miércoles, 11 de marzo de 2009

Tashkent capital de Uzbekistán

El planteamiento de viaje, va a depender como casi siempre del número de días que dispongamos; para visitar las tres ciudades más emblemáticas de Uzbekistán necesitamos al menos una semana, pero si queremos ampliar un poco más nuestro recorrido y desplazarnos hacia el Mar Aral (yo lo recomiendo) por el norte y al valle de Fergana al sur necesitaremos al menos cinco días más. En cualquiera de los casos, lo mejor es comenzar vuestro recorrido en Tashkent, para continuar por carretera hacia Samarcanda, Shahrisabz, Buhkara, Khiva y regresar en avión desde Urgench a la capital, o hacerlo en sentido contrario. Si queremos visitar el mar Aral, habrá que continuar viaje hasta Nukus para pernoctar y al día siguiente hacer la excursión de día completo a Moinaq y regreso. Viajar al valle de Fergana es un poco más complicado, pues no todos los transportes tienen permiso para ir. A partir de este momento voy a tratar de animaros a viajar a Uzbekistán y lo haré basándome en mi experiencia. Al final os daré recomendaciones y consejos de cómo preparar el viaje.

La manera más rápida y mejor de ir a Uzbekistán es con las líneas aéreas turcas haciendo escala en Estambul, lo que además te permite a la vuelta hacer una visita rápida a esta bella ciudad a orillas del Bósforo. La llegada a Tashkent se hace alrededor de las dos de la mañana, y una vez pasado el control de pasaportes, que en mi caso fue bastante rápido, pues ya llevaba el visado, y rellenar unos formularios empieza la aventura. Ahora ya hay embajada de Uzbekistán en Madrid con lo cual este trámite es mas fácil. De lo primero que me di cuenta, fue de la hospitalidad de su gente; y os preguntareis que por qué, pues os lo voy a contar: unas líneas más arriba os comenté, que conocí en Fitur a Temur( estuve con él diez minutos) y a partir de ese momento nos estuvimos enviando correos para ir cerrando nuestra ruta, pero teníamos cosas aún pendientes, así que quedamos que iría a recogernos al aeropuerto para tratarlos personalmente; Temur no fue a buscarnos, pero sí un amigo suyo, y cuando pensábamos que nos llevaba a su oficina atravesando la capital a altas horas de la madrugada( un poco acojonados porqué no confesarlo), en realidad nos llevaba a su propia casa que es donde tenía la oficina; nos sentamos en un gran salón, nos ofreció té y frutos secos y cerramos todos los pormenores de nuestro viaje; coincidió que el día que partimos de Madrid, se celebraban elecciones generales en España y teníamos la incertidumbre de quién sería el ganador, así que nos ofreció su ordenador para entrar en Internet y así supimos que el PSOE había vencido. Por la mañana nos presentó a su mujer, a su niña (acababa de nacer) y a sus padres y todos juntos pasamos al comedor de respeto en donde nos invitó a un desayuno típico uzbeco. En ese desayuno nos enteramos el motivo de su perfecto castellano; su madre era profesora de filología española en la universidad y había enseñado a toda la familia y además Temur antes de tener su propia agencia había trabajado de guía durante muchos años “estábamos en las mejores manos”. Después del copioso desayuno nos trasladamos a la universidad donde Temur había quedado con dos alumnas de castellano lo que nos permitió pasar por las aulas, charlar con los alumnos y gastarles una broma al anunciarles que yo sería su próximo profesor.

No conviene perder demasiado tiempo en la capital, pues su actual presidente, antiguo dirigente del partido comunista uzbeco, lo primero que hizo fue retirar todos los símbolos que recordaran a la URSS( incluido el alfabeto cirílico y sustituirlo por el latino aunque fuera desconocido para sus gentes) y sustituir la estatua de Lenin por un globo del mundo en el que Uzbekistán aparece en el centro, aunque sigue permaneciendo en un lugar destacado de la ciudad ( plaza de Amur Timur) otra del sanguinario Tamerlán a caballo reemplazando a la anterior de Karl Marx ; en la misma plaza está el hotel Uzbekistán cuya fachada evoca un libro abierto simbolizando la escritura coránica. Pasear por la calle Saligokh (aquí llamado Broadway) con sus terracitas y sus pintores, observar el monumento al coraje levantado en memoria de los caídos en el terremoto de 1966,coger el metro merece la pena pues cada una de las estaciones está decorada de manera diferente y detenerse en la parada de Mustakillik, visitar la madrasa Koukeldach , o perderse en el gran bazar de Chorsu, pueden ser algunas de las cosas que podemos hacer en la capital si además estamos pensando que a poco más de 300 kilómetros se encuentra la mítica ciudad de Samarcanda. Como os comenté anteriormente en Tashkent hay que permanecer el tiempo justo, todo este paseo lo podemos realizar desde nuestra llegada (aunque sea un poco cansado) antes de tomar el vuelo de Ouzbekistán Airways que parte alrededor de las 17.30 hacia Nukus; aunque creo que también se puede hacer una conexión por la mañana sin necesidad de salir del aeropuerto y dejar la visita para el día de vuelta.

2 comentarios:

Marina dijo...

Tu relato es muy interesante Santos, estamos preparando un viaje a Uzbekistan y buscando agencias locales ¿podrías comentar como se llama la agencia en particular que te organizó el viaje y que contactaste en Fitur? gracias¡

Santos dijo...

Hola Marina puedes contactar con Temur en Tashkent y su correo es info@elmundotour.com. saludos