miércoles, 2 de febrero de 2011

La colina de Mahabalipuram



Vista de Mahabalipuram desde la colina
Por la tarde, las chicas han decidido ir de compras y yo, voy a dedicarla a visitar la colina y de paso ver la puesta de sol desde el faro. La entrada principal está cerca del hotel, y hacia allí voy caminando tranquilamente. Desde esta colina que domina toda la ciudad, se puede ver todo el entorno, incluido el templo de la orilla y hay una animación especial; vendedores de objetos variados, parejas de novios, gente paseando y algunas señoras con puestecitos ambulantes de frutas; la verdad es que es un sitio encantador, con muchas rocas , árboles y senderos- a veces bastante enrevesados- que conducen a las múltiples “mandapas”  y otros que no conducen a ninguna parte – yo me perdí varias veces - y la única nota negativa es la gran cantidad de basura acumulada por todas las partes. 


Quizás las templos mas importantes sean el “Krishna Mandapa” que representa una escena pastoral basada en un episodio mitológico relacionado con el Dios Krishna subiendo la montaña Govardhana para proteger a sus parientes de la  ira de Indra; y el Mahishamardini Mandapam con representaciones de escenas de los “puranas” y una escultura de la diosa Durga. Pero son tantos los templos  y las cuevas de esta colina que llegado el momento, paso de todo y solamente me preocupo de disfrutar y de hacer fotos, pues con la caída de la tarde hay una luz estupenda. 


Al fondo los restos del tsunami
  Cuando ya está anocheciendo, por fin llego a subir al antiguo faro con unas estupendas vistas y allí me encuentro con un chaval que me comenta, que tanto él como su padre, son profesores de escultura en la escuela, ¡que casualidad!; me dice que a las seis cierran la puerta principal del recinto, pero que si quiero continuar la visita, el conoce otra puerta para poder salir; así que en su compañía sigo mi visita hasta llegar al lugar más alto de la colina; se trata del nuevo faro – mas alto que el viejo y con unas vistas fantásticas -  y al observar gran cantidad de agua en el horizonte -y no tratarse del mar, ni ningún río - me comenta que procede del tsunami del año 2004  que aquí produjo una gran cantidad de victimas.   


Vendedor de esculturas

Ya completamente de noche - no creo que sea muy aconsejable andar por aquí a estas horas - me convence para que le acompañe a su casa para enseñarme su pequeña tienda, evidentemente con la sana intención de venderme algo a precio mas asequible que en las tiendas de la ciudad; aunque le he dejado bien claro que no voy a comprar nada, el insiste en que vayamos; vive en una casa con toda su familia que son más de 20 personas y en una habitación tiene montado el chiringuito; comienza a mostrarme las esculturas más grandes y pesadas y al negar con la cabeza va reduciendo el tamaño y también el precio; sigue insistiendo para que compre y al decir que no, pero ya con cara de pocos amigos se mosquea y me dice que me vaya. 


Vendedora en la colina

Caminando tranquilamente bordeo la colina hasta llegar al relieve de Arjuna que en estos momentos esta tomado por un rebaño de cabras; trato de hacer unas fotos pero sin trípode y con poca luz salen bastante mal; me voy al hotel para darme una ducha e ir a cenar, pues hoy hemos quedado con Ragest – el dueño de Moksha Tours – que se desplaza desde Chenai para charlar con nosotros e ir planificando el viaje. El lugar elegido para la cena es la terraza del hotel Mamalla que cuenta con un restaurante vegetariano de buena calidad. La cena a base de verduras, pescado asado y cerveza fría ha resultado muy agradable y además Ragest se empeña en invitarnos. Hemos quedado de nuevo en vernos en Cochín dentro de unos días, pues además todavía no le hemos pagado ni una rupia y nos sentimos un tanto preocupados, aunque el insiste que ya arreglaremos cuentas. Sin más, nos despedimos de Rajest – gracias por la cena - y nos vamos a descansar, pues mañana es día de ruta, primero para ir a Tiruvannamalai y después tratar de llegar a dormir a Chidambaram.




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