jueves, 24 de diciembre de 2009

Etiopía. Comienza el viaje

Por fin, después de varios meses trabajando para preparar el itinerario, llega el momento más esperado que es el de la partida. Para mi, es tan importante la preparación del viaje que disfruto tanto o más que cuando me encuentro en el país y además en esta ocasión, ha sido un poco más complicado ya que las comunicaciones con Yared han sido difíciles y a veces no sabía si había recibido mis correos, pero tengo plena confianza en él y a pesar de todos los problemas espero que a nuestra llegada todo estará OK. También tengo que decir, que este viaje ha sido un poco diferente a los demás, ya que si habitualmente viajo con un billete de avión solamente, en esta ocasión y debido a las dificultades del país, lo llevaba casi todo atado – con el itinerario elaborado por mi – pero con el compromiso de poder cambiar el rumbo del viaje si en algún momento surgía alguna otra cosa más interesante de la establecida; además tengo que decir, que en esta ocasión he incluido un cocinero en la ruta sur –todo un lujazo-. Toda preparación de un viaje, lleva su tiempo, pero para facilitar un poco más las cosas a la hora de hacer el equipaje, yo tengo una plantilla en la que voy tachando las cosas que tengo que llevar. También en esta ocasión, y en contra de mis principios, viajo con una gran bolsa de ropa y una mochila, pues mi intención es dejar toda esta ropa allí – que falta les hace - y regresar casi con lo puesto.
Cuando os digo, que a la hora de viajar lo primero que hay que hacer es emitir los billetes de avión es por algo y como dice el refrán “en casa de herrero, cuchillo de palo” y esto es lo que me ha ocurrido a mí, ya que tenía previsto hacer el trayecto de Madrid a Roma en un vuelo de Iberia que partía de Barajas a las 20.00(que nos han cancelado por no emitir a tiempo) y hemos tenido que viajar en otro de Alitalia que parte dos horas antes y esto ha ocasionado el tener que esperar 5 horas en el aeropuerto de Roma; lo de las esperas en los aeropuertos lo llevo bastante mal y además a partir de las 12, solamente queda abierta una cafetería en la Terminal C por lo que no puedes dejar pasar el tiempo, aunque sea viendo tiendas y picando en alguna; en una de esas idas y venidas a la otra terminal, nos hemos colado por un lugar prohibido y nos ha parado un policía con el que, como vamos sobrados de tiempo, nos enrollamos un buen rato; casualmente habla castellano perfectamente aprendido en el Instituto Cervantes de Roma con una profesora de Burgos ¡que casualidad!.

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