viernes, 27 de agosto de 2010

Lago Langano

Después de una reconfortante ducha – ya me hacía falta – salgo a pasear por la orilla del lago, que curiosamente tiene el agua achocolatada y bastante caliente y veo a Tedy que se está bañando; le digo en voz alta "arroz, chicharrones" y le entra tal ataque de risa que casi se ahoga (ya os contaré el por qué de este chisme).

Después nos sentamos en la terraza a tomar una cerveza y coincidimos con una pareja de Gijón que hoy iniciaba el viaje y que casualmente cuando comenzamos a cambiar impresiones conocen al etíope de Gijón que nos encontramos en Konso y con el que han quedado mañana. Después de casi una hora de charleta, toca ir a cenar y en un escenario tan romántico, hemos decidido hacer una hoguera frente al lago y disfrutar de una velada tranquila y al aire libre; además Charo lleva en la maleta desde que comenzó el viaje unos chorizillos que la apetecía asar a la brasa y este va a ser el día. Para ello hemos encargado a un chaval del hotel que nos busque la leña y nos prepare el fuego y todo por la friolera de 100 birr (5 euros); además esto es una manera de que la gente de estos lugares pueda ganarse la vida de manera digna.

En el intervalo de tiempo transcurrido desde que encargamos la leña, hasta que prende la hoguera, estamos hablando con los españoles y cuando me giro y miro en dirección al lago, veo que ya está encendido el fuego, sin más, me dirijo hacia allí con mis chorizos envueltos en papel albal y los introduzco en las ascuas; alrededor del mismo hay dos jóvenes parejas tomando té; yo les hago una gracia diciendo que son unas bombas que explotarán en un momento y que tengan cuidado; la sorpresa me la llevo yo, ya que cuando llego a la mesa y les comento a mis amigos que la cena ya está en marcha, me dicen que esa no es nuestra hoguera y que la nuestra aún no está encendida; nos reímos durante un buen rato y como si nada, ya transcurridos unos minutos voy de nuevo a buscar mis chorizos para llevarlos a nuestra mesa, que ya está preparada; esto lo completamos con otros manjares ibéricos – lomo, jamón, salchichón, etc – y unas cervezas frías y nos damos un homenaje de lujo, en un lugar único – también invitamos al chaval que nos ha preparado la lumbre -.

Terminada la cena, nos quedamos un rato más charlando, en completa oscuridad, disfrutando de un cielo estrellado y de una temperatura ideal. Mañana hemos quedado con nuestro nuevo conductor, para continuar nuestros últimos días de viaje, pero esto será mañana, así que nos vamos a la camita.

jueves, 26 de agosto de 2010

La historia de Achenafi

Mientras esperamos a que amaine la tormenta, Tedy habla con el chaval en amárico y me va traduciendo: se llama Achenafi – venceremos en amaríña – y nos comenta que esta casa pertenecía a un famoso médico que se dedicaba a asuntos turbios hasta que le detuvo la policía y que ahora pertenece al hotel; también nos dice que antes él se dedicaba a pescar, hasta que un día picó el anzuelo un pez muy grande – se llevó el anzuelo -y desde entonces ya no puede pescar; es el sexto de ocho hermanos y nos cuenta que su madre ha huido de su casa porque su padre se emborrachaba todos los días y la pegaba y se ha llevado a los dos pequeños, desde entonces no sabe donde se encuentra; tiene dos hermanas mayores ya casadas ; él por la mañana va a la escuela – está en quinto – y por la tarde se dedica a recoger leña para venderla en la aldea ;de mayor, le gustaría ser maestro; una vez que ha escampado se despide de nosotros y yo le digo que me acompañe al hotel para regalarle unos bolígrafos, un cinturón, una cartera y algunos birr. Teníais que haber visto su cara de satisfacción y felicidad; además y a pesar de carecer prácticamente de todo, en ningún momento el chaval me pidió nada. Se va encantado y con una sonrisa de oreja a oreja. Estos son esos buenos momentos que a veces te regalan los viajes.

miércoles, 25 de agosto de 2010

P.N. de Bale - Lago Langano

Hoy toca regresar hacia Shashamene, pero antes tenemos que recoger y preparar las bolsas lo que demora un poco más la salida. Desayunamos y a las 8.45 ya estamos en ruta. Desandamos el camino que hicimos hace dos días y vamos disfrutando del paisaje, de la vida en el campo, del ir y venir de la gente por los caminos y del barullo de alguno de los pueblos por los que atravesamos. Tardamos casi 5 horas para hacer 150 kilómetros hasta Shashamene en donde paramos a comer, antes de continuar hasta el lago Langano en donde nos alojaremos en el hotel Bekele Mola a orillas del mismo. Aquí nos despedimos de nuestros compañeros de viaje hasta hoy – Masfen, Brahano y Huasan – pues desde aquí la carretera es asfaltada y no necesitemos 4X4, solamente una minivan. Las despedidas son siempre tristes después de tantos días de convivencia y además Huasan lleva unos días con fiebre y nos tememos que tenga malaria; nos hacemos unas fotos de recuerdo, nos abrazamos, intercambiamos correos y ellos continúan con intención de llegar hoy a Addis – después nos enteraremos que han tenido que parar, pues Huasan empeoró y no pudo seguir -. El hotel se encuentra en un lugar increíble, pero un tanto descuidado y además están pintando las habitaciones y huelen demasiado a pintura, pero como lugar de relax no está nada mal. A la izquierda del hotel, hay una gran meseta a la que se puede subir y le digo a Tedy que si me quiere acompañar; comenzamos a andar y al momento tenemos que salvar un desnivel bastante grande, así que con mucho cuidado vamos trepando hasta llegar a lo alto, desde donde podemos contemplar unas vistas espectaculares; curiosamente nada más llegar a la cima resoplando por el esfuerzo, giro la cabeza y observo como detrás de nosotros suben tres señoras - con chanclas - una de ellas con un gran fardo sobre la cabeza y las otras con dos niños en los brazos que se dirigen a una aldea próxima. Cuando estamos sentados recuperando el aliento y observando el panorama, se nos acercan unos chavales que intercambian unas palabras con Tedy, para decirle que no debemos bajar por donde hemos subido, sino que hay otro camino más fácil y acto seguido se pone delante y nos va indicando por donde ir pisando; justo cuando ya nos encontramos casi a orillas del lago una gran tormenta descarga un verdadero diluvio lo que nos obliga a correr para refugiarnos en un chalet abandonado en un lugar idílico.

lunes, 23 de agosto de 2010

Parque Nacional de Bale

Desde Dinsho nos quedan alrededor de 45 km para llegar a Goba – que puede ser otra opción para alojarse – y por el camino no dejamos de ver a multitud de gente con sus caballos y burros cargados con grandes paquetes de leña; los tramos de carretera en obras, curiosamente los llenan de piedras en lugar de poner una señal de prohibido. En la sede del parque en Dinsho, podéis pedir una pequeña guía – en inglés - dedicada al parque de Bale con toda la información del mismo. Desde Goba la carretera comienza a ascender por un entorno rodeado de vegetación, pero a medida que ganamos altura los árboles desaparecen y el frío comienza a hacer acto de presencia; solamente por venir a este parque hemos tenido que traer ropa de abrigo y la verdad es que no nos ha sobrado; cuando llegamos a lo alto del plateau del Senetti a 4.100 metros, aparcamos, nos abrigamos bien y salimos del coche; la primera sensación es la de estar como en la luna y el paisaje es alucinante; paseamos durante unos minutos observando el entorno en donde nos llama poderosamente la atención una planta endémica de este lugar, se trata de la Lobelia gigante o Lobelia rynchopatelum que nace entre los 3100 y los 4377; también hay pequeños lagos, algunos pastores, montañas de lava, etc. De nuevo en el coche, todos vamos mirando fijamente con la intención de ver una ejemplar del zorro rojo - muy difícil de ver, aunque uno de los motivos de la visita a este lugar -,cuando de repente el guía nos dice que al fondo va uno; son momentos de máxima tensión, y aunque está un poco lejos, con los prismáticos lo vemos perfectamente, y aunque las fotos quedan un poco difusas ha sido toda una experiencia; poco mas adelante vemos a un águila posada en una piedra, antes de continuar ascendiendo hasta los 4385 metros de altitud en donde existe una torre de telecomunicaciones, unas vistas magníficas que en días claros llegan a ser de muchos kilómetros, y cero grados de temperatura; para que quede constancia de la situación, pongo mi reloj Suunto a funcionar y en la foto podéis ver el resultado. Estamos en el Tullu Deemlu que es la segunda cumbre más alta de Etiopía. Después de permanecer durante un buen rato en la cima disfrutando de tan bello panorama y en absoluto silencio, y como hace un poco de fresco, decidimos regresar a Goba por el mismo lugar que subimos. Ha sido una excursión emocionante y creo que solamente por esto ha merecido la pena el esfuerzo. Comemos en el patio de un restaurante y antes de regresar a nuestro lodge, paseamos por la ciudad en donde resaltan la multitud de “calesas” tiradas por caballos y la manera de construir las viviendas, pues en una obra he contado a mas de 20 personas haciendo cadena humana pasándose los cubos de cemento y unas estructuras de palos atados con cuerdas que parece que se van a caer en cualquier momento. Cuando regresamos, nos enteramos que hoy martes es día de mercado en Dinsho, así que encaminamos hacia el mismo, y aunque ya es un poco tarde todavía hay mucha animación; disfrutamos de este mercado en donde quizás lo más llamativo sean los caballos con sus monturas, los pañuelos de los hombres anudados a la cabeza y muchas mujeres con velo en la cara; compramos una cafetera de barro al increíble precio de 5 birr y después de pasear por el recinto y hacer unas cuantas fotos, regresamos a nuestro campamento con el tiempo suficiente – ante de que anochezca – de efectuar un pequeño recorrido por el parque, para contemplar por última vez la fauna de esta región – 14 nyalas en un grupo, un zorro común, facoceros, antílopes de Menelik, etc. Una vez que anochece, como las actividades no son muchas y hoy voy a perdonar la ducha, solamente nos queda encender de nuevo la chimenea y dejar pasar el tiempo hasta la hora de la cena; hoy Brahano nos ha preparado una sopa exquisita, pollo guisado y ensalada; después de cenar nos sentamos otro rato en torno a la hoguera y comentamos las experiencias del día antes de retirarnos a dormir. Mañana nos trasladaremos hasta el lago Langano en donde descansaremos medio día antes de afrontar las últimas etapas de nuestro viaje con paradas en el lago Zway, P.N. de Awash, Harar y Dire Dawa.

viernes, 20 de agosto de 2010

Desde Awasa al P.N. de Bale

Desde Awasa nos encaminamos hacia Shashamene, en donde existe una comunidad rastafari – de la que hablaré en otra entrada – antes de tomar el desvío que nos llevará a una de las zonas más bonitas y menos visitadas de Etiopía, en donde a lo largo de los 2470 km2 que ocupa el P.N. de Bale podremos contemplar espléndidas montañas, llanuras, lagos, rocas volcánicas y las fuentes de unos 40 ríos; también es un lugar especial para los amantes de los animales ya que se pueden ver 46 especies de mamíferos y 200 especies de aves. Pero quizás su característica principal es que aquí se encuentran tres de las dieciséis especies endémicas de Etiopía: el chacal de Simien, el antílope enjauzado de Menelik y el nyala de montaña. Tengo que deciros, que aunque el acceso no es sencillo, pues la carretera es mala, la visita no os decepcionará. También en esta zona trabajan las empresas chinas, indias y una española construyendo carreteras, pero esto será cara al futuro, ya que por el momento la realidad es otra y el camino es polvoriento y con muchos baches; como en el resto de Etiopía los caminos son animados y habitualmente siempre con mucha gente; en esta zona hace aparición la figura de la gente a caballo y unos campos de cereales impresionantes – este año habrá buena cosecha – y por primera vez vemos dos tractores y una cosechadora; estamos en la región Oromiya – cuya población mayoritaria pertenece a la etnia oromo – y cuando atravesamos la ciudad de Dodoma, Brahano – nuestro cocinero que es natural de esta región – se para a saludar a unos amigos. Continuamos hasta llegar a Adaba en donde comemos en un garito de mala muerte. A partir de este lugar, la carretera comienza a ascender poco a poco, hasta alcanzar los 3000 metros y vemos a la gente bastante abrigada – los inviernos tienen que ser muy duros – cuidando de su ganado. El paisaje es impresionante y como hay que conducir despacito vamos disfrutando de este entorno; cuando ascendemos a la meseta vemos los primeros “nyalas” – muy lejos -y algún facocero. Nada mas atravesar Dinsho, se encuentra la entrada al parque – que cuenta con un humilde museo-, en donde nos registramos antes de llegar a nuestro alojamiento, que aquí llaman “lodge” y que es lo más parecido a un campamento de la OJE, con cuartos con literas un tanto descuidados; baños cutres y de las duchas directamente no quiero saber nada; asignadas las habitaciones, descargamos antes de que se haga de noche, y salimos con un guía del parque a dar una vuelta; caminamos en silencio y muy pronto vemos de cerca los primeros nyalas, además de antílopes de monte, facoceros y pájaros. Regresamos al lodge y no hay luz, así que cogemos los frontales y encendemos una gran chimenea que hay en el salón con leña que hemos comprado por el camino; además de nuestro grupo, están en el hotel una pareja - madre e hija – suiza que van a hacer un treking de siete días en el parque, y unos chicos franceses que salieron de Paris hace nueve meses en bicicleta y que aún les quedan otros nueve para llegar a Sudáfrica ¡esto si que es aventura de la buena!, mientras Brahano prepara la cena – sopa, ensalada y patatas todo muy rico - ganduleamos en torno a la hoguera y después con la tripa llena otro ratito mas antes de irnos a dormir; son las nueve y ya comienza a hacer fresco, así que llega el momento de meterse en la cama, eso si, con un par de mantitas. Mañana nos desplazaremos a Goba para subir al plató de Sanetti.

jueves, 19 de agosto de 2010

Entrevistas en la radio, especial exploradores


El pasado mes de julio, con motivo de la nueva programación de verano en la Cadena Cope, mis compañeros de la redacción de deportes Juanma y Fernando Vaquero me propusieron hacer unos programas especiales con exploradores o viajeros españoles por los cuales yo sintiera cierta predilección; la tarea no fué nada fácil ya que son cientos de ellos y todos realizaron grandes gestas. Además, la idea era asociar el relato de la hazaña del personaje en cuestión, con literatura de viajes y con personas que hu
bieran realizado estos mismos viajes en la actualidad. Quiero dar las gracias a todos los entrevistados , por haber colaborado de forma desinteresada en dar a conocer a estos ilustres exploradores españoles.


Ruy González de Clavijo, madrileño, diplomático, camarero de Enrique III, y viajero que en 1403 encabezó la primera embajada a Samarkarda, ciudad hoy de Uzbekistan.
Entrevistamos a Yago Ruiz Morales gran conocedor de este personaje.


Si te interesa este personaje te recomiendo leer Embajada a Tamerlán.



Pedro Paez misionero y explorador español que se convirtió en el primer europeo que llegó a las fuentes del Nilo Azul en Etiopía. Entrevistamos a Javier Gozálbez autor del libro Etiopía, un rostro con tres miradas.



Si te interesa este personaje te recomiendo leer Viajes y andanzas de Pedro Páez.



Manuel Iradier explorador y africanista español que dedico parte de su vida a la exploración y el estudio de buena parte de la actual Guinea Ecuatorial. Entrevistamos a Miguel Gutierrez Garitano autor de La Aventura del Muni.

Descargar la entrevista





Francisco Orellana explorador nacido en Trujillo y protagonista del primer descendo del Amazonas en el año 1541. Entrevistamos a Juan Carlos de la Cal coautor



Cristóbal Benítez, Explorador y aventurero natural de Alhaurín de la Torre que acompañó en 1897 al médico alemán Oscar Lenz en su empeño de llegar a la mítica ciudad de Tombuctú. Entrevistamos a Jorge Pina que recientemente ha llevado a cabo el mismo recorrido que nuestro insigne personaje.


Especial Etiopía en Paralelo 20

El pasado día 13 de agosto, tuve la oportunidad de hablar largo ytendido de Etiopía como destino turistico en el programa de Cope Madrid Paralelo 20, que dirige Marcial Corrales y del que soy colaborador habitual. Si queréis escuchar en vivo el contenido del mismo solamente tenéis que pinchar abajo.


miércoles, 18 de agosto de 2010

Mercado del pescado en Awasa

Esta ciudad, situada a orillas del lago del mismo nombre, es la actual capital de la región de naciones, nacionalidades y pueblos del Sur y un punto importante en la ruta de comunicaciones entre el norte-sur, este-oeste. Evidentemente, aquí todo gira en torno a su lago que con una superficie de 129 km2 y una profundidad máxima de 10 metros, es el lago más pequeño de todo el valle del Rift, aunque según algunos es el mas bonito. En sus aguas hay una gran cantidad de pesca –sobre todo peces gato y percas del Nilo – y muchas especies de aves marinas; durante toda la noche, los pescadores trabajan duro y por la mañana las orillas del lago se convierten en un gran mercado de pescado en donde la gente compra para llevar a vender a las aldeas próximas e inclusive para consumir directamente en un plato con algún tipo de salsa picante. Esta es la principal atracción de esta ciudad y por tanto nada más desayunar nos encaminamos al lugar; son las siete de la mañana y nada mas bajarnos del coche, vemos a la gente se arremolinarse en torno a las barcas varadas en la orilla, pues aquí no existe ni embarcadero ni nada que se le parezca; hay una gran animación, ya que mientras unos revisan las redes, otros compran, otros separan las especies y otros limpian las barcas; me llama poderosamente la atención que los peces los limpian prácticamente vivos y me fijo en un chaval de no mas de 7 años que limpia un pez gato hasta dejarlo niquelado. El ambiente es excelente y mientras tanto, cientos de marabús vigilan desde todos los lados en busca de alguna presa; también vemos gran cantidad de monos, patos egipcios, y alguna pareja de calaos. A pesar del bullicio del lugar, se respira una gran tranquilidad, podemos hacer fotos sin problemas, y paseamos por el entorno disfrutando cada momento; también volvemos a coincidir con un fotógrafo iraní que nos encontramos en la aldea mursi, nos intercambiamos los correos y prometo enviarle las fotos que le hecho. Pero el tiempo apremia, pues ya son las 10 de la mañana - ¿ya llevamos aquí tres horas? – y tenemos un día de camino largo y difícil para llegar a Dinsho que será nuestra base para visitar el parque de Bale.

martes, 17 de agosto de 2010

Recepción en Awasa

Cuando llegamos a la puerta del hotel Pina 2 , observamos a un gran gentío y mucha policía, pero en esta ocasión no se trata de ningún mercado, sino que se celebra una feria de turismo y están presentes algunos ministros – de ahí el despliegue policial -, así que sin mas dejamos nuestras maletas en la habitación y con unas pintas poco recomendables para este evento - pues todos van de punta en blanco -, nos presentamos en el salón en donde se celebra la feria y en donde están presentes los principales hoteles de Awasa que ofrecen una muestra gastronomica de sus principales especialidades; la entrada es con invitación, pero nosotros accedemos desde la recepción del hotel y nadie nos pide nada, así que después de dar una vuelta por el recinto e ir tomando nota de todo lo que hay, decidimos coger un plato para ir degustando lo que nos apetezca; y es aquí donde comienza el problema, pues todos los expositores quieren ser los primeros en ofrecernos sus productos y pedirnos nuestra opinión; con todo el cariño del mundo, les decimos que estén tranquilos que vamos a pasar por todos los stands para degustar toda la comida expuesta hasta que el cuerpo aguante; evidentemente con tal cantidad de comida hay que ir seleccionando y en cada sitio nos van explicando con detalle la composición de cada uno de los platos. Yo sin pensarlo mucho me decanto por los platos de pescado, pues estamos al lado del lago Awasa y pienso que todo estará fresco. Durante el recorrido, todo el mundo nos pregunta lo clásico: ¿de que país somos? ¿si nos gusta Etiopía? ¿cuánto tiempo estaremos?, etc al tiempo que nos dan tarjetas de cada uno de sus hoteles. Para finalizar este ágape se realiza la ceremonia del café y el resultado final es que nos hemos puesto las botas de comida, así que decidimos salir a la calle a dar un paseo, pero este no se prolonga demasiado, pues a unos 150 metros descubrimos un bar con mucha marcha y nos sentamos a tomar una cerveza y ver a la juventud como se divierte; alrededor de las 9.30 ya nos da el bajonazo y es el momento de retirarse. Mañana visitaremos el lago y su mercado de pescado antes de continuar nuestro camino hacia el P.N. de las montañas de Bale.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Yabelo - Awasa

De nuevo regresamos al hotel para recoger todo, cargar y continuar nuestro camino hasta Awasa. Ya en la carretera paramos en una aldea borana, para ver su forma de vida; básicamente viven en unas cabañas de paja muy rudimentarias pero bastante frescas, no demasiado grandes y donde animales y personas comparten el espacio; nada mas parar en la orilla de la carretera los chavales salen a nuestro encuentro y en la aldea solamente hay mujeres y niños ya que los hombres están con el ganado; son muy amables – a pesar de la invasión – y nos permiten hacer fotos sin problemas, aunque hay una joven madre que se muestra un tanto esquiva, pero al final logro hacerla alguna foto pues me parece muy guapa. Seguimos nuestra ruta hasta llegar a Agere Mariam en donde paramos a comer en el hotel del mismo nombre en donde hay una gran animación – es domingo y hay mercado- pero a la hora de pedir la comida es un tanto caótica pues pedimos pescado y nos traen carne, tardan mucho y aunque Tedy se mosquea esto es lo que hay. Esta es una zona muy rica, pues se produce mucho café y se mueve gran cantidad de dinero y eso se nota.A partir de aquí y hasta Awasa, la carretera es espectacular, todo verde, mucho ganado, plantaciones de café, piña, etc. aunque con muchas curvas y de vez en cuando se ven los restos de los muchos accidentes que provocan los “al qaeda” que son los camiones que transportan el “Chat” a los mercados y van como locos. El recorrido transcurre de manera pausada hasta que llegamos a Dila en donde una gran multitud de gente atasca la carretera; esto significa que hay mercado y por tanto que hay que parar. Aquí hasta nos resulta complicado descender del coche, pues nada mas abrir la puerta una gran multitud nos rodea de inmediato; el paseo por la explanada en donde están los puestos instalados es una avalancha de gente que nos sigue y es tal el gentío que la policía tiene que intervenir con látigos, para contener a la gran masa de gente que sin mirar al suelo van arrasando todo lo encuentran a su paso; y no es que corramos peligro en ningún momento, sino que la novedad de ver a unos faranji –cosa poco habitual – hace que todo el mundo quiera estar a su lado; por fin, y no sin esfuerzo regresamos a la seguridad del coche y continuamos el viaje disfrutando de bellas panorámicas ; a veces hacemos paradas técnicas para estirar las piernas, para comprar café en grano sin tostar o para que Brahano compre una ristra de piñas al desorbitante precio de 20birr; también disfrutamos de una estupenda puesta de sol antes de llegar a Awasa cuando ya es prácticamente noche cerrada. En los últimos kilómetros me doy cuenta de lo peligroso que es conducir por estos lares, pues no se ve nada y la gente circula por la carretera como si nada, menos mal que nuestros conductores – Masfen y Huasan - son unos monstruos.