martes, 2 de marzo de 2010

Awasa - Arba-Minch

En mi última entrada, me olvidé comentaros que antes de llegar a Awasa, se pasa por Shashamene en donde existe una comunidad de rastafaris llamada Jamaica, gentes de este país que llegaron a Etiopía en 1930 y que se puede visitar, pero creo que esta comunidad rasta merece una mención especial; también os dije quién serían durante los próximos días nuestros nuevos compañeros, pero se me olvido in cluir en el grupo a Julio Iglesias, Roberto Carlos, Rocio Jurado e Isabel Pantoja; si, no penséis que me he chalado, es que a partir de ahora escucharemos todos los días, durante nuestros trayectos la música de estos cantantes que nuestros amigos etíopes llevan grabada en un pen-drive que conectan mediante un dispositivo al mechero del coche. Dicho esto, hoy es día de camino, pues tenemos que llegar a Arba-minch a media tarde para estar presentes en la ceremonia que se celebra con motivo de la fiesta del “Mescal”, pero eso no quita para que durante el trayecto vayamos parando y disfrutando de la ruta. Para aprovechar el día madrugamos y cargamos las pilas, con un copioso desayuno (os recuerdo que ayer no cenamos); después de una rápida parada para arreglar un pinchazo, enfilamos la carretera que desde Shashamene nos llevará hasta las orillas de los lagos Abaya y Chamo; nada mas salir me llama poderosamente la atención los cientos de carros cargados de leña que se dirigen al mercado y que ocupan toda la calzada; rápidamente entramos en territorio de los “alaba” pueblo dedicado a la agricultura y la ganadería; habitan unas chozas circulares con bonitas pinturas y están rematadas con una media luna, pues son musulmanes. Hemos parado en una aldea, y después de negociar el precio (a partir de aquí todo hay que negociarlo) paseamos por la misma, rodeados de gente, y viendo su modo de vida; las casas son amplias, y dentro vive toda la familia junto con los animales y la parte alta esta abierta para que pueda salir el humo del hogar. Hasta llegar a Sodo el paisaje es impresionantemente verde con valles y montañas muy similares a Galicia o Asturias. En esta zona (nos comenta Tedy) es donde Javier hizo la fotografía de su magnífico libro “Etiopía, un rostro con tres miradas”. La carretera, al igual que en el resto del país, está en obras y vemos a muchas mujeres que transportan en la espalda unos grandes fardos; se trata del “kocho”, una pasta del ensete o falso plátano con la que se hace una especie de pizza. Comemos en el hotel Bekele Mola de Sodo y paseamos por sus calles repletas de gente pues es día de mercado; me fijo en un chaval que transporta un montón de cajas de tomates en una carretilla y que el pobre, casi no puede con ella; después de comprar unas naranjas, continuamos la ruta, que a partir de Sodo se transforma en un paisaje más agreste y seco. Hacemos otra parada sobre el puente de un río, que según Tedy, hace unos días iba a rebosar. Cuando nos acercamos a Arba Minch, ya se comienza a ver la gran animación que existe en los pueblos y ya próximos a Arba Minch observamos una gran procesión de gente vestida de blanco que se dirige a la explanada de celebraciones cantando y bailando detrás de la cruz. Mi excitación crece por momentos y una vez que aparcamos nos mezclamos entre la gente que viene por todas las partes como si fueran cofradías y entramos con ellos en el recinto. La ceremonia del “meskal” va a comenzar.

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