martes, 13 de enero de 2009

Las Bijagos IV

Llevamos en las Bijagos solamente tres días y cada jornada es diferente de la anterior aunque las sorpresas continúan. Para el día de hoy, esta previsto que hagamos una excursión para visitar las tabancas de Ambuduco, Aminda y Etiogo. Después del desayuno, bajamos a la playa y cogemos las barcas para adentrarnos por los canales de los manglares hasta llegar a tierra firme. Nada mas desembarcar, vemos unas huellas de un hipo que ha pasado por la zona y caminamos por un sendero repleto de vegetación y de grandes termiteros. Al momento y cuando estamos pasando por una casa al lado del camino escuchamos unas voces ¿qué pasa ¿nos preguntamos y rápidamente salimos de dudas, pues el hipo cuyas huellas vimos anteriormente ha penetrado en la tierra de Maria Preta ( que así se llama la propietaria), ha destrozado todo el cultivo de mancarra y está un poco molesta; Antonio el director del parque que nos acompaña y Luis, toman buena nota del problema para intentar solucionarlo mediante la colocación de un pastor eléctrico; continuamos la marcha entre ceibas gigantes , procurando no pararse demasiado, pues hay unas hormigas que pegan unos bocados de miedo; ahora el objetivo es intentar observar en una ceiba un nido de una especie de loro que es endémico de estas islas; caminamos con sumo cuidado para no hacer ruido y Luis monta el telescopio para intentar verlo, pero después de permanecer un buen rato de espera el nido parece que esta vacío pues los loros han salido a buscar comida ¿qué pena?; continuamos la marcha disfrutando de este entramado de grandes árboles hasta llegar a la primera de las aldeas que vamos a visitar “Ambuduco”; Camiño va a buscar al mayor de la aldea que nos da la bienvenida; está ciego y vive en una casita al lado del poblado antiguo; recorremos el nuevo poblado haciendo fotos disfrutando con la gente que se muestra sumamente amable con nuestra presencia; en este poblado, están construyendo una nueva escuela, pero mientras tanto los bancos están instalados a la sombra de un árbol y el maestro da las clases aquí; al vernos todos los chavales se sientan en sus pupitres , Alfredo pinta en la pizarra un hipo y el profesor les explica que este animal es sagrado y que no se les puede hacer daño ; pasamos unos momentos inolvidables haciendo fotografías y riéndonos con ellos. Seguimos la marcha por la tabanca entreteniéndonos más de la cuenta, haciendo más fotos y observando todo lo que nos rodea; dejamos esta aldea y entramos en Aminda en donde Camiño nos presenta a una de sus hermanas que vive aquí y hacemos una parada rápida para comer un bocadillo; a partir de aquí el ritmo de marcha se incrementa pues tenemos que llegar lo antes posible a Etioga para coger las barcas, pues como baje demasiado la marea nos tocará empujar como así sucederá. Por el camino saludamos a todas las personas con las que nos cruzamos y finalizamos el recorrido en una playa en donde hay millones de conchas, ¿el motivo? , pues hay algunas familias que se dedican a coger berberechos para después cocerlos y a continuación secarlos al sol; hacemos las fotos de rigor y todos a empujar pues la marea está demasiado baja y la barca roza en la arena; aquí Antonio tiene un pequeño percance pues al empujar ha pisado una raya y le ha clavado el aguijón. Ya en mar abierto, observamos a unos pescadores que de manera ilegal están tendiendo sus redes en un área prohibida, nos acercamos y Antonio les da el alto, les obliga a recoger sus aperos y son detenidos; Domingo pasa a su barca y son acompañados hasta la isla de Orango en donde requisarán su motor, el cuál no les será devuelto hasta que paguen una multa de unos 300.000 francos CFA (unos 500 euros). En la barca van 4 pescadores y dos niños. A mi me dan pena los niños, pero creo que esta es la manera que aprendan a respetar las normas de pesca dentro del área prohibida del parque de Orango. Llegamos justo a la hora de la comida y para no perder el hábito nos sentamos a la mesa y nos ponemos morados. Hoy está programada la tarde libre para descansar o poner el diario en orden, aunque al final Luis nos propone dar un corto paseo para observar aves (aceptamos encantados para bajar la comida) y acabar en la playa disfrutando de otra estupenda puesta de sol.
Pero mira por donde, y ya caminando por la arena de regreso al hotel, vemos a lo lejos algo que se mueve ¿qué será? , pues es una familia de monos verdes que han bajado de los árboles para alimentarse y corretear por la playa (aquí todo son sorpresas). Damos por finalizada la jornada de hoy y empezamos a prepararnos para la de mañana que también será otra de las más esperadas de este viaje, ya que nos desplazaremos a la isla sagrada de Poilao para ver el desove de la tortuga verde. Mañana másssssssssssss…..

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