Como os comenté en mi entrada al complejo de Kuskuam, nuestro hotel en Gondar era el Roha que aunque pertenece a la misma cadena que el Tana de Bahar Dar, no tiene nada que ver, ni en lo que respecta al mantenimiento, ni a las magníficas vistas que se pueden contemplar desde sus jardines, mientras disfrutas una bella puesta de sol con una cerveza fría. Pero no es esto lo que os quería comentar, sino la anécdota que sucedió en la cena. Después de todo el día pateando, decidimos cenar en el restaurante del hotel, que por cierto es muy bonito y agradable, incluyendo en la antesala un hall de lectura con cómodos sofás y chimenea incluida. El lugar está muy concurrido y después de esperar turno para sentarnos a nuestra mesa y esperar un buen rato – pues aquí las cosas se las toman con tranquilidad – se acerca un joven camarero para tomar nota de la comanda, con una sonrisa de oreja a oreja y aquí es cuando empieza el lío, pues cada vez que le pedimos un plato, el va apuntando aunque tratamos de explicarle que somos cinco personas y que solamente queremos un primer plato – o sea cinco sopas – y un segundo; después de un buen rato tomándonos nota, y viendo que no se está enterando, le pedimos la hoja y nos damos cuenta que ya lleva apuntadas veinte sopas y no sé cuantos pescados; le solicitamos, que por favor, llame a su superior para ver si de esta manera logramos que nos entienda. Después de comenzar de nuevo y cuando ya creíamos que todo estaba aclarado –pues decía a todo ok - y que realmente íbamos a cenar lo que habíamos pedido, pues ¡¡¡¡sorpresa!!! acertamos el 50%; las sopas vinieron bien, y los segundos comimos lo que nos sirvieron, pero no lo que habíamos pedido. El resultado final, es que a pesar de todo la cena estaba rica, el lugar es recomendable, pero todavía les queda mucho por aprender.
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2 comentarios:
rosarosae
dijo...
la injera es realmente increible. Sinvceramente llegué a Madrid con mono de Injera. He descubierto un restuaurante Etíope en la calle Divino Pastor, por Manuela Malasaña. todavía no he ido, pero promete
2 comentarios:
la injera es realmente increible. Sinvceramente llegué a Madrid con mono de Injera.
He descubierto un restuaurante Etíope en la calle Divino Pastor, por Manuela Malasaña. todavía no he ido, pero promete
El hotel de Gondar es Goha, no Roha, éste está en Lalibela
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