jueves, 30 de diciembre de 2010

Los cinco "Rahtas"

Panorámica de los cinco Rhatas con mono
Después de haber descansado plácidamente y de un copioso desayuno, nos disponemos a visitar los principales monumentos de este pueblo y aunque todo se puede hacer andando, pues las distancias son pequeñas, Tanga se empeña en que el nos acerca en el coche, así que por no discutir nos subimos al auto y nos dirigimos en primer lugar hacia “Los cinco Rathas”. Después de pasar por taquilla y pagar las 250 rupias que también nos servirá para visitar el Templo de la Orilla, atravesamos la zona de tiendecitas y un descampado en donde hay algunas tumbas y nos damos de frente con la puerta de acceso a este coqueto conjunto de monolitos excavados en trozos únicos de piedra, donde el sol ya pega duro y hay que resguardarse a la sombra de los árboles.

La palabra “rathas” significa “carro” en sánscrito y curiosamente casi todos los templos del sur de India tienen sus carrozas de madera que utilizan en las procesiones. Estos monolitos fueron encargados por el rey Narsimhavarman I como maquetas, fueron nueve, los principales que son cinco se encuentran dentro del mismo recinto y el resto esparcidos por los alrededores. Fueron descubiertas por los ingleses hace 200 años y  están trabajadas con muchos detalles en su parte externa aunque los interiores están sin terminar; curiosamente estos rathas, fueron monumentos y no lugares de adoración ya que carecen de finiales - la decoración central del tejado – lo que según la ley védica significa que no son templos completos y que por lo tanto no pueden albergar la esencia de los dioses. 

Elefante a tamaño real
Deambulamos por el recinto haciendo fotos y de vez en cuando resguardándonos del calor, bebiendo agua y en completa soledad, lo que nos permite disfrutar del lugar plácidamente, pero sin entender realmente lo que estamos viendo, porque estas rathas,  además tienen sus nombres propios lo que también es frecuente en los monumentos indios, y en esta ocasión cada uno de ellos recibe el nombre de los héroes de la epopeya del Mahabharata, los cinco hermanos Pandava : Dharmaraja, Bhima, Arjuna, los gemelos Nakul y Sahdeva y la esposa conjunta Draupadi. Curiosamente al tallar estos templos, la roca sobrante fue convertida en figuras de un león, un toro y un elefante a tamaño natural que representan las monturas de algunos de los dioses.

Ratha Draupadi
La ratha más grande recibe el nombre del mayor de los Pandava , es la piramidal Dharmaraja y representa a un faraón egipcio. Esta construida sobre una base cuadrada y una serie de plantas en disminución con algunos pabellones. Del resto de los templos otros dos también son de base cuadrada, uno rectangular y otro en forma de ábside. En los nichos se pueden apreciar figuras como Shiva, Indra, Vishnú, etc y  las entradas están flanqueadas por figuras de guardianes. Arjuna y Draupadi comparten la misma base y esta última es la única que en cuanto a arquitectura escavada en piedra tiene un tejado que imita a una cabaña de techo de paja. Del resto de rathas, decir que Bhima tiene unos dinteles con rasgos caucásicos y un santuario dedicado a Visnú ; de Nakul y Sahdeva que está dedicado a Indra y que llama poderosamente la atención por el  elefante de tamaño real que está a su lado y porque termina en un ábside algo poco frecuente en este tipo de monumentos. Es evidente que de cada una de estas rathas, podría hacer una descripción detallada, pero creo que con estas pinceladas ya es suficiente, así que vamos a cambiar de tercio y nos vamos a dirigir a visitar la segunda de las maravillas de Mahabalipuram, me estoy refiriendo al Templo de la Orilla.

Además voy a aprovechar, ya que hoy es día 30 de diciembre, para desearos a todos que el año 2011 venga cargado de mucha salud, por supuesto de trabajo y con estas dos premisas que venga más cargado si cabe de muchos viajes, Ya supongo, que para muchos el año 2010 ha sido un año difícil por la situación económica que vive este mundo, pero yo confío y deseo que el que está a punto de comenzar sea cuando menos un poquito más benévolo y agradable para todos los viajeros. Feliz Año 2011.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Mahabalipuram o Mamallapuram

Abandonamos Kanchi cuando ya está anocheciendo, y conducimos – bueno la verdad, quien conduce es Tanga y además es poco aconsejable viajar de noche en la India -, para recalar en Mahabalipuram o Mamallapuram; directamente vamos al hotel Mahabs y después de ver las habitaciones y negociar el precio nos instalamos en la terracita al borde de la piscina para relajarnos, tomar una cerveza y picar algo; el personal del hotel es agradable y el sitio es bonito y muy céntrico. Este pequeño, pero coqueto pueblo situado a orilla del golfo de Bengala atesora multitud monumentos y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995. Todos sus tesoros se pueden visitar en un solo día, pero yo os aconsejo, que al menos paséis dos noches y si vais sobrados de tiempo alguna más, pues este pueblecito es tranquilo, tiene playa y sobre todo se respira mucha paz.

Todo el bullicio se concentra en torno a Othavadai Cross St en donde a la caída de la tarde podremos escuchar música sentados en algunos de los múltiples restaurantes degustando un buen biryani, comprar multitud de artículos traídos del Tibet, o libros usados y conectarse a Internet, pues aunque parezca mentira y no haya demasiado turismo nos encontramos en el reino de “mochilistán”. Además durante los meses de diciembre y enero se celebra un festival de danza cuya duración es de cuatro semanas y en donde se ofrecen representaciones de toda la India, actuaciones de marionetas y música clásica, muchas de ellas tienen como telón de fondo el incomparable marco del relieve de Arjuna.

Son muchos los monumentos que podemos visitar en esta ciudad, pero quizás los más representativos son: Los cinco Rathas, el Templo de la orilla, El relieve de Arjuna, y multitud de “mandapas” ubicados en la colina que domina la ciudad. Pero además no puedo dejar de mencionar la denominada “bola de mantequilla” una enorme roca que parece que en cualquier momento va a comenzar a rodar. Pero vayamos por partes, y antes de visitar detenidamente cada una de estas maravillas, vamos a situar en el tiempo a los autores de estos monumentos.

Antes de nada deciros que el nombre de la ciudad recuerda al rey Narasimhavarman de la dinastía de los Palava, al que llamaban “Mamalla” porque era un luchador y la terminación “puram” que significa ciudad. Este pueblo fue un importante puerto de la dinastía Pallava que gobernó entre los siglos V y VIII y quizás debido a esta actividad marítima su estilo de arte y arquitectura tienen un amplio abanico de influencias que van desde el Sur de la India, hasta los templos de Ellora en el Norte. Pero lo que si está claro, es que la tradición de la piedra ha perdurado hasta nuestros días, pues cuando uno camina por las calles todavía podemos escuchar el rítmico sonido de los cinceles sobre el granito. Después de ubicar esta ciudad en el mapa, ha llegado el momento de irse a dormir.