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viernes, 23 de enero de 2009

Las Bijagos VIII. Fin del viaje

A las nueve de la mañana, hemos quedado para desayunar, aunque la mayoría se ha levantado temprano para pasear y hacer las últimas fotografías del amanecer. 


Cuando salgo de mi habitación me encuentro con Xavier ensimismado con sus baobabs y con José Luis y Alfredo que vienen caminando placidamente por la coqueta playa de arena blanca. 

Nos despedimos de Martina, subimos a las barcas y cuando nos las prometíamos muy felices en nuestra última travesía para llegar al continente, nada más salir del abrigo de Keré a mar abierto, la cosa se complica y el mar comienza a encabritarse, pero de qué manera. La barca se mueve como un tiovivo y hay que agarrarse y ponerse los chubasqueros para no empaparse. En estos momentos pasan por mi memoria las imágenes de la gran cantidad de inmigrantes subsaharianos que se embarcan hacinados en las pateras en unas condiciones infrahumanas durante un montón de días para huir de la miseria de sus países. 

Yo me siento un privilegiado pues a pesar del movimiento, sólo serán un par de horas, llevamos chaleco salvavidas, móvil, GPS, motor de repuesto y vamos cinco personas en la barca ¡que pena de mundo! 

Cerca ya de Biombo, a una de las barcas se le rompe el motor y tenemos que hacer las últimas millas todos (en total 10 personas) en una barca. Por fin en tierra firme, tomamos una ducha rápida, comemos y hacemos dos grupos para ir a Bissau.

Por un lado viajan Nuria, Luis e Iris que tienen que llegar pronto para hacer unas gestiones en la capital y después el resto del pelotón. Por el camino hacemos una parada en Quinhamel y caminamos por la carretera arropados por una hilera de árboles gigantes. Aquí ya se puede apreciar al igual que más tarde veremos en la capital, que la gente es más reacia a las fotos y ya te piden dinero. A la llegada a la capital, el caos es total. Coches, gente, casas, mercadillos, basura, etc, bueno estamos en Africa y así son la mayoría de sus capitales. 

Nos quedamos por el centro de la capital ¡ ja ja ja ¡ por decirlo de alguna manera y compramos algunos CD de música étnica que paga Nuria, pues en todo el viaje no hemos necesitado dinero y no hemos cambiado (más tarde calcularemos el cambio a euros y la pagaremos faltaría más). Después de las compras, y de dar una vuelta por el “casco antiguo” -je je con bronca incluida, ya que la gente es reacia a que hagas fotos aunque sea de la calle y eso a mí me mosquea un montón- nos sentamos en una terracita a tomar una cerveza fresca, a hacer tiempo para cenar y trasladarnos luego al aeropuerto. 

Hace calor soportable aunque cenaremos en el interior con aire acondicionado. Por esta cafetería que debe ser de lo mejorcito de Bissau vemos pasar sobre todo a personal extranjero (cooperantes, gente de negocios y algún turista) y mientras esperamos tenemos la oportunidad de escuchar a un guitarrista que toca música en directo y que definitivamente nos abre el apetito; así que señores ya va siendo hora de pasar al comedor. 

Concluida la cena, solamente nos queda desplazarnos al aeropuerto (eso sí unas horas antes de la partida de nuestro vuelo) y dar por finalizada nuestra visita a estas islas que para mí han sido todo un descubrimiento.

Espero que os hayan resultado interesantes y que al menos hayáis disfrutado de ellas  tanto como yo. Solamente deciros que aquí no se acaba este viaje, pues como os prometí en anteriores entradas, yo seguiré pendiente de todo lo que vaya aconteciendo en las Bijagos y lógicamente os lo haré saber a través de este blog. Animaros a viajar y conocer este paraíso.

martes, 20 de enero de 2009

Las Bijagos VII. Keré y Carabela

Ayer por la noche, después de la cena tocó preparar de nuevo la mochila pues hoy por la mañana dejaremos definitivamente el Orango Parque Hotel que ha sido nuestro hogar durante estos días y donde nos han tratado magníficamente. 


El momento de la despedida en la playa de Orango es entrañable; han sido pocos días de convivencia, pero muy intensos y espero poder regresar en otra ocasión para ver que este proyecto ha salido adelante. 

Después de los lloros de rigor (lo digo por Nuria), subimos a nuestras barcas y nos encaminamos a través de los canales hacia la coqueta islita de Keré, donde pernoctaremos una noche para visitar Carabela, y para a la mañana siguiente desplazarnos hasta la aldea de Biombo ya en el continente. 

Esta isla es propiedad de Lauren y en ella hay nueve bungalows que sirven de base a la multitud de pescadores que llegan aquí. A medida que nos acercamos en barca vemos como la isla pasa de ser un punto en el horizonte, a una bonita tierra con sus baobabs siempre en guardia y su pequeña pero excelente playa de arena blanca. 

Tras la comida y sin perder mucho tiempo, salimos de excursión para visitar la isla Carabela. Al momento de montar en la barca, la primera sorpresa es que vemos a una gran cantidad de delfines a nuestro alrededor y la segunda es la llegada a la gran playa que hemos visto antes. 

A partir de este momento toca caminar hasta llegar primero a la aldea de Anopoco y después a la de Bichau. Marchamos todos en fila india y con la vista repartida en todas las direcciones; antes de llegar a la primera aldea pasamos por la casa de los espíritus en donde se celebran las ceremonias y donde en teoría no se deben hacer fotos aunque yo no me puedo resistir y disparo (solamente una vez). Seguimos por la senda y antes de llegar a Anocopo contemplamos la majestuosidad de un gran bosque de ceibas y baobabs. 

Nuestra entrada a la aldea es recibida con alborozo por parte de los más pequeños, 
que nos rodean para que les mostremos las fotos que les vamos tomando; no creo que estén muy acostumbrados a ver turistas todos los días y esto para ellos es un motivo de alegría.

Continuamos hasta la aldea de Bichau y aquí sucede más de lo mismo, niños, jóvenes y mayores nos rodean y cotillean. Quiero destacar, por lo poco habitual, que en ningún momento nadie ha pedido nada de regalo, lo que da una idea de la virginidad de estas islas. A la salida de la aldea intentamos observar en otro gran bosque una colonia de monos verdes saltadores, pero con poco éxito (bueno a decir verdad si que hemos visto alguno en la lejanía y no sé si Alfredo logró fotografiarlo). Mucho me temo que al oir ruido de humanos huyen despavoridos pues pienso que los lugareños los cazan para comer.

Después de caminar por este bosque siempre mirando hacia arriba intentando localizar a algún mono, toca regresar con rapidez ya que está anocheciendo y tenemos que desandar el camino hasta llegar a la playa donde dejamos la barca. 

Menos mal que nuestro Herculano controla la situación pues la llegada a Keré la hacemos totalmente a oscuras. Hoy como despedida cenaremos ostras de los manglares a la parrilla (por fin lo has conseguido Gabriela) y pescado, todo ello regado por un riquísimo vino blanco muy frío. Después de la cena nos acercamos a la playa y nos tumbamos en la arena a observar ese impresionante cielo que aquí se puede ver, pues no existe contaminación lumínica. Incluso hay quién ha visto alguna estrella fugaz, no sé si fruto de la imaginación o del vinito blanco. 

El día toca a su fin, y solamente nos queda retirarnos a nuestras habitaciones para dormir plácidamente en este paraíso en medio del océano que es la isla de Keré. Mañana saldremos ya hacia Biombo y daremos por finalizado este periplo por las islas Bijagos.

jueves, 15 de enero de 2009

Las Bijagos V . Parque de Joao Vieira y Poilao

Como de costumbre la primera labor del día es el desayuno del que damos buena cuenta a la vez que disfrutamos de un entorno tranquilo y bonito. 


Como ya os comenté en mi última entrada hoy vamos a navegar hacia el parque de Joao Vieira para dormir en la pequeña isla de Poilao. 

En esta isla no existe ninguna infraestructura y ayer por la mañana Lauren y Ana se desplazaron para llevar todo lo necesario para la acampada. El resto de la expedición se desplaza hoy y como cada vez que hay que salir de Orango bajamos a la playa a coger el autobús (que aquí son las barcas). Esta mañana y antes de partir hemos pasado un rato agradable, pues tenían en el hotel un pequeño cocodrilo en un cubo que había que soltar en los manglares, pero que previamente debía meterse en un saco. Lo intenta Camiño, casi le muerde y todos nos reímos; al final es Herculano el 
que con maestría lo coge y lo mete en el saco. 

Iniciamos la singladura con un día magnífico de sol y con el mar en calma, volviendo a disfrutar de cada momento. Dejamos a un lado la isla de Bubaque (la mas turística) y por el camino durante las tres horas de travesía vamos haciendo pequeñas paradas para observar los miles de aves que pasan aquí los inviernos huyendo del los fríos de Europa. 

Al rato llegamos a Joao Vieira donde se encuentra la sede del parque y donde nos está esperando el adjunto al director 
Hamilton Monteiro que demuestra ser una persona agradable, amable, y muy comunicativa, a quien, además, le gusta su trabajo. Habla un castellano perfecto herencia de su estancia en Cuba. Antes de acercarnos al edificio del parque nos sentamos en una terracita frente al mar propiedad de un francés que se dedica a traer turistas para practicar la pesca (muy abundante en esta zona) y que además tiene unas cabañas donde alojarse.

Ya en el la sede del parque, que además cuenta con un coqueto museo, Hamilton nos comenta frente a un gran mapa las características de este espacio natural formado por cinco islas (Joao Vieira, Las Cabras, Do Meio, Cabalos y Poilao), deshabitadas y que cada 4 años reciben a gente de Cañabaque que acuden a recoger aceite de palma y otros productos. 

Pero sin lugar a dudas, la joya de la corona es “Poilao”,  la más apartada de las islas, y que se considera sagrada pues ningún habitante de la zona debe acceder a ella sin antes haber pasado por la ceremonia de iniciación. Hasta tal punto se considera sagrada que en ella ni se pueden hacer enterramientos, ¡ni se puede hacer el amor!. 

Después de todas estas explicaciones, caminamos por las magníficas playas antes de partir rumbo a Poilao a donde nos acompañará Hamilton para quedarse allí durante una semana. La llegada a la caída del sol es impactante pues a lo lejos se ve una gran playa y  los grandes baobabs que como gigantes vigilan a los intrusos. 

Descargamos todos los pertrechos y tomamos posesión de nuestras tiendas de campaña para rápidamente salir a caminar por la playa y observar por enésima vez una espectacular puesta de sol. 

El campamento justo al lado de la arena está perfectamente instalado, no falta de nada y como la cena ya está preparada nos lanzamos a los platos sin piedad. El menú consiste en carpacio (riquísimo) de primero, pescado asado ( bika o carpa roja) de segundo y fruta y café de postre ( ¡que menú! y estamos perdidos en medio del mar) y todo ello aderezado por unas botellas de vino que Gabriela compró en Lisboa y que han llegado sin romperse hasta aquí ¡milagro! 

Nada más terminar de cenar todos pensamos que ha llegado ese momento tan esperado de salir a la playa para ver la tan ansiada llegada de las tortugas, pero los biólogos aconsejan que nos acostemos hasta las 23.30 , así que todos a dar una cabezadilla. Preparamos las linternas, las máquinas de fotos y hacemos dos grupos para contemplar el espectáculo de estas grandes tortugas marinas como salen del agua y se arrastran hasta encontrar un lugar donde excavar un gran hoyo, poner los huevos, volver a taparlos y regresar de nuevo al agua. 

Ha sido muy emocionante el presenciar el desove en directo y percibir el gran esfuerzo que hacen los animales hasta el punto de sueltar lágrimas de dolor. La pena de todo este esfuerzo según nos comenta Hamilton, es que de sólo dos de cada mil tortugas llegan a la edad adulta, el resto son devoradas por la aves y los cangrejos. El año pasado llegaron entre el mes de junio y diciembre unas 10.000, pero lo normal es que sean alrededor de 7.000 hembras que depositan una media de mas de un centenar de huevos que eclosionarán entre los 45 y 65 días después de la puesta. 

Todas las puestas son marcadas y controladas por los biólogos (por cierto este año estaba un joven biólogo portugués que llevaba aquí más de un mes) mediante un palo con un cartel donde figura el día, mes, año y número de huevos. Esto servirá para hacer el seguimiento de todos los nidos. 

Ya muy de madrugada nos retiramos a dormir después de tantas emociones que continuarán a la mañana siguiente, pues después de desayunar salimos de nuevo a la playa para desenterrar un nido que según los biólogos ya tenía que haber eclosionado. Provistos de una pala, llegamos al lugar y comienza con sumo cuidado la labor de retirada de la arena. Todos estamos expectantes por ver lo que allí pasa y ni pestañeamos, cuando de repente, algo se mueve y ocurre el milagro de la vida que es ver sacar a puñados decenas de tortuguitas (serán 192) que corretean en dirección al mar. Para darlas más oportunidades de vivir ( pues los buitres de las palmeras y las gaviotas están a la expectativa)  las metemos en un cubo y las depositamos justo a la orilla del agua para ver como se pierden en la inmensidad del océano. Realmente el presenciar esta escena ha sido uno de los momentos más emocionantes de este viaje.

Ya solamente nos queda recoger las mochilas, despedirnos de Hamilton (qué gran persona) y regresar a través de los canales a la isla de Orango. Mañana partiremos ya de regreso al continente a la isla de Keré.

martes, 13 de enero de 2009

Las Bijagos IV

Llevamos en las Bijagos solamente tres días y cada jornada es diferente de la anterior aunque las sorpresas continúan. Para el día de hoy, esta previsto que hagamos una excursión para visitar las tabancas de Ambuduco, Aminda y Etiogo. Después del desayuno, bajamos a la playa y cogemos las barcas para adentrarnos por los canales de los manglares hasta llegar a tierra firme. Nada mas desembarcar, vemos unas huellas de un hipo que ha pasado por la zona y caminamos por un sendero repleto de vegetación y de grandes termiteros. Al momento y cuando estamos pasando por una casa al lado del camino escuchamos unas voces ¿qué pasa ¿nos preguntamos y rápidamente salimos de dudas, pues el hipo cuyas huellas vimos anteriormente ha penetrado en la tierra de Maria Preta ( que así se llama la propietaria), ha destrozado todo el cultivo de mancarra y está un poco molesta; Antonio el director del parque que nos acompaña y Luis, toman buena nota del problema para intentar solucionarlo mediante la colocación de un pastor eléctrico; continuamos la marcha entre ceibas gigantes , procurando no pararse demasiado, pues hay unas hormigas que pegan unos bocados de miedo; ahora el objetivo es intentar observar en una ceiba un nido de una especie de loro que es endémico de estas islas; caminamos con sumo cuidado para no hacer ruido y Luis monta el telescopio para intentar verlo, pero después de permanecer un buen rato de espera el nido parece que esta vacío pues los loros han salido a buscar comida ¿qué pena?; continuamos la marcha disfrutando de este entramado de grandes árboles hasta llegar a la primera de las aldeas que vamos a visitar “Ambuduco”; Camiño va a buscar al mayor de la aldea que nos da la bienvenida; está ciego y vive en una casita al lado del poblado antiguo; recorremos el nuevo poblado haciendo fotos disfrutando con la gente que se muestra sumamente amable con nuestra presencia; en este poblado, están construyendo una nueva escuela, pero mientras tanto los bancos están instalados a la sombra de un árbol y el maestro da las clases aquí; al vernos todos los chavales se sientan en sus pupitres , Alfredo pinta en la pizarra un hipo y el profesor les explica que este animal es sagrado y que no se les puede hacer daño ; pasamos unos momentos inolvidables haciendo fotografías y riéndonos con ellos. Seguimos la marcha por la tabanca entreteniéndonos más de la cuenta, haciendo más fotos y observando todo lo que nos rodea; dejamos esta aldea y entramos en Aminda en donde Camiño nos presenta a una de sus hermanas que vive aquí y hacemos una parada rápida para comer un bocadillo; a partir de aquí el ritmo de marcha se incrementa pues tenemos que llegar lo antes posible a Etioga para coger las barcas, pues como baje demasiado la marea nos tocará empujar como así sucederá. Por el camino saludamos a todas las personas con las que nos cruzamos y finalizamos el recorrido en una playa en donde hay millones de conchas, ¿el motivo? , pues hay algunas familias que se dedican a coger berberechos para después cocerlos y a continuación secarlos al sol; hacemos las fotos de rigor y todos a empujar pues la marea está demasiado baja y la barca roza en la arena; aquí Antonio tiene un pequeño percance pues al empujar ha pisado una raya y le ha clavado el aguijón. Ya en mar abierto, observamos a unos pescadores que de manera ilegal están tendiendo sus redes en un área prohibida, nos acercamos y Antonio les da el alto, les obliga a recoger sus aperos y son detenidos; Domingo pasa a su barca y son acompañados hasta la isla de Orango en donde requisarán su motor, el cuál no les será devuelto hasta que paguen una multa de unos 300.000 francos CFA (unos 500 euros). En la barca van 4 pescadores y dos niños. A mi me dan pena los niños, pero creo que esta es la manera que aprendan a respetar las normas de pesca dentro del área prohibida del parque de Orango. Llegamos justo a la hora de la comida y para no perder el hábito nos sentamos a la mesa y nos ponemos morados. Hoy está programada la tarde libre para descansar o poner el diario en orden, aunque al final Luis nos propone dar un corto paseo para observar aves (aceptamos encantados para bajar la comida) y acabar en la playa disfrutando de otra estupenda puesta de sol.
Pero mira por donde, y ya caminando por la arena de regreso al hotel, vemos a lo lejos algo que se mueve ¿qué será? , pues es una familia de monos verdes que han bajado de los árboles para alimentarse y corretear por la playa (aquí todo son sorpresas). Damos por finalizada la jornada de hoy y empezamos a prepararnos para la de mañana que también será otra de las más esperadas de este viaje, ya que nos desplazaremos a la isla sagrada de Poilao para ver el desove de la tortuga verde. Mañana másssssssssssss…..

jueves, 8 de enero de 2009

Las Bijagos III La ceremonia

Después de la comida ,Nuria nos dice que en la casita que se encuentra al lado de la playa en donde se encuentran los “iranes” (espíritus) ,van a celebrar una ceremonia en nuestro honor ;estas ceremonias siempre están dirigidas por los señores mayores de las tabancas y en ellas se pide la intervención de los espíritus; en esta ocasión la ceremonia estará dirigida por Augusto y el tío Oringa y el motivo de la misma será el desearnos buena suerte en nuestra visita a las islas. En Guinea Bissau, más de la mitad de la población es animista, es decir, creen en dioses llamados iranes, que adoptan diferentes formas los cuales son invocados mediante ceremonias rituales para diversos propósitos. En estas ceremonias se utilizan animales y aguardiente de cana. Antes de bajar a la casa de la playa nos avisan de que nos pongamos ropa sucia por lo que pueda pasar.
Cuando llegamos a la playa ya está todo preparado para que de comienzo el ritual. Nos sentamos en unos bancos; a un lado están el rey de Orango, el tío Oringa, Nuria , Ana y Xavier: enfrente el brujo de Eticoga, Didac, Lauren y Jose Luis; Alfredo, Gabriela y yo nos quedamos de pié para poder hacer fotografías. Al instante traen una jaula con dos gallos, el tío Oringa coge uno y se lo pasa al rey que comienza a invocar dando vueltas hacia una acacia que hay en el exterior del recinto y entrando en el altar ( está prohibido hacer fotos de este lugar) y saliendo para acto seguido agarrar el cuello del animal y de un tajo limpio cortarle la cabeza y soltarle por el recinto; la sangre sale a borbotones y mancha todo lo que se encuentra a su paso, a Nuria y Ana les toca la peor parte y así hasta que el gallo muere(ahora entiendo lo de llevar ropa sucia); a continuación beben un trago de cana y escupen hacia el altar. Mientras tanto el brujo ausculta las vísceras del animal para ver si son de color blanco y si así es, esto será la confirmación de que nuestro viaje será un éxito ( evidentemente las vísceras eran de un blanco inmaculado).A continuación se repite la misma operación con el segundo gallo ,en esta ocasión la sangre le toca a Xavier y a todos nos ofrecen la posibilidad de participar en el ritual. Una vez terminada la ceremonia, los allí reunidos consumen la garrafa de cana hasta que se acaba. El resultado final es que a los viejos de la aldea les tiene que llevar Antonio en el remolque del quach pues están un poco perjudicados. Para los que no estamos acostumbrados a estos rituales han sido unos momentos de tensión pero no por ello ha dejado de ser uno de los actos más emocionantes del viaje.Continuará

lunes, 29 de diciembre de 2008

Las Bijagos II

A las nueve de la mañana ya estamos todos desayunando (aunque algunos han madrugado mucho más para disfrutar de la salida del sol) en una coqueta cabañita frente al mar. Como ya os comenté ayer hoy es uno de esos días en que uno esta expectante y ansioso de poder observar a esos grandes animales en su habitat natural; me estoy refiriendo a los hipopótamos que además cuentan con la particularidad (creo que es única en el mundo) que se han adaptado al agua de mar. Hoy nos acompañarán Antonio (director del parque), Junior (guarda),Luis y por supuesto nuestras biólogas de lujo en este viaje Nuria y Ana. Para desplazarnos hacia allí lo primero es coger las barcas e ir circunvalando la isla de Orango; en el trayecto vamos observando las aves que Luis identifica (a mi me gusta el buitre de las palmeras); comenzamos a adentrarnos por la desembocadura del Ancarroso, a medida que avanzamos por los manglares estos se van estrechando, y a veces hay que agachar la cabeza para que las ramas no nos golpeen, pero creo queEs un momento de gran tensión, todos queremos estar en primera fila, las cámaras de fotos disparan sin cesar ; de repente Junior nos sugiere que retrocedamos pues parece ser que el macho dominante ha salido mas de la cuenta y amenaza con arrancar , al final solamente ha sido un conato ¿menos mal? pues si estos animales arrancan a correr ¡madre mía la que se lía y sálvese quien pueda! Hemos disfrutado del momento, pero hay que continuar la marcha, primero pasamos por el lugar en donde está situada la cámara del foto trampeo para ver si ha capturado algún ejemplar; Luis abre la caja y comprueba que hay una foto pero no ha salido la cabeza del hipo, da igual se trata de un proyecto y tiempo habrá, pero a pesar de todo se pone muy contento; aprovechamos para tomar un bocata a la sombra de una ceiba y seguimos ruta hasta llegar a la laguna de Canicussa; el panorama que se presenta ante nuestra vista es espectacular, nenúfares, aves de todas las especies, cocodrilos, y en ocasiones también hipos. Está siendo un día de muchas impresiones y la guinda del pastel la pone la impresionante playa a la que desembocamos y en donde nos esperan las barcas para regresar a comer al Orango parque hotel. Continuarán las sorpresas en sucesivas entregas.

martes, 23 de diciembre de 2008

Las Bijagos I

Por la mañana ya más descansados, desayunamos copiosamente y visitamos este proyecto en donde se está construyendo un orfanato para 20 niños y un huerto donde se está enseñando a las mujeres para que cultiven sus hortalizas; cargamos todos los bultos en las barcas y comienza nuestra singladura en dirección a las Bijagos. La salida desde el embarcadero de Biombo por los canales rodeados de manglares hasta llegar a mar abierto es impactante y ya se respira paz y tranquilidad; durante la travesía disfrutamos del paisaje (el día es estupendo y el mar está en calma) ya que navegamos entre islas, Herculano(nuestro timonel) se encarga de decirnos el nombre de cada una de ellas. Después de casi 4 horas de viaje nos aproximamos a la playa de la isla de Orango en donde nos están esperando para darnos la bienvenida los responsables del parque y todos los trabajadores del hotel. La verdad que ha sido emocionante ya que nunca me habían recibido de esta manera. Después de los saludos y presentaciones de rigor subimos directamente a la recepción y visitamos las instalaciones del hotel (al que dedicaré otro apartado) y directamente a comer. La comida es abundante y buena pero sobre todo tengo que destacar el estupendo pescado asado del que disfrutaremos a lo largo de nuestra estancia. Por la tarde está previsto que nos desplacemos dando un paseo a la tabanca de Eticoga para visitar las instalaciones de la sede del parque y ser recibidos por su rey. El recorrido es agradable y camino de la aldea nos encontramos con un numeroso grupo de chavales que machete en mano están limpiando y quemando un campo que resulta ser la pista de aterrizaje para avionetas. Creo que Nuria la primera vez que viajó a estas islas ya tuvo oportunidad de aterrizar aquí y en algún momento nos contará su experiencia.En Eticoga , el director del parque Antonio Da Silva y sus ayudantes, nos explican el proyecto y nos acompañan en nuestra visita por la aldea. Augusto, que así se llama el rey de Orango, está sentado en la puerta de la casa ( que luego resulta que es el lugar en donde están enterrados sus antepasados y entre ellos la princesa Kinka-Pampa) con su sombrero de fieltro negro, nos acompaña y nos va explicando( bueno Antonio va traduciendo) a quién corresponde cada una de las tumbas; el lugar está muy oscuro y encendemos los frontales para poder ver algo y no tropezarnos; en la calle la expectación es grande y la gente nos sigue, también visitamos la cabaña de las mujeres mayores que van ataviadas con sus faldas de paja y que están un poco enfadadas, pues estaban esperándonos y sin darse cuenta Antonio ha pasado de largo; después cuando ya está anocheciendo y antes de regresar al hotel nos paramos en el edificio que albergará la futura enfermería (otro de los proyectos). El camino de vuelta lo hacemos por la playa para poder observar una bonita puesta de sol. A la llegada nos deleitamos con una cervecita fresca con aperitivo incluido(mancarra y anacardos). Después de una relajante ducha y de una cena copiosa, damos por finalizada esta primera jornada en las Bijagos. Mañana será uno de los días más esperados del viaje, pues tenemos previsto ir a la laguna de Anor para intentar ver a los hipopótamos.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Orango parque hotel Islas Bijagos

Los habitantes de estas islas practican la agricultura de subsistencia y tan sólo en alguna tabanca se planta mancarra (cacahuetes) para poder vender en el mercado.

G. Bissau es uno de los mayores productores de anacardos. La pesca es otra de sus riquezas y es habitual ver a algunos pescadores de las aldeas a primera hora de la mañana que con una gran habilidad lanzan sus redes para pescar. Además se sigue practicando el trueque como moneda de cambio y esto nos da la idea, que aquí todavía no ha llegado la sed del dinero ni la fiebre del consumo.

El arroz es uno de los alimentos básicos y existen dos tipos de cultivo: en seco denominado “pam-pam” consiste en quemar el bosque y plantar en la superficie despejada, pero este sistema es muy agresivo y se intenta que se abandone, y el otro tipo es la “bolaña” que es la plantación del arroz en mojado y es por lo que apuesta el proyecto. La idea es aún más ambiciosa ya que se intentará extrapolar este modelo al resto de las islas que dispongan de los recursos necesarios en medio ambiente.

Desde que me hablaron de este proyecto, me pareció una magnífica idea y me gustaría en un futuro poder volver a las Bijagos, ver que todo el trabajo que está llevando a cabo CBD-habitat sea para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y que en un futuro sean ellos los que puedan gestionar sus recursos. La fundación está tratando de firmar un convenio con el gobierno para que no deje construir ningún complejo hotelero de esos mastodónticos, pues ello significaría la muerte de este paraíso.

La mejor manera para ir a las Bijagos es comprar un paquete de todo incluido ya que al no existir infraestructuras hoteleras es muy complicado viajar por libre; además para el transporte entre las diferentes islas se depende de una barca y para llegar desde el continente a las islas no hay transporte diario. Todo ello lo resuelve el hotel que dispone de barcas para llevar a sus clientes desde la pequeña aldea de Biombo.

A parte del Hotel Orango, existe la posibilidad de alojamiento en Joao Vieira en un campamento para pescadores (en esta zona hay abundancia de barracudas, pargos, rayas , tarpones, etc) que regenta un ciudadano francés, o en la pequeña isla de Keré donde disfrutaremos de bellas puestas de sol y nos bañaremos en su pequeña playa de arena blanca, además de servirnos de base para visitar la isla de Carabela.

Otro de los momentos inolvidables del viaje será la visita a Poilao para poder vivir en directo el desove de la tortuga verde que se produce entre los meses de julio y diciembre y dormir en un campamento al lado de la playa.

La temporada de lluvias se desarrolla durante los meses de junio, julio y agosto. En días sucesivos os iré contando mi experiencia personal y las anécdotas y consejos para viajar (dinero,ropa,vacunas, comidas,etc).
Pero quizás alguno de vosotros ya estaréis pensando en un destino exótico, diferente, tranquilo y no muy lejano y por ello yo os aconsejo que rápidamente os pongáis en contacto con nuestra agencia y os daremos toda la información. Nuestra dirección y teléfono es DE VIAJE, C/SERRANO,41 28001 MADRID. 915779899.
Si os resulta más cómodo a través de mi blog, sólo tenéis que ponerme un comentario y responderé a todas las dudas que tengáis.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Hola ya estoy de vuelta

Ya estoy de vuelta de las Islas Bijagós,y si tuviera que dar un calificativo a este viaje me atrevería a decir que ha sido “fantástico” en su conjunto.Desde el momento en que me propusieron realizar este viaje,las expectativas eran grandes y pienso que se han visto totalmente cubiertas. En el conjunto del viaje, existen una serie de parámetros que hacen que un viaje pueda resultar un triunfo,o que por el contrario sea un auténtico fiasco y en este caso han coincidido todos los elementos y el resultado final ha sido todo un éxito. Los elementos a los que me estoy refiriendo son los compañeros de viaje,los organizadores del mismo y por supuesto,el destino; desde este momento y antes que comience a desglosar mi periplo por estas islas, quiero agradecer en primer lugar a la Fundación CBD-Hábitat y en concreto a la Co-Directora del proyecto de ecoturismo en estas islas Nuria El Khadir su gran profesionalidad y su entusiasmo por llevar adelante esta magnífica propuesta,a Gabriela Pagella directora de News Factory por haber confiado en mi una vez más,a mis compañeros de viaje Alfredo Merino,Jose Luis Angulo,Xavier Moret,Didac Escribano y Clement Racineaux por los buenos momentos que hemos pasado;a Ana,Iris y Luis biólogos de la fundación por su encomiable labor; a todos los componentes del Orango Parque Hotel a cuyo frente están Lauren y Martina; al director del Parque Nacional de Orango Antonio Da Silva y a su grupo de trabajo - Junior,Domingo,Camiño -; al conservador del parque Joao Vieira-Poilao Hamilton Monteiro;al tío Oringa - todo un personaje -,y a Herculano por su pericia al frente del timón.

jueves, 30 de octubre de 2008

Las islas Bijagós

¿Habéis oido hablar de las Islas Bijagos? ¿donde se encuentran? ¿Cuántas son? Yo os tengo que confesar, que hasta el día que Gabriela de Newsfactory me llamó para organizar un grupo de prensa y poder visitarlas, también desconocía su existencia. Pero acto seguido, entre en la Wikipedia y salí de dudas.

Las Islas Bijagós o archipiélago de las Bijagós son un grupo de 20 islas principales y docenas de pequeñas, situadas en el Océano Atlántico, y que forman parte de la República de Guinea Bissau. En tiempos precoloniales, las islas eran centros de comercio a lo largo de la costa de África occidental, lo que permitió a los nativos a tener una poderosa armada. En 1535, esto les permitió derrotar a los portugueses cuando intentaron conquistar las islas. Estas no fueron tomadas por Portugal hasta 1936.
Las características mas destacables de estas islas aparte de su aislamiento, son su naturaleza, su flora, su fauna - como el caso de la isla de Poliao donde se produce el rito anual del desove de las tortugas verdes marinas gigantes entre octubre y diciembre – y lo más importante es el contacto con los bijagós- de tradición matriarcal - la etnia mayoritaria que habita estas islas cuyas firmes creencias animistas hacen de este lugar uno de los más particulares y especiales de África, lleno de lugares sagrados y ritos de iniciación.
Además de los bijagós, las islas poseen 23 etnias de las cuales las más importantes son: los balante – 30% de la población - , los fula, los manjaco, los papel, los flup y los mandinga.
El pueblo bijago, es un pueblo amable y hospitalario, de espíritu abierto y muy acogedor con las personas que les visitan ya que todavía no ha llegado a las islas la fiebre del turismo y por tanto del dinero, pero ellos también quieren vivir mejor gestionando sus propios recursos, y para ello cuentan con la ayuda de de la Fundación española CDB-Habitat que gestiona el Orango Parque Hotel y que a través del mismo intenta y está logrando poner en funcionamiento un modelo ecoturístico, pero manteniendo como objetivo fundamental el respeto por el entorno y sus habitantes. Este hotelito, es un pequeño complejo de 7 cabañas y una casa central – en total para 14 personas – sin ánimo de lucro, y cuyos beneficios se destinan a la elaboración de microproyectos que mejoren las condiciones de vida de sus habitantes.

Estad pendientes de mi blog, ya que después de mi visita, seguiré dando más datos, os hablaré de sus rituales, de la tumba de la princesa Kinka-Pampa, de Nindo – el Dios Supremo - y de muchas más cosas, y lo mas importante los contactos y la manera de contratar el viaje para poder pasar unas vacaciones inolvidables en un entorno único en el mundo.

viernes, 17 de octubre de 2008

En las fuentes del Nilo

Un autobús local en Kampala. Y como todo en África, donde comen dos, comen tres, y donde caben veinte caben treinta. Pues eso, treinta pasajeros Y el autobús no se movió hasta que el último asiento, desplegado a mitad del pasillo, estuvo ocupado.


En una hora y media me dejó en el centro de Jinja – suponiendo que las ciudades y villas africanas tengan centro – después de cruzar el Nilo unos kilómetros antes a la altura de las antiguas cataratas de Owen Falls, hoy en día convertidas en una presa con su correspondiente central eléctrica.

Al bajarme del autobús en Jinja, enfilé en dirección al Lago Victoria, sin más, por una amplia avenida con aspecto de haber sido en su día – antes de Idi Amín – una agradable zona residencial, y hoy en día, con todos sus edificios, aceras, jardines y demás infraestructuras, en un estado calamitoso. Y entonces supe que esa era la manera correcta de llegar a las Fuentes de el Nilo. Solo, a pié, sin guías, sin tour operadores, y sin turistas disparando sus cámaras fotográficas sin ton ni son.

Aquello era Jinja, ¿no?, al norte del lago Victoria y al este de Kampala, actual capital de Uganda. Y en esa dirección estaba el lago ¿verdad ? Pues entonces, Rippon Falls, las Fuentes del Nilo, no podían estar muy lejos.
Después de recorrer, en una espléndida mañana africana y con el sol de África estallándome en la cara, toda la antigua avenida, que pese a su decrepitud y abandono sigue siendo un agradable paseo, siempre y cuando a uno no le importen las miradas de asombro, unas veces, de sorna, otras, e incluso de odio, aunque de estas pocas, de la población local, llegué a la orilla del lago Victoria, sólo unos centenares de metros antes de volcarse en el Nilo, y torcí a la derecha siguiendo la orilla del lago e intuyendo ya el nacimiento del río mas largo de la tierra.

Poco después me interné por una tortuosa vereda que baja hacia un pequeño y miserable poblado de pescadores tendido a la orilla del lago, y formado por un puñado de chozas, mitad cabañas, mitad chabolas. Un chaval de unos veintipocos años con más porquería encima de la que un habitante del primer mundo, de esos que se duchan todos los días, pueda llegar a imaginar, se me acerca y sin perder tiempo me ofrece un paseo en canoa por el lago por treinta mil chelines (unos dieciocho euros). Yo le digo que lo único que quiero es llegar hasta las cataratas de Rippon Falls, o lo que quede de ellas, y volver. Al final lo acordamos por veinte mil. No regateo. A fin de cuentas por dos mil pesetas me van a convertir en un ser privilegiado, acercarme al mismo islote desde el que más de cien años atrás, en 1862 el primer blanco, europeo, inglés, John Hanning Speke, contempló las Fuentes del Nilo Blanco, después de miles de años de búsqueda.

La canoa que me llevó hasta allí, no debía diferir mucho de la que le transportó a él. Eso sí, con motor fuera borda incorporado – más viejo que el mismísimo Speke- petardeando y parándose cada dos por tres. Aunque cuando uno lleva ya algún tiempo en Äfrica, eso no le preocupa, y al final uno sabe que los africanos “casi” siempre, y sin ponerse nerviosos, suelen solucionar “casi” todos los problemas mecánicos, antes o después.

Al desembarcar en el islote en el centro del Nilo, kilómetro cero, y encaramarme al monolito que conmemora la gesta de Speke, contemplo el lago Victoria a mi alrededor. Y el río Nilo, también a mi alrededor. Todo en uno. Y pienso. Sólo hay un lugar en el mundo como este. Y es este. Y aunque las cataratas que describió y dibujó Speke desaparecieron al crecer el nivel del lago a causa de la presa hidroeléctrica construida unos kilómetros mas abajo, todavía se intuye perfectamente la herida en el lago por la que escapa el Nilo.

Y los cormoranes y los martines pescadores zambulléndose sin complejos en las aguas del lago. Y las águilas pescadoras de cabeza blanca, ojo avizor en las ramas de los árboles y arbustos. Y yo allí arriba. En el centro del río. En el centro del Mundo.

jueves, 16 de octubre de 2008

Homenaje a Ángel López Bilbao

Hace unos años, decidí viajar a Kenia y tuve la gran suerte de conocer a Ángel y a Peter que unos meses antes habían constituido una sociedad hispano – keniata llamada DAMASAFARIS y cuyo objetivo era mostrar al turismo el potencial de este país africano. El sueño de África de Ángel, no duró mucho tiempo, ya que después de poco más de un año de estancia en Kenia murió de manera inesperada.
Siempre rondó por mi cabeza, la posibilidad de dedicar un pequeño homenaje a Ángel, y creo que ha llegado el momento de hacerlo. En otra ocasión, os contaré mi viaje por esos escenarios de los cuales nos habla en cu carta y que yo tuve la oportunidad de vivir en vivo y en directo.
Pocos días antes de su muerte, tuve la oportunidad de recibir un estupendo relato de su última excursión a las “Fuentes del Nilo”, que mañana tendréis oportunidad de disfrutar.

Además, también quiero que veáis la valentía de una persona que disfruta de todas las comodidades de la sociedad occidental y que en un momento de su vida decide romper con todo para irse a África. Esta es la carta que envía después de sus primeros cuatro meses en Nairobi intentando explicar el proyecto perfecto de un mzungu (blanco) loco, y esa excursión a las fuentes del Nilo.

CARTA DESDE AFRICA.- Recibida el 1 octubre 2006

Después de sólo cuatro meses en África, y a un año vista desde que decidí embarcarme en esto e ir a por todas, sólo puedo decir que de momento todo va bien.
La verdad es que es un proyecto arriesgado, tanto en lo personal como en lo profesional, aunque una de las mejores cosas es que ambos aspectos, el profesional y el personal, son sólo uno. Y eso ya por si mismo vale mucho, ya que la mayor parte de las personas, creo yo, que viven en una especie de esquizofrenia indeseada en la mayoría de los casos, teniendo que mostrarse de una forma, que casi nunca sienten, en lo profesional, en el trabajo, y frente a los jefes, y de otra, completamente distinta, durante el resto de su vida. Y lo sé porque me ha pasado a mí también. Sin embargo, para mí, ahora no hay diferencia entre el trabajo y lo que no lo es. Todo es vida, simplemente eso, vida.
Pero el proyecto, ya digo, de vida, y que abarca lo profesional y lo personal, todo en uno, también es bonito, además de arriesgado. Aunque no sí si mucha gente podría entender como se puede considerar bonito el abandonarlo todo, y arriesgarlo casi todo.
Por un lado, la huida de la Mediocridad. No se puede negar que irse a vivir a África, al tercer mundo, e intentar crear una empresa que fundamentalmente venda sueños “El Sueño de África ” en forma de safaris fotográficos en los más bellos y salvajes entornos naturales del mundo, podrá considerarse una locura, o una insensatez o lo que se quiera, pero jamás una mediocridad.
Por otro lado, el Reto. Desde el primer momento he sabido que esto iba a exigirme al máximo. La adaptación a una nueva vida. La soledad. El miedo al futuro y al fracaso. La renuncia a la seguridad y a la comodidad. O se es o no se es. Y punto. Y eso es bonito, o a mí me lo parece. Aunque a veces la parte mas mezquina y ruin del alma intenta jugártela y te hace pensar lo bien que estabas en tu puesto de trabajo asegurado en una multinacional, tu sueldazo, tu cochazo, y tu plan de pensiones. Pero poco a poco, he ido doblegando esa parte tan “sensata” de mi carácter – la madre que la parió – y ya cada vez incordia menos.
Y la aventura. Y la huída de la rutina vital. Porque resignarse a una vida en la que un día es igual a otro y un año igual al siguiente?. Eso era mi vida. Y ya no lo es. Y eso, aunque a veces no es cómodo, lo que si da es intensidad a la vida y los días parece que cunden más. Al no tener asegurado el futuro (que estupidez, pero si nadie lo tiene ) se disfruta más el tiempo y se valoran más las cosas de la vida.
Y la vida salvaje africana. Los grandes paisajes de Masai Mara, Serengueti, Samburu y Amboseli. Y el Kilimanjaro y el monte Kenya, y las Montañas de la Luna. Los lagos Nakuru y Naivasha y Baringo y Bogoria. Meru y Shimba Hilss, Manyara, Tarangire, Ngorongoro y Eyasi y Ruaha y Selous.

Y los grandes gatos: el León, el Leopardo y el Guepardo. Y los pequeños: el serval y el caracal. Y los más modestos depredadores; el chacal, el dorado y el espalda negra, y la Hiena. Y los grandes hervívoros que no temen a nadie; el Elefante, el Rinoceronte y el Hipopótamo. Y las cebras y los ñús, a miles, a millones. Y los antílopes, impalas, elands, kobos, dik diks, topis, búfalos y orix. Todos preciosos. Y las gacelas de Grant y Thomson. Y el cocodrilo. Y los babuinos y los jabalís verrugosos. Y los buitres, los marabús, las águilas, los avestruces, las cigüeñas, los flamencos y los pelícanos. Los estorninos, los calaos, las perdices y las gallinas salvajes de guinea. Las avutardas, los gansos, las garzas y garcetas, las palomas, los cuervos……

El Sueño de África.

Y el pacto por las civilizaciones. O acaso esta empresa no es un ejemplo claro de cooperación entre dos culturas, dos pueblos y dos continentes. España y Kenia. Sin limosnas ni ayudas al desarrollo. Sólo la empresa conjunta de un keniano y un español, en la que cada uno pone lo que tiene y lo que puede. El valor, la ilusión, la profesionalidad, la experiencia, el trabajo, la honestidad. Y también la pasta.

En fin, el proyecto perfecto para un Mzuzu loco