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lunes, 2 de marzo de 2009

Ayerbe y Los Mallos de Riglos

Para finalizar este recorrido nos desplazamos a la localidad de Ayerbe, en donde nada más llegar llama la atención el impresionante Palacio de los Marqueses de Urriés y la Torre del Reloj. Además en esta localidad transcurrió la infancia del insigne científico D. Santiago Ramón y Cajal, y la casa que habitó alberga un centro de interpretación dedicado a su vida y a su obra.
El palacio, es un edificio del siglo XVI construido en tiempos del emperador Carlos I por el señor de Ayerbe, don Hugo de Urriés y su esposa Greyda de Lanuza, con elementos góticos y restos de un patio interior renacentista. En la actualidad es una escuela de música privada.

Con respecto a la Torre del Reloj, es una obra civil de estilo barroco, levantada en un edificio exento en 1798 para albergar el reloj del concejo. Con sus 30 metros de altura esta torre obra de Tomás Gallego se levantó con los restos de la torre de la parroquia de Santa María de la Cuesta que desapareció entre 1750 y 1798. Ayerbe, ya contaba desde 1563 con reloj y campana horaria que es la que marcaba el ritmo del pueblo. El nuevo reloj costó 30.588 reales y 8 monedas de vellón y cuenta la leyenda que los ayerbenses levantaron esta torre, para no tener que mirar el reloj de sol del palacio de los marqueses y para que además este edificio dejara de ser el más alto de la villa.

Continuando la ruta por la A132 y antes de llegar a Murillo de Gallego, encontramos el desvío para acceder a esas espectaculares formaciones que ya se divisan desde la carretera que son Los Mallos de Riglos. Antes de llegar es conveniente pararse en el mirador en donde se encuentra el monumento a los montañeros Alberto Rabadá y Ernesto Navarro que fueron pioneros en abrir muchas de sus vías de escalada y desde donde tenemos una de las mejores vistas. Estas formaciones rocosas que alcanzan los 300 metros de altura, que son el paraíso de montañeros y escaladores, están formadas por conglomerados calizos del terciario que han sido remodelados por el agua, lluvia y vientos a lo largo de miles de años, constituyendo un fenómeno único en Europa. Su color rojizo debido a sus tierras arcillosas y al óxido de hierro hacen de estas formaciones una visión espectacular sobre todo a la puesta de sol. El pueblecito de Riglos sencillo y apacible a orillas del río Gallego nos permite pasear por la base de estos gigantes de barro que tienen nombres própios : El Puro, El Pisón, Frenchín, Volaos, etc y que también nos permiten contemplar en sus oquedades o en las alturas a esas tremendas rapaces como los quebrantahuesos y los buitres leonados.

Para terminar os contaré una leyenda que cuenta que anteriormente había en los Mallos de Riglos una aldea, Foz de Escalete, en la que vivía una anciana bruja gigantesca. Su aspecto y tamaño atemorizaba a los aldeanos y cansada de esto, levantó las inmensas rocas y allí se escondió de todos

jueves, 26 de febrero de 2009

El Castillo de Loarre

Aragón es una región montañosa, y la provincia de Huesca conserva los castillos medievales más antiguos. Los hay musulmanes del siglo IX, los hay cristianos como los de Abizanda y Fantova; también están los que funden lo militar y lo religioso: templario como el de Monzón, o conventuales como los de Alquézar, Montearagón o Loarre. Por ello y siguiendo la ruta que os propuse días pasados, vamos a salir de Bolea para dirigirnos directamente por la A 1206 hasta la localidad de Loarre. Justo antes de llegar al pueblo a la derecha comienza la subida hacia el castillo y rápidamente se divisa en lo alto de la montaña la majestuosa estampa de esta fortaleza, que el día que yo lo visite, estaba envuelta en una neblina que le daba un aspecto más fantasmagórico. Después de aparcar, me dirijo hasta el centro de recepción en donde se sacan las entradas y en donde se encuentra la tienda y la cafetería, para a continuación caminar unos metros más para acceder al interior del castillo.

Loarre, es el castillo aragonés por excelencia, ocho torreones que aún guardan el sonido de las espadas, defienden al que ha sido palacio real, monasterio, y más recientemente escenario de multitud de películas, y todo ello debido seguramente al buen estado de conservación que ha mantenido durante siglos, posiblemente por su escaso protagonismo militar y su temprano abandono. La única hazaña bélica que suele citarse es el cerco impuesto por las tropas leales a Fernando de Antequera, elegido rey en el Compromiso de Caspe en 1412. Entonces, su defensora era una mujer, Violante de Luna abadesa del monasterio de Trasobares. Tiene fama de ser el castillo románico mejor conservado del mundo, pero quizás el verdadero protagonismo le está llegando de la mano del cine, y los habitantes de Loarre se están convirtiendo en expertos figurantes.La fundación del mismo se debe a Sancho III el Mayor de Pamplona a principios del siglo XI.

Nada más llegar al recinto, llama la atención una consistente muralla del siglo XIII que protege todo el recinto de 10.000 m2 en sus ciento setenta y dos metros de longitud y su metro treinta de grosor. Si nos transportamos a épocas pasadas, podemos imaginar la dificultad que encontraban los posibles invasores, pues desde las ventanas arrojaban aceite hirviendo, disparaban flechas, además la entrada se encuentra en recodo y el puente de acceso a la torre del homenaje se levantaba y dejaba esta zona aislada. Una vez en el interior déjate invadir por el espíritu medieval y disfruta de sus tesoros. Entre los más destacados están: la iglesia de San Pedro y sus 13 arcos sostenidos por columnas, la torre del homenaje la más alta del castillo (22 metros) y de más difícil acceso, la torre de la reina y el correspondiente mirador desde el que se obtienen las mejores vistas de la Hoya de Huesca, la iglesia primitiva de Santa María de Valverde adosada al acantilado vertical, la torre Albarrana, los calabozos, la sala de armas, etc.
En definitiva este paseo por el interior del castillo situado a 1070 metros de altura, hará las delicias de todos los visitantes. Esta abierto todos los días excepto Navidad y Año Nuevo. Para más información www.castillodeloarre.es. Mañana continuaremos el recorrido hacia Ayerbe y los Mallos de Riglos.

viernes, 20 de febrero de 2009

La Colegiata de Bolea. Huesca

La provincia de Huesca es tan pintoresca y tiene tantos lugares interesantes, que podríamos estar durante un año recorriendo todas sus comarcas y aún nos dejaríamos algún sitio por visitar. Además podemos elegir cualquiera de las cuatro estaciones del año dependiendo de lo que deseemos hacer. Evidentemente en invierno el esquí es una de sus facetas más destacadas; si hablamos de escalada es un paraíso para los montañeros, y si de arte se trata, tiene para todos los gustos (románico, gótico, mudéjar, islámico, etc. Hoy os voy a proponer una ruta que partiendo de Huesca capital visitaremos la Colegiata de Bolea, el castillo de Loarre, la villa de Ayerbe y acabaremos en los mallos de Riglos. Pero lo haré en varias entradas para no pasar de puntillas por estos monumentos, pues creo que merece la pena recrearse y disfrutar tranquilamente de todos estos lugares. Comenzaré el recorrido visitando el pueblo de Bolea y su bonita Colegiata.

Aproximadamente a veinte kilómetros de la capital por la carretera A132, nada más pasar el cruce de Esquedas , tomando la recta que se dirige a Bolea ya se divisa al fondo en lo más alto del pueblo la imponente estampa de la Colegiata. La villa de Bolea es la capital del municipio de La Sotonera y su nombre debe la procedencia a un topónimo de origen íbero que significa sitio elevado; fue conquistada por Pedro I de Aragón en el siglo XII. La construcción actual está asentada sobre la cimentación del templo románico del siglo XII, del que se conserva la torre-campanario y la cripta bajo el presbiterio. La Colegiata fue construida entre 1541 y 1559 por el guipuzcoano Pedro de Irazábal tomando como ejemplos la Seo de Zaragoza y la catedral de Barbastro. Es un templo que podemos enmarcar entre los estilos gótico y renacentista con una gran planta de salón cuadrada con tres naves a la misma altura, arcos de medio punto, columnas fasciculadas, y bóvedas estrelladas. Su perfecto estado de conservación, es debido en parte a una asociación compuesta por vecinos de Bolea y del Altoaragón , que se denomina “Asociación de amigos de la Colegiata” y además suele hacer de guía uno de sus miembros que explica con mucho entusiasmo, y todo lujo de detalles la visita a la misma.

Evidentemente lo más impactante de su interior, es su impresionante Retablo Mayor, obra maestra de la pintura española del renacimiento restaurado hace 17 años , que constituye una espléndida combinación de 20 tablas y 57 tallas de madera policromada; pero lo más llamativo del retablo lo constituyen las maravillosas pinturas realizadas por EL MAESTRO DE BOLEA(pintor anónimo) que utiliza en una época todavía gótica en España rasgos estilísticos en que se unen dos corrientes: flamenca y la italiana. Otros retablos que también merece la pena destacar son: el Retablo de San Sebastián realizado en 1503 por Gil de Brabante; el Retablo de Santiago de 1532 realizado en alabastro policromado y en cuyo suelo se encuentra el osario con los restos de las personas que fueron enterradas en la colegiata; y otros retablos barrocos entre los que destacan el de la Virgen del Rosario, la Virgen del Pilar, San Vicente y Santa Bárbara. El coro, sobrio y elegante en madera de nogal y roble y el órgano del siglo XVIII, con 29 registros y 1031 tubos de estaño y plomo completan esta interesante visita. En la parte trasera de la colegiata se puede acceder a un mirador que ofrece buenas vistas de los alrededores. Los lunes permanece cerrada por descanso. Entrada 2 euros. Para más información: teléfono 649655125 y www.colegiatadebolea.com