miércoles, 24 de noviembre de 2010

Kailasanatha



Torre del templo de Kailasanatha

Este templo situado en las afueras de la ciudad, y rodeado de unos bonitos jardines, presenta un ambiente muy relajado, debido en parte a los pocos turistas que lo visitan; en mi caso tengo que decir que estábamos completamente solos, pero también es verdad que con motivo de la celebración del festival de Shivratri en febrero o marzo, son miles las personas que acuden. Mi apreciación personal nada más descender del coche, y con una luz estupenda, es que es un templo pequeño – en relación con los otros templos- muy coqueto, llamativo y en donde se respira una paz y tranquilidad absoluta. Antes de entrar en sus entrañas me recreo rodeando su perímetro exterior y haciendo fotografías de su conjunto en donde destaca su torre del “vimana” que se levanta elegante con sus cuatro plantas en forma de pirámide perfecta de estilo completamente dravidiano.


Algunas de las figuras

Este templo, fue mandado construir por el rey de la dinastía Pallava Rajasimha y está consagrado al Dios Shiva; construido totalmente en piedra arenisca, es el más antiguo de Kanchi y además está en su estado original, ya que el resto de los templos fueron alterados por otras dinastías gobernantes. En su interior se aprecian perfectamente todos los elementos habituales del estilo drávida: muralla exterior, sala de columnas, capillas secundarias, torrecilla de entrada, etc.


Interior del templo

Después de dejar los zapatos en la puerta – como es habitual – accedo al interior y con lo primero que nos encontramos es con el sanctasanctórum, un enorme lingam de 8 facetas, sobre una base circular que ocupa casi toda la sala, con un prominente emblema de latón adherido al mismo. Esparcidos por el resto del templo, hay multitud de estatuas de Shiva en diferentes posturas entre ellas la competencia de danza con su pareja. En la muralla que rodea el templo está adornada con 58 santuarios que honran a Shiva y Parvati y a sus hijos Ganesh y Murugam, excepto dos: uno dedicado a Vhisnú y el otro a Brahma. También veo en lo alto de la muralla la escultura en piedra de grandes elefantes.


El nandi del jardín exterior

Si continuamos paseando por el interior seguiremos observando cientos de figuras y representaciones con cientos de posturas y si a uno lo transportan a este lugar con una venda en los ojos y de repente se la quitan, podría pensar en un escenario irreal y mágico por todas las imágenes que le rodean. Todo ello iluminado con la luz del sol, hace de este templo un lugar ideal para el relax tanto físico como mental. En la parte este del jardín exterior podemos ver un bonito ejemplar del toro Nandi – transporte de Shiva – sentado sobre una plataforma. A la salida oímos música de trompeta, se trata de un grupo de gente que transporta la urna de una cremación. Desde aquí nos vamos a comer al restaurante del hotel Regency en donde podéis comer de bufe por 400 rupias – picantito – o a la carta ¿por fin un día sin picante? y con cerveza fría. Después de comer visitaremos el templo de Devarajaswamy “el señor rey de los dioses”, antes de viajar a Mamallapuram en donde nos alojaremos en el hotel Mahabs – céntrico y con piscina -.

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