lunes, 30 de marzo de 2009

Las Casas de la Cascada

En la última entrada de Las Merindades del pasado viernes, os comenté que dedicaría una entrada especial a un lugar bonito, tranquilo y agradable que he conocido en este recorrido. Se trata de “Las casas de la Cascada”, y esta es la historia:

Al tomar el desvío, me encontré a una persona que salía de una caseta de obra y le pregunté donde estaban las cascadas. El me contestó que dejara el coche un poco más adelante y que por en medio de las casas salía el camino. Nada más aparcar, el venía detrás andando y al llegar a mi altura le pregunté si el era el dueño de esas casitas de madera tan coquetas que se veían al final del camino; me contestó afirmativamente (aunque matizó que el dueño por el momento era en banco) y a partir de ese momento me explicó como había surgido la idea de dejar la gran ciudad y venirse a montar este proyecto con el cual había soñado desde hacía muchos años. Se llama Koldo Gancedo Padura , es un enamorado de la tierra que le vió nacer y gracias a la ayuda de familiares y amigos ha logrado hacer realidad el sueño de su vida construyendo un centro de ecoturismo llamado “Las casas de la Cascada” compuesto por cuatro casas, dos de ellas para cuatro personas y dos más para seis. Enclavadas en la vertiente norte de la Sierra Salvada en el límite de las provincias de Burgos y Álava y rodeadas de montañas de mas de mil metros y grandes valles, estas casas y por supuesto su entorno, son un paraíso para los amantes de la naturaleza, y por supuesto para los montañeros( por piedras no será); como ejemplo decir que en esta zona hay mas de 120 especies de aves entre las que podemos destacar a las más grandes: el buitre leonado, el alimoche, el águila real y el halcón peregrino; también mamíferos como la nutria, el visón y la marta. También puedo imaginar, que por estos lugares, los otoños tienen que ser una pasada.

Las casas, están en un lugar con unas vistas geniales, justo encima de las cascadas y su idea es rehabilitar una bonita casa de piedra que está a la entrada y otra en ruinas para en el futuro hacer una piscina climatizada. El concepto ecológico es una idea que Koldo tiene en su cabeza, pues es de los que opina que en la naturaleza está el futuro de nuestro planeta y que además es lo que tenemos que transmitir a nuestros hijos. También tiene muy claro el tema de la comunicación entre las personas que en las zonas rurales todavía tiene gran importancia, pero que en las grandes ciudades ya no existen pues cada cual va a lo suyo. De este y de algunos otros temas, estuvimos charlando un buen rato intentando arreglar el mundo para terminar invitándonos a una copita de pacharán del auténtico.

Koldo, ha sido un placer conocerte, quiero desearte mucha suerte, y espero poder pasar unos días contigo y tu familia para poder conocer mucho mejor este maravilloso lugar.
Si queréis más información sobre estas casas podéis entrar en su página Web www.lascasasdelacascada.com y una vez dentro de la página y en el capítulo bitácora, os recomiendo que leáis el cuento de la cascada que viene a dar forma a esta interesante iniciativa.

viernes, 27 de marzo de 2009

Las Merindades IV

Con el estómago entonado seguimos el recorrido tomando en el cruce de Mercadillo la BU-554 una bonita carretera con muchas curvas que se dirige a Arceniega (Alava); justo tocamos unos kilómetros de esta provincia y rápidamente de nuevo a Burgos para tomar la BU-550 hasta el cruce de Angulo; aquí la carretera desciende bruscamente entre bosques, praderas y cuadras hasta alcanzar el valle encajado entre la Sierra de la Carbonilla y los muros de la sierra Salvada y justo nada más salir del pueblo de Cozuela y tomar una curva a la izquierda sale un camino que desciende hasta el aparcamiento para desde aquí caminar hasta la base de la cascada de Peñaladros. ¡ojo! aquí tenéis que ir con mucho cuidado pues no hay indicación y es fácil pasarse e irse a la provincia de Álava para tener que dar la vuelta. Estas cascadas de 13 metros de altura tienen agua durante todo el año y caen sobre una poza rodeada de árboles que dan cobijo a multitud de especies animales. Es un secreto bien guardado que no necesita de marchas agotadoras ni de botas de treking y en donde el sonido ininterrumpido del agua al caer nos reafirma en que hemos visto algo que merecía la pena.Justo al lado de estas cascadas existe un centro de ecoturismo "Las casas de la Cascada" regentado por Koldo y del que os hablaré en una entrada especial.

Después de bajar a la base de las cascadas y disfrutar de la tranquilidad que se respira en ese lugar continuamos nuestro periplo saliendo de nuevo a la carretera BU-550 para ascender el puerto de Angulo y encaminarnos hasta San Pantaleón de Losa. Cuando nos vamos acercando, se divisa al fondo una gran roca (peña Colorada) que parece la quilla de un barco y justo en lo alto la ermita románica de San Pantaleón. Después de cruzar la aldea y ascender por un sinuoso y empinado camino de cemento (nos preguntamos que pasa si se cruzan dos coches, pues solo cabe uno y muy justito) llegamos al aparcamiento justo en el momento de la puesta de sol; en esos momentos solamente se me ocurre una palabra “espectacular”. En lo alto de esta atalaya, solos y como telón de fondo esta maravilla del románico disfrutamos de lo lindo. La ermita levantada sobre un terreno con gran declive fue consagrada en el año 1207, consta de solamente de un tramo bajo cúpula y de un ábside. Llama la atención su fachada principal ya que en su lado izquierdo de la portada representando la mente intuitiva figura un atlante a modo de cariátide y en el lado derecho y representando la mente racional una especie de rayo en zigzag con cinco puntas.

Damos por finalizada la visita a este bello lugar y decidimos encaminarnos hacia la localidad de Medina de Pomar así llamada por estar situada en un valle con muchas manzanas. Nada más llegar llaman poderosamente la atención las dos torres del Alcázar de los Velasco que sobresalen en lo alto; en su animada plaza de Somovilla figura el busto de Juan de Salazar y Espinosa fundador de la ciudad de Asunción y que era natural de Medina. Si comenzamos a caminar por su animada calle Mayor y una vez que atravesamos el arco de la Cadena entramos en la ciudadela en donde se encuentra la iglesia de Santa Cruz, la Plaza Mayor con el edificio del ayuntamiento de 1898, que mira al río Trueba y al fondo el Alcázar de los Velasco. Fuera del recinto urbano podemos visitar el monasterio de Santa Clara, el hospital de la Vera Cruz y la Ermita de San Millán. Para dar por concluida esta jornada nada mejor que sentarse en el animado y concurrido café restaurante del Siglo(situado en la calle Mayor) y degustar alguno de sus típicos platos o de sus ricas pizzas.

Regresamos a nuestra casita “El Prado Mayor” en Quintanilla del Rebollar para descansar y disfrutar de ésta estupenda casa y dar por concluida nuestra estancia en Las Merindades, comarca tan desconocida como maravillosa y a la que espero volver en breve.

jueves, 26 de marzo de 2009

Las Merindades III

Después de descansar plácidamente y de un desayuno copioso que incluye mermelada natural nos disponemos a comenzar esta jornada visitando el complejo kárstico de Ojo Guareña, que se encuentra a escasos cinco km. de la casa y que con más de 100 kilómetros de galerías es uno de los mayores de Europa. También aquí podemos recorrer la cueva y la Ermita de San Bernabé que incrustada en la roca conserva una talla de San Tirso del siglo XIII y unas curiosas pinturas murales en su bóveda natural (existen visitas guiadas y la entrada cuesta dos euros); justo debajo de la ermita se encuentra el sumidero de Guareña, más conocido como “ojo” que es donde el río desaparece en la roca caliza y que a través de los siglos ha dado lugar a la creación de este complejo de simas, lagos y galerías. Desde este lugar las vistas de las montañas son espectaculares y además existe un área de descanso con mesas y fuente para poder pasar una jornada agradable; pero nosotros tenemos que seguir la ruta, así que nos vamos hacia Espinosa de los Monteros villa monumental plagada de palacios, torres, casonas y sus tradicionales casas con galerías. Pasear por sus calles, supone respirar aires de otras épocas y revivir su pasado histórico. El centro de la villa es la plaza del ayuntamiento con sus soportales y la iglesia de Santa Cecilia y justo enfrente uno de sus monumentos mas reseñables “el palacio de los marqueses de Chiloeches” (aquí me gustaría ponerle un pero, “que no dejen aparcar coches delante de su puerta” pues desmejora mucho su espléndida fachada); caminar sin rumbo por sus calles supone ir descubriendo más monumentos ( las torres de los Azulejos, de los Monteros, de los Herradores, de los Velasco) , palacios (de los Fernández Villa, marqueses de Cuevas) y casonas (de los Velasco, de los Marcidé).

Espinosa de los Monteros se encuentra en plena cordillera Cantábrica y si nos encaminamos hacia Las Machorras o de los Cuatro Ríos Pasiegos el territorio burgalés en el que con más claridad han perdurado las formas de vida ancestrales, tendremos la oportunidad de disfrutar de un abrupto paisaje de profundos valles en donde se alternan bosques de pinos, hayas y robles con desafiantes paredes rocosas; diseminados por los montes aparecen pequeñas cabañas pasiegas en donde la ganadería es la principal fuente de riqueza; desde aquí podemos ascender los puertos de La Lunada (donde hay una estación de esquí), Estacas de Trueba, o el portillo de La Sía desde donde en días claros hay unas magníficas vistas. A partir de aquí ya estamos en Cantabria, pero nosotros seguimos nuestra ruta por Las Merindades, así que descendemos despacito disfrutando de este relajante panorama para desplazarnos hacia el Valle de Mena que sorprende por su amplitud y su paisaje siempre verde y cuya capital es Villasana de Mena. De camino hacia Villasana paramos primero en Bercedo para observar la interesante portada románica de su iglesia (esta justo al lado de la carretera), y en Agüera para ver su puente romano; si seguimos por la carretera general CL-629 podemos desviarnos y acceder al santuario de Cantonad (buenas vistas de todo el valle) y proseguir hasta el cruce hacia Lezama de Mena en donde se levanta la altiva silueta de la torre perteneciente a la ilustre familia de los Velasco y que fue levantada en el siglo XIV; siguiendo esta carretera comarcal llegaremos a Cadagua para hacer una corta pero interesante marcha. Si aparcamos en la plaza al lado de su pequeña iglesia y frente a Villa Daría, podemos hacer una marcha circular facilita; si descendemos por el camino que baja a mano derecha podemos observar las ruinas de un antiguo molino, para a continuación comenzar a subir siguiendo el curso del río y fijándose en algún letrero algo escondido hasta llegar a una cancela que se adentra en un prado;lo atravesamos, y llegamos a una segunda cancela que tras pasarla ( cuidado los más rellenitos ya veréis por qué) nos damos de bruces con las fuentes del río Cadagua a los piés de los taludes rocosos de la sierra de La Peña. El entorno es bonito y muy relajante; es todo un lujo poder disfrutar de este lugar en silencio escuchando el rumor del abundante agua que brota de sus fuentes; de nuevo regreso al coche para continuar hasta Siones para ver su iglesia de Santa María del siglo XII y hasta Vallejo de Mena para contemplar la iglesia de San Lorenzo de una sola nave, tres portadas y un curioso y robusto ábside; por poner una pega a esta iglesia, se nota demasiado el corte de la piedra en su restauración. Son ya las tres de la tarde, y cuando intentamos comer algo, y tras preguntar en varios bares todo el mundo nos dice que si queremos comer hay que ir a Villasana de Mena, así que dicho y hecho. Aparcamos junto a una elevada torre y tras preguntar en varios sitios, damos con el lugar indicado “La taberna del Cuatro”. Nos sentamos en la terracita y degustamos un tomate aliñado exquisito, rabas y secreto ibérico. Taberna recomendable por su buena comida y por su buen trato. Hasta aquí llega la ruta de hoy, mañana en la siguiente entrega finalizaremos este interesante itinerario.

martes, 24 de marzo de 2009

Las Merindades II

Si desde Valdenoceda decidimos hacer una segunda ruta, cogeríamos la N-232 con dirección Logroño para a pocos kilómetros parar primero en Quintana de Valdivieso para ver su decimonónico colegio de Huérfanos, la casa de los Huidobro, el renacentista palacio fortificado de los San Martín y la torre de Loja; un poco más adelante y a la derecha nos desviamos hacia El Almiñé y ver la iglesia románica de San Nicolás con su torre cuadrada y sus cuatro ventanas en cada uno de sus lados; justo en el lateral hay un antiguo potro de herrar y enfrente una antigua casona señorial adornada con su escudo nobiliario. Si retrocedemos el camino y cruzamos al otro lado de la carretera, nada más pasar el río por el más antiguo de los puentes de toda la zona, llegamos a Puente Arenas en donde una pista de cemento nos lleva a San Pedro de Tejeda, una de las iglesias románicas mejor conservadas y más interesantes de todo el románico español; es una pena que todo el recinto este vallado, ya que se encuentra dentro de una propiedad particular. Existe un cartel con los diferentes horarios de visita en función de los meses. Cuando yo llegué estaba cerrada y para poder hacer alguna foto tuve que rodear la valla hasta encontrar un lugar para poder entrar. Continuando por la carretera a este lado del río pasamos por Quecedo ( capital de la Merindad de Valdivieso), Arroyo, Valhermosa, Hoz de Valdivieso( palacio de estilo herreriano) y ¡ojo! pues desde este pueblo sale un desvío que a través de una espectacular garganta llega a Tártales de los Montes; la distancia hasta este pueblo es de 1700 metros y se puede hacer en coche o andando; antes de llegar al túnel excavado en la roca y después de un duro repecho, hay un mirador desde donde se puede ver una bonita cascada y también se puede observar como subían las caballerías desafiando todas las leyes de la gravedad. Continuando llegamos al embalse de Cereceda y cruzando el puente y antes de llegar a la carretera general disfrutaremos de unos kilómetros de encajonamiento entre el río y la montaña. En el cruce siguiente y tras tomar la N-629 en dirección a Trespaderne entraremos de lleno en el impresionante desfiladero de La Horadada en donde la carretera va hundida entre dos paredes de rocas. Desde este pueblo y por la BU-530 vamos camino del desvío para llegar a uno de los pueblos más visitados de la provincia de Burgos; me estoy refiriendo a Frías. Antes de llegar podemos parar en el puente medieval en donde destaca la torre defensiva levantada en el siglo XIV para el cobro de los derechos de paso y desde donde ya se puede divisar al fondo y en lo alto la torre del homenaje de su castillo en un lado y la iglesia de San Vicente en el otro. Una vez dentro de su casco urbano se observa su trazado medieval, en donde se conserva todavía la construcción con entramado de madera. Asomándose a alguno de sus miradores tendremos las mejores vistas de todo el valle de Tobalina. Desde aquí, si desandamos el camino hasta el cruce podemos acabar este recorrido en la coqueta localidad de Oña a orillas del río Oca en donde no debemos dejar de visitar la iglesia de San Salvador. En su interior se encuentra el Primer Panteón Real de Castilla, el fresco de Santa María Egipciaca y la Capilla Mayor, además de un claustro gótico obra de Simón de Colonia. Por sus estrechas calles aún se respira ese ambiente medieval y es sumamente agradable sentarse en la plaza a tomar un cafecito si tenemos de fondo todo el conjunto formado por la iglesia y el monasterio. Por los alrededores se pueden efectuar caminatas por el abrupto desfiladero que discurre entre la vía del tren y la carretera.

Las Merindades I

Ahora que llega ya el buen tiempo y está próxima la Semana Santa, es hora de salir y recorrer esos lugares que tenemos pendientes en nuestra agenda y que vamos posponiendo sine die. Yo he aprovechado este puente de San José para desplazarme y visitar el tercio septentrional de la provincia de Burgos y más concretamente la comarca de Las Merindades. La verdad es que ha sido todo un descubrimiento pues dentro de este espacio se alterna una inagotable sucesión de valles, montañas, ríos, senderos, cuevas, cascadas, desfiladeros, además de pueblecitos con unas preciosas iglesias románicas, eremitorios, castillos, torres fortaleza, palacios y tremendas casonas de piedra.

En esta época que nos toca vivir de problemas, estrés, prisas y agobios esta comarca, es el lugar ideal para olvidarse de la agitada vida urbana y dejarse llevar por el rumor del agua y del viento, recorriendo sus senderos y alojándose en la multitud de posadas rurales que existen en esta comarca.

Las Merindades se encuentran a escasas tres horas y media de Madrid por la N-I y lo ideal si tenemos algunos días es buscar un alojamiento y planificar las rutas desde ese punto. Yo os voy a dar algunas ideas de las muchas rutas y marchas que se pueden realizar, pero el recorrido admite multitud de paradas y todas ellas muy interesantes, pues cada pueblo tiene algún lugar que merece la pena visitar. Mi base de operaciones la establecí en Quintanilla del Rebollar en El Prado Mayor; se trata de un alojamiento ubicado en una antigua casona de labranza rehabilitada, en un entorno privilegiado, con una tranquilidad absoluta, que cuenta con ocho habitaciones, comedor, gran salón con chimenea, biblioteca, jardín , huerto ecológico y que está magníficamente dirigida por Olga que es una persona entusiasta y alegre, que te dará todo tipo de explicaciones sobre las excursiones a realizar y te hará sentir como si te encontraras en tu propia casa.

Una vez que llegas a Burgos capital, puedes tomar dirección Santander y al llegar a la localidad de Sotopalacios coger la CL-629 hacia Villarcayo; es una carretera en muy buen estado, bien asfaltada y que nos conduce hasta el puerto de la Mazorra; desde aquí ya podemos observar las magníficas vistas de la Sierra de la Tesla y sus farallones rocosos al fondo, con el río Ebro siempre presente. La primera parada obligada es Valdenoceda para visitar su iglesia románica de San Miguel y la torre gótica de los Velasco; si continuamos hacia Villarcayo nos encontraremos con el desfiladero de Los Hocinos, en donde la carretera serpentea al ritmo que marca el río y donde podemos ir observando su rica vegetación (encinas, hayas, tilos, bog) aquí podemos hacer una paradita nada más cruzar el puente sobre el río Ebro para poder ver el puente romano desde su orilla, hacer fotografías de este impresionante desfiladero e inclusive hacer una marcha paralela al río que parte del lugar en donde se encuentra la barbacoa. Más adelante y nada más pasar las canteras nos desviamos a la derecha para acercarnos a Bisjueces y rastrear en el pasado de dos de las figuras más legendarias de la primitiva Castilla; me refiero a Laín Calvo y Nuño Rasura que impartían la “fazaña” una justicia basada en leyes orales y que podemos ver representados en la fachada renacentista de su iglesia. Desde Villarcayo por la BU-561 y siguiendo el curso del río Nela , pararemos en Escanduso para contemplar la iglesia de San Andrés casi engullida por la carretera, de la que dicen que es uno de los templos románicos más pequeños del mundo; a continuación llegamos a Escaño y vemos su iglesia de San Salvador que data del año 1088 y que conserva un ábside de esta época. Desde aquí por una nueva carretera podemos acercarnos hasta Salazar para ver las llamadas torres de los Salazar de los siglos XVI y XVII. El siguiente punto obligatorio de parada es Puentedey en donde se localiza uno de los fenómenos de la naturaleza más espectaculares de la provincia; se trata de un gran puente excavado por el río Nela en su roca caliza; en lo alto se encuentra el pueblo con restos románicos y una casa fuerte perteneciente a los Velasco. Pasear por la orilla del río y subir a lo alto del pueblo es una buena manera de estirar las piernas y disfrutar de un entorno espectacular. Esta fue mi ruta del primer día partiendo desde Madrid por la mañana para llegar a dormir a El Prado Mayor en Quintanilla del Rebollar.

viernes, 13 de marzo de 2009

Khiva y su Ichan Kala

Si el circuito lo queremos empezar en Khiva, lo ideal es volar al aeropuerto de Urgent, y como en esta ciudad no hay nada que ver, directamente nos trasladamos a Khiva que se encuentra a 30 kilómetros. En el año 1997, celebró el 2500 aniversario de su fundación y me atrevería a decir que es una ciudad única, con un aspecto de decorado de cine, que fue inscrita por la UNESCO en el año 90 como ciudad patrimonio de la humanidad. Pero lo verdaderamente impresionante lo encontramos en cuanto atravesamos sus grandes murallas de barro y accedemos a través de la enorme puerta a la fortaleza interior Ichan Kala. Pasear por sus callejuelas a los pies de sus bonitos minaretes nos transportan a los cuentos de “las mil y una noches”. En esta fortaleza de 600 metros de largo por 400 de ancho es un tremendo puzle donde a lo largo de los siglos los arquitectos tuvieron que emplear todo su talento para crear este museo al aire libre de magníficos conjuntos arquitectónicos decorados con mayólica. Khiva es la piedra preciosa de una antigua civilización que se encontraba en el delta del Amu Darya llamada Khoresma. La muralla que rodea el Ichan Kala tiene una longitud de dos kilómetros, una altura de ocho metros y un espesor de seis metros y está construida de barro cocido y ladrillos; su origen se remonta al siglo V, aunque a lo largo de la historia ha sufrido multitud de ataques y ha tenido que ser reconstruida. Casi todos los monumentos importantes se encuentran dentro de la fortaleza y como básicamente lo que aquí se hace es pasear y dar vueltas en todos los sentidos, tendremos la oportunidad de visitarlos todos (hay más de 54), aunque yo os voy a recomendar los más importantes o por lo menos los que más me gustaron:

Kalta Minor o minarete corto es uno de los más llamativos, y quizás el motivo es su gran anchura y su poca altura. Tiene un diámetro de 14 metros y una altura de 26 y en principio debía ser el más elevado del mundo musulmán (70 metros) pero cuentan que o bien el arquitecto o el khan murieron antes de acabarlo o que hacerlo con la altura proyectada era un insulto para la ciudad de Bukhara. Justo enfrente está la madrasa de Mohamed Amin Khan (actualmente el hotel khiva) construida en 1850.

Madrasa y minarete de Islam Khodja que con sus 51.5 metros es el más alto de la ciudad. Se puede subir a la cúpula después de ascender 112 escalones y las vistas de toda la ciudad y del desierto circundante son especial mente bellas.

Mezquita Juma o de los viernes que pasa casi desapercibida pero que una vez en su interior llama la atención el tremendo bosque de columnas de madera (son 212) cada una de ellas talladas de diferente forma. Presenta una sala rectangular de 45X55 metros con el mihrab en el centro.

En Khiva se pueden visitar muchos más monumentos( la fortaleza de Kukhna Ark, la medersa de Mohammed Rakhim , el palacio de Tash Khaili con su harem con cinco iwanes o el mausoleo del santo y poeta Pahlavan Mahmoud protector de la ciudad),pero creo que lo más importante es dar rienda suelta a la imaginación caminando por su fortaleza interior , pero además, intentar hacerlo por la noche cuando las calles están desiertas y en silencio y todo ello le da un aspecto misterioso y fantasmal y es cuando realmente te transportas a siglos pasados. Quizás, la única pega que yo le pondría a Khiva, es carecer de vida real, pues como resultado del programa de conservación impuesto por los soviéticos en los años setenta, su corazón (o sea el Ichan Kala) se vació de vecinos y después son pocos los que han regresado a sus viviendas.

jueves, 12 de marzo de 2009

Nukus y el Mar Aral

Nukus es la capital del Karakalpakstan, ciudad poco atractiva en todos los aspectos, fuera de los circuitos turísticos, pero que cuenta con el Museo de Bellas Artes bautizado como Igor Savitsky (el nombre de su fundador) más importante de Ouzbekistán. Este museo posee una colección única de cuadros de la vanguardia soviética rescatados por I.Savitski que a pesar del riesgo de ser denunciado por anticomunista y de ser deportado a Siberia, salvó más de 90.000 cuadros de artistas perseguidos durante el periodo estalinista y que se encuentran en los archivos de este museo. Cuando llegó la perestroika en 1988 se pudo realizar una primera exposición en el museo ruso de San Petesburgo; aquí se pudieron ver obras de Robert Falk, Lyssenko, L.Popova, A.Volkov y de Sokolov después de los años pasados en un gulag.. El nuevo edificio del museo(abarca una manzana completa), ha tardado mas de 20 años en ver la luz gracias al empeño de Marinita Babnazarova aunque hay que concienciarse que sólo el 3% de sus fondos están expuestos en la actualidad. Solamente este museo, justifica la visita a Nukus. Yo tuve la fatalidad de no poder visitarlo, pues justo el día de mi estancia había una delegación del gobierno uzbeco y estaba cerrado al público.

En cualquiera de los casos, este será el punto de partida para la excursión al mar Aral. Evidentemente al no estar dentro del circuito turístico las infraestructuras no son buenas y de los tres hoteles que hay, nosotros estuvimos en el menos malo y con algún problema con la policía que se presentó en la recepción no sabemos para qué; aprovecho esta ocasión para deciros que lo peor de este país es la policía que te para continuamente en la carretera para pedirte los pasaportes, aunque los vehículos con turistas van identificados y lo único que quieren es dinero. Además a mi regreso a España y en la aduana del aeropuerto me robaron mi disco duro con la mayoría de las fotos realizadas durante mi estancia. Todas las fotos que aparezcan en las entradas de Uzbekistán y en la galería de fotos fueron realizadas por mis buenos amigos Lorenzo y Elisa y gracias a ellos podré documentar este interesante viaje.

Por la mañana ya estaba esperándonos a la puerta del hotel nuestro conductor de nombre Kudrac, amable, discreto y que iba a compartir con nosotros el resto del itinerario. De camino hacia Moinaq, hicimos una parada en el mercado de Conquirat que resultó de lo más agradable y divertido, pues este fue nuestro primer contacto con la gente y al ser una zona poco visitada, a ellos también les llamaba mucho la atención nuestra presencia. A partir de aquí la zona es bastante inhóspita, y el desierto salpicado de arbustos resecos y conchas marinas se alterna con terrenos blancos debido al mucho salitre y con los ríos todavía helados por el duro invierno pasado. Moinaq, es una ciudad deprimida, cuya principal atracción es el cementerio de barcos; desperdigados sobre la arena y desde un mirador se pueden ver las barcazas que un día navegaron por el mar Aral y hoy son cadáveres de chatarra y símbolos de la tragedia de este mar que llegó a ser la cuarta superficie de agua más grande del mundo; aunque por estos lugares aún recuerdan cuando era el puerto más próspero del mar Aral con una industria pesquera que daba trabajo a 10000 personas; pero a partir de los años sesenta el mar comenzó a alejarse, en el 79 cesó la navegación y en el 84 comenzó a desmantelarse la industria pesquera. Y esto ¿por qué? Pues todo esto ha sido debido a que los dos ríos, el Amu Daria y el Sir Daria que abastecían de agua al Aral, los han ido desviando hacia las plantaciones de algodón, pues su presidente se ha empeñado en que Uzbekistán sea el primer productor del mundo de esta materia, aún a costa de ocasionar este desastre ecológico. En la actualidad, el volumen de agua se ha reducido dos tercios y la superficie casi a la mitad y los expertos calculan que en el año 2020 habrá desaparecido si no se pone remedio. La sensación que te queda, después de haber paseado entre los barcos, cuando te subes en el coche para regresar a Nukus y reflexionas es la gran capacidad que tiene el género humano para cargarse el planeta. En la actualidad son varias las compañías petrolíferas que están haciendo prospecciones en Aral en busca de petróleo y gas lo que sería un mal menor y daría un impulso a la deprimida república autónoma de Karakalpakstán lindante con el Aral y dependiente de Uzbekistán. De regreso a la ciudad, paseamos por el mercadillo hasta que se hizo de noche y comenzó una nueva aventura para encontrar un lugar donde cenar ya que la ciudad estaba prácticamente desierta y no había a quién preguntar, aunque al final lo conseguimos.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Tashkent capital de Uzbekistán

El planteamiento de viaje, va a depender como casi siempre del número de días que dispongamos; para visitar las tres ciudades más emblemáticas de Uzbekistán necesitamos al menos una semana, pero si queremos ampliar un poco más nuestro recorrido y desplazarnos hacia el Mar Aral (yo lo recomiendo) por el norte y al valle de Fergana al sur necesitaremos al menos cinco días más. En cualquiera de los casos, lo mejor es comenzar vuestro recorrido en Tashkent, para continuar por carretera hacia Samarcanda, Shahrisabz, Buhkara, Khiva y regresar en avión desde Urgench a la capital, o hacerlo en sentido contrario. Si queremos visitar el mar Aral, habrá que continuar viaje hasta Nukus para pernoctar y al día siguiente hacer la excursión de día completo a Moinaq y regreso. Viajar al valle de Fergana es un poco más complicado, pues no todos los transportes tienen permiso para ir. A partir de este momento voy a tratar de animaros a viajar a Uzbekistán y lo haré basándome en mi experiencia. Al final os daré recomendaciones y consejos de cómo preparar el viaje.

La manera más rápida y mejor de ir a Uzbekistán es con las líneas aéreas turcas haciendo escala en Estambul, lo que además te permite a la vuelta hacer una visita rápida a esta bella ciudad a orillas del Bósforo. La llegada a Tashkent se hace alrededor de las dos de la mañana, y una vez pasado el control de pasaportes, que en mi caso fue bastante rápido, pues ya llevaba el visado, y rellenar unos formularios empieza la aventura. Ahora ya hay embajada de Uzbekistán en Madrid con lo cual este trámite es mas fácil. De lo primero que me di cuenta, fue de la hospitalidad de su gente; y os preguntareis que por qué, pues os lo voy a contar: unas líneas más arriba os comenté, que conocí en Fitur a Temur( estuve con él diez minutos) y a partir de ese momento nos estuvimos enviando correos para ir cerrando nuestra ruta, pero teníamos cosas aún pendientes, así que quedamos que iría a recogernos al aeropuerto para tratarlos personalmente; Temur no fue a buscarnos, pero sí un amigo suyo, y cuando pensábamos que nos llevaba a su oficina atravesando la capital a altas horas de la madrugada( un poco acojonados porqué no confesarlo), en realidad nos llevaba a su propia casa que es donde tenía la oficina; nos sentamos en un gran salón, nos ofreció té y frutos secos y cerramos todos los pormenores de nuestro viaje; coincidió que el día que partimos de Madrid, se celebraban elecciones generales en España y teníamos la incertidumbre de quién sería el ganador, así que nos ofreció su ordenador para entrar en Internet y así supimos que el PSOE había vencido. Por la mañana nos presentó a su mujer, a su niña (acababa de nacer) y a sus padres y todos juntos pasamos al comedor de respeto en donde nos invitó a un desayuno típico uzbeco. En ese desayuno nos enteramos el motivo de su perfecto castellano; su madre era profesora de filología española en la universidad y había enseñado a toda la familia y además Temur antes de tener su propia agencia había trabajado de guía durante muchos años “estábamos en las mejores manos”. Después del copioso desayuno nos trasladamos a la universidad donde Temur había quedado con dos alumnas de castellano lo que nos permitió pasar por las aulas, charlar con los alumnos y gastarles una broma al anunciarles que yo sería su próximo profesor.

No conviene perder demasiado tiempo en la capital, pues su actual presidente, antiguo dirigente del partido comunista uzbeco, lo primero que hizo fue retirar todos los símbolos que recordaran a la URSS( incluido el alfabeto cirílico y sustituirlo por el latino aunque fuera desconocido para sus gentes) y sustituir la estatua de Lenin por un globo del mundo en el que Uzbekistán aparece en el centro, aunque sigue permaneciendo en un lugar destacado de la ciudad ( plaza de Amur Timur) otra del sanguinario Tamerlán a caballo reemplazando a la anterior de Karl Marx ; en la misma plaza está el hotel Uzbekistán cuya fachada evoca un libro abierto simbolizando la escritura coránica. Pasear por la calle Saligokh (aquí llamado Broadway) con sus terracitas y sus pintores, observar el monumento al coraje levantado en memoria de los caídos en el terremoto de 1966,coger el metro merece la pena pues cada una de las estaciones está decorada de manera diferente y detenerse en la parada de Mustakillik, visitar la madrasa Koukeldach , o perderse en el gran bazar de Chorsu, pueden ser algunas de las cosas que podemos hacer en la capital si además estamos pensando que a poco más de 300 kilómetros se encuentra la mítica ciudad de Samarcanda. Como os comenté anteriormente en Tashkent hay que permanecer el tiempo justo, todo este paseo lo podemos realizar desde nuestra llegada (aunque sea un poco cansado) antes de tomar el vuelo de Ouzbekistán Airways que parte alrededor de las 17.30 hacia Nukus; aunque creo que también se puede hacer una conexión por la mañana sin necesidad de salir del aeropuerto y dejar la visita para el día de vuelta.

martes, 10 de marzo de 2009

Uzbekistán. La perla de Oriente

Todos hemos soñado en alguna ocasión, poder contemplar in situ esos lugares míticos que recorrió Marco Polo y que quedaron reflejados en el famoso “Libro de las maravillas” y yo no iba a quedarme al margen, así que justamente hace un año y aprovechando que se celebraba Fitur empecé a recopilar información para viajar a Uzbekistán y poder visitar tres de las ciudades reseñadas en ese libro; me estoy refiriendo a Samarcanda, Bujara y Khiva. Solamente imaginar poder estar sentado el la famosa plaza del Registan de Samarcanda, contemplando sus tres medersas (Ulughbek, Sher Dor y Tilla-Kari) con sus cúpulas y arcos revestidos de azulejos de color azul turquesa y sus imponentes alminares lanzados al cielo, ya me excitaba demasiado como para dejar pasar más tiempo y empecé a planificar inmediatamente este viaje. Cuando comienzas los preparativos, te das cuenta que a veces viajar a ciertos países supone el encontrarte con un montón de trabas, pero puede más el ansia y la cabezonería que todos los problemas del mundo. El primer problema a resolver es el tema del visado y como entonces Uzbekistán no tenía embajada en España, hubo que enviar los pasaportes a París para obtener dicho visado y esto se demoró casi un mes; el segundo problema era que en este país los extranjeros no pueden conducir con lo cual había que alquilar un coche con conductor, y el tercer problema era que en Uzbekistán no hablan inglés y había que entenderse en ruso o en uzbeco. Yo tuve la suerte de conocer en Fitur a Temur Khaitov , director de una agencia de viajes y me sorprendió que hablara perfectamente el castellano (ya os contaré porqué). Bueno, pues de esta manera comienzo a fraguar el viaje a Uzbekistán.

Antes de entrar en materia, si me gustaría hablar un personaje “Ruy Gonzalez de Clavijo” y de su rocambolesca historia, pues fué enviado a principios del siglo XV por Enrique III de Castilla a Samarcanda como embajador ante el gran Tamerlán para sellar con él una alianza contra los turcos que amenazaban Europa; fruto de aquel viaje se publicó un magnífico libro titulado “Embajada a Tamerlán” en el que se relatan todos los pormenores de esa gran aventura que duró tres años y que merecería un mayor reconocimiento por parte de las autoridades que el simple hecho de tener una placa en la plaza de la Paja de Madrid, en la que reza: “Aquí estaban la casas de Ruy Gonzalez de Clavijo, Embajador de Castilla ante el gran Tamerlán, 1403-1406. En cualquiera de los casos os recomiendo que leáis este auténtico libro de viajes que inaguró este género de literatura tanto si tenéis intención de viajar a Uzbekistán como si no.

Pero creo, que lo primero que debo hacer es ubicar este país en el mapa y contaros algo sobre él, ya que cuando dije que iba a viajar allí mucha gente ponía cara de extrañeza y rápidamente preguntaba ¿a dónde has dicho que vas?

Durante siglos integrada en el imperio persa, Uzbekistán está ubicada en Asia Central y tiene como vecinos al norte a Kazajistán, al sur a Afganistán, al noreste con Kirguistán, al sureste con Tayikistán y al suroeste con Turkmenistán. Es república independiente desde septiembre de 1991 y está gobernada con mano de hierro por un tal Karimov. La mayoría de sus habitantes son uzbecos, pero también existen minorías étnicas de rusos, tajikos, kazakos, karakalpakos, tártaros y otras. La capital es Tashkent y es la ciudad más grande de toda Asia Central y como tal será nuestro punto de llegada y de partida.