miércoles, 12 de mayo de 2010

El mercado de Key Afar

Damos por finalizada nuestra estancia en Turmi y después de un copioso desayuno y de recoger todos nuestros bártulos, nos trasladamos hacia Key Afar para visitar otro de los mercados más coloristas y llamativos del valle del Omo. Este mercado se celebra los jueves y es el lugar de encuentro no solamente de la etnia de los banna, sino también de los ari, hamér, y karo. Después de recorrer los 75 km. que nos separan del lugar, y antes de llegar a Key Afar comenzamos a ver a multitud de gente que cargada como burros se dirigen al mercado; aparcamos en el recinto de un restaurante - a unos cientos de metros del lugar, y en donde más tarde comeremos – y nos encaminamos directamente a la explanada en donde está ubicado el mercado. En una primera pasada, podemos ver a una gran cantidad de gente que expone sus productos – sorgo, pucheros, gallinas, huevos, etc - para el trueque o para la venta, y al fondo una explanada atestada de burros; son realmente llamativas las vestimentas tanto de hombres como de mujeres, con sus falditas cortas y provocadoras, sus cinturones, sus cortes de pelo, sus plumas, sus collares en el cuello, brazos y tobillos, sus grandes adornos de cauris, sus tocados en el pelo a base de arcilla, sus gorros de calabaza, y sus inseparables cocotas y botellas llenas de “tala”. Es un disfrute pasear por este mercado, observando a diestro y siniestro un espectáculo de luz y color y un ajetreo inusual. Aquí, el tema de las fotos es un poco más complicado y os aconsejo que tengáis cuidado, y que las hagáis con disimulo pues si se dan cuenta puede generar un altercado, como el que estuvo a punto de sucedernos a nosotros; además se puede observar a algún individuo engalanado para la sesión de fotografía, pero eso sí previo pago del importe acordado; paseando por las callejuelas del pueblo podemos ver otra curiosidad que hasta este momento había visto, pero no sabía su significado: si al caminar observáis a la puerta de una casa un gran plato colgado en la puerta están anunciando un restaurante, y si por el contrario es una botella pinchada en un palo estaremos ante la puerta de un bar. Si nos desplazamos a unos cientos de metros de la explanada, nos encontraremos con el mercado del ganado (básicamente cabras) y que está dirigido por jóvenes banna. Desde esta mañana cuando llegamos al pueblo y comenzamos la visita, se ha pegado a nosotros un chavalín que nos ha acompañado durante todo el recorrido, pero sin pedir nada a cambio y como recompensa a su esfuerzo le regalamos algunas cosillas; también compramos una calabaza después de mucho regatear. La comida, a base de una riquísima ensalada de pasta, la hacemos en el lugar en donde aparcamos el coche con nuestros inseparables compañeros de viaje (Tedy, Masfen, Huasan y Brahano). Después de degustar un riquísimo café, es el momento de partir hacia nuestro próximo destino que en este caso será Jinka, desde donde realizaremos la excursión para visitar a los “mursi” en el Parque Nacional de Mago…