Es verdad, que los viajes tienen la particularidad, no sólo de conocer nuevos destinos, nuevas culturas y formas diferentes de entender la naturaleza de las cosas, y también es verdad que los viajes están llenos de grandes vivencias, pero también de pequeños detalles o encuentros que hacen de esos momentos algo especial y que recordarás el resto de tu vida con sumo agrado.
El mundo es muy grande, y a veces es inimaginable que puedas coincidir en el mismo lugar, el mismo día y a la misma hora con personas que conoces y que hacía muchos años que no las veías y esto fue precisamente lo que me ocurrió a mí en Laos.
El día 16 de septiembre ( recuerdo perfectamente el día ) yo me encontraba en Luang Prabang y decidimos hacer una excursión de medio día para visitar las cascadas de TAT KUANG SI – lugar agradable a 32 km y en donde hay unas pozas con agua de color turquesa habilitadas para el baño. Una vez efectuada la visita y ya de regreso hacia el aparcamiento público, nos paramos en unos bancos frente a las pozas de baño para descansar y tomar aliento. En esos momentos, me fijé en un fotógrafo que portaba dos cámaras de fotos, un trípode ,una pesada mochila a la espalda y equipado con un chaleco con el logo de Nikon. Mientras él hacía algunas fotos a la poza, yo me dedique a hacerle fotos a él con el propósito de en algún momento poder titular “el fotógrafo fotografiado”, pero cual no será mi sorpresa, que cuando me dispongo a enseñarle las fotos que acababa de tomar, me mira fijamente y me dice: “yo te conozco, tu eres Santos”, todavía sin reponerme del susto, le miro fijamente y en ese momento caigo en la cuenta, se trata de un fotógrafo indio de nombre Ashot que hizo una exposición en la sala de De Viaje hace unos años; lógicamente, y todavía sin reponerme del inesperado encuentro, nos dimos un abrazo y estuvimos charlando durante un largo rato, tratando de resumir en poco tiempo estos últimos años. El viajaba con su sobrina a la cuál había invitado a viajar a Laos para disfrutar de un premio que ganó en los Países Bajos y que consistía en dar una vuelta al mundo. Por la tarde volvimos a coincidir en el bonito y tranquilo mercadillo de Luang Prabang. En el mundo del viaje, estos son esos momentos inolvidables, que hacen que un día que prometía ser igual a los otros, sea un día diferente y especial.
lunes, 27 de octubre de 2008
Momentos inolvidables.Anécdota de mi viaje a Laos
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