martes, 26 de octubre de 2010

Volando a Chennai

Este viaje surgió de una manera muy rápida, y lo que en un principio iba a ser un viaje para dos personas, al final se tradujo en un viaje para cinco que ¡ oh casualidad ! éramos el mismo grupo que viajamos a Etiopía el año pasado. Una vez fijadas las fechas del viaje y como de los cinco componentes, tres estábamos en Madrid, uno en Zaragoza y otro en Angola, solamente nos quedaba coordinar los días de vuelo y quedar en un hotel de Chennai (punto de inicio del viaje) en una fecha y hora determinada. Dos días antes de la partida, habíamos contactado con una agencia y quedamos en el aeropuerto a la llegada de nuestro vuelo, para fijar la ruta del viaje y cerrar el trato. Evidentemente, esto puede generar en algunas personas cierta incertidumbre, pero en nuestro caso es una manera bastante habitual de gestionar los viajes. Salimos de la T1 del aeropuerto de Madrid el día 17 de septiembre con la compañía Qatar Airways, llegando a Doha a las 19.10 -hora local- para hacer el enlace a las 20.45 y aterrizar en Chennai a las 3.45 del día 18; al llegar a Doha tened en cuenta que hay que pasar el control de policía y si concurren varios vuelos a la vez y tenéis que enlazar con otro vuelo, os sugiero que vayáis rápido pues se forman tremendas colas y como nos contaron unos españoles que trabajaban en Arabia Saudí, no es la primera vez que se han quedado en tierra. Una vez pasado el control , que por cierto, es bastante ágil te das de frente con todas las tiendas, nada baratas , y allí volvemos a coincidir de nuevo con los españoles y aprovechamos para charlar de la situación de la mano de obra india que trabaja en la construcción en Arabia, y en el resto de países del golfo Pérsico; parece mentira que en el siglo XXI se den situaciones de seres humanos que trabajan en pleno desierto, soportando temperaturas de hasta 50 grados, que viven en barracones hacinados como si fueran animales durante muchos meses, y con unos sueldos de miseria; aún así esto les permite enviar a sus familias algún dinero. Por cierto, cuando entramos en el estado de Kerala, una de las primeras cosas que me llamaron atención, fue las buenas construcciones que se veían, a lo que Thanga me contestó: es fruto del dinero que traen los trabajadores indios que trabajan en la zona del Golfo Pérsico.

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