Mientras esperamos a que amaine la tormenta, Tedy habla con el chaval en amárico y me va traduciendo: se llama Achenafi – venceremos en amaríña – y nos comenta que esta casa pertenecía a un famoso médico que se dedicaba a asuntos turbios hasta que le detuvo la policía y que ahora pertenece al hotel; también nos dice que antes él se dedicaba a pescar, hasta que un día picó el anzuelo un pez muy grande – se llevó el anzuelo -y desde entonces ya no puede pescar; es el sexto de ocho hermanos y nos cuenta que su madre ha huido de su casa porque su padre se emborrachaba todos los días y la pegaba y se ha llevado a los dos pequeños, desde entonces no sabe donde se encuentra; tiene dos hermanas mayores ya casadas ; él por la mañana va a la escuela – está en quinto – y por la tarde se dedica a recoger leña para venderla en la aldea ;de mayor, le gustaría ser maestro; una vez que ha escampado se despide de nosotros y yo le digo que me acompañe al hotel para regalarle unos bolígrafos, un cinturón, una cartera y algunos birr. Teníais que haber visto su cara de satisfacción y felicidad; además y a pesar de carecer prácticamente de todo, en ningún momento el chaval me pidió nada. Se va encantado y con una sonrisa de oreja a oreja. Estos son esos buenos momentos que a veces te regalan los viajes.
jueves, 26 de agosto de 2010
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