viernes, 5 de noviembre de 2010

Decepcionante Tirumala II

 

Colina de Tirumala

Desde Tirupati, hay que desplazarse a Tirumala situada a 22 kilómetros de distancia en una bonita colina a 1000 metros de altitud; pero previamente hay que llegar hasta Alipiri, en donde se encuentra la barrera de entrada y también el lugar en donde hay que bajar del coche para ser cacheado por la policía y pasar por el scaner bolsos y mochilas; una vez franqueado el control, existen dos posibilidades de llegar a lo alto de la colina: la menos fatigosa, sencilla y rápida es en un vehículo y para ello en la actualidad existen dos carreteras, una de subida y otra de bajada, pues hasta hace poco tiempo solamente había una y esto ocasionaba multitud de accidentes de tráfico.


Acceso a la colina de Tirumala

Esta vía de acceso, pasa por una zona boscosa con flores de buganvilla, con muchos miradores y algunos letreros que nos recuerdan que está prohibido beber, fumar y escupir en esta zona; la segunda opción es subir a pié o en su defecto andando y la mayoría de los fieles la ; dicen las guías, que probablemente sea el mejor sendero de la India, pero para llegar arriba, hay que caminar durante 15 kilómetros, salvar unos 3550 escalones con continuas subidas y bajadas, pero eso sí, la organización del TTD que cuenta con unas 12000 personas para gestionar todo este negocio, ha habilitado sitios para descansar, servicios sanitarios, lugares para comer y beber, sendero iluminado, mucha sombra, y además te suben las mochilas, todo un detalle con los esforzados peregrinos.

Familias descansando

Lógicamente, y como yo no soy peregrino, he accedido en coche y cuando llego arriba, me encuentro con un ambiente de feria de Abril; me explicaré: gente que va y viene, familias enteras sentadas por todas las partes, multitud de puestos callejeros que venden gorras y lo que llaman pan caliente con retratos enmarcados del dios Venkateshvara con luces intermitentes de colores. Si os pregunto ¿Cuál es el lugar religioso que atrae más cantidad de peregrinos en el mundo? No es ni la Meca, ni Jerusalem, ni el Vaticano, sino este templo dedicado al dios Vhisnu que llega a recibir entre 40 y 100.000 personas por día. 


Pasillos enrejados

Dentro de este gran recinto de Tirumala todo es un gran negocio; si partimos de la premisa que este Dios tiene la capacidad de conceder cualquier deseo que se formule ante su estatua, podéis imaginar la gran cantidad de gente que espera durante muchas horas, por unos pasillos enrejados, en donde los peregrinos esperan durante horas – en ocasiones más de 10 – hasta llegar al “darsham”- la imagen de piedra negra cargada de joyas y sedas - y allí donar dinero, oro, joyas, relojes, etc, mientras el sacerdote les entrega el “prasadam” la comunión en forma de deliciosos ládus hechos de harina de garbanzos; el mero hecho de haber estado unos segundos frente al dios, les ha quitado de encima la carga de pecados y recargado las energías.

En la barbería

Como aquí todo el tema radica en ganar pasta - los periódicos publican a veces estadísticas del dinero recibido en un día, y por ejemplo el record está en 30 millones de rupias recibidas el 3 de septiembre del 2007 - otro de los métodos utilizados es donar sus cabellos a la deidad - para renunciar al ego - y para ellos en uno de los pabellones hay cientos de barberos que previo pago de 10 rupias rasuran las cabezas - de hombres, mujeres y niños - sin piedad; y por si esto no es suficiente, los cabellos recogidos en unas grandes urnas son vendidos para hacer pelucas; para que os hagáis una idea se suelen recoger al año unas 200 toneladas que generan unos ingresos de unos 20 millones de dólares; y para rematar la faena de este negocio la organización no se ha quedado fuera de las nuevas tecnologías y para ello ha habilitado un sistema llamado e-hundi para enviar las ofrendas por Internet; en fin y nunca mejor dicho “que Dios nos pille confesados”.

Vista del templo de Venkateshvara

Después de dar vueltas y más vueltas por el recinto - eso sí, descalzos - fotografiando lo que podemos, damos por concluida nuestra visita y regresamos a nuestro hotel en Tirupati, pero para colofón final y cuando abandonamos la colina atravesamos bajo un arco repleto de luces de colores que se asemeja más a la inauguración del arco de entrada en la feria de Abril en Sevilla, que a un recinto sagrado. Como ya os anticipé en mi comentario inicial, para mí ha sido una decepción la visita a este lugar y os recomiendo que si no disponéis de días suficientes, evitar este lugar, salvo que vayáis en busca del “karma”.

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