriorado, puedo contar la anécdota que aquí vivió el explorador inglés James Bruce, a quién la emperatriz dio una habitación tras casarse con una de sus hijas, y que aún quedan en pié algunas paredes de lo que fue su biblioteca particular. También dentro del recinto está la iglesia de Kuskuam Maryam, reconstruida por los italianos y dónde se guardan los huesos de Mentewab. A la salida, en una habitación al lado de la entrada, escuchamos ruido de tambores y cantos y al asomarnos vemos a un grupo de chavales que ensayan animadamente. De regreso al hotel, paramos en el mercado a comprar tomates y algo de fruta.
Desde Gondar, podemos acercarnos a la aldea de Wolleka en donde hace años vivían los judíos etíopes llamados “falashas”, pero en realidad, no queda ninguno y ya en el año 2001, solamente quedaba uno. O sea, que si queréis dar una vuelta, podéis hacerlo, y posiblemente haya alguno que os cuente una de indios diciendo que es un falasha, pero es mentira. Pero ya que estáis, podéis comprar unas figuras de barro decoradas con pájaros, estrellas de David, y otros motivos típicamente judíos. En otra entrada os hablaré de los Bete Israel y de su peculiar historia.
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