viernes, 26 de marzo de 2010

La llamada de África

Cuando nos encontramos en el Ecuador del viaje a Etiopía y aunque aún me quedan muchas cosas que contaros, vuelve la llamada de Africa, pues como dicen muchos viajeros, no sé que tiene este continente que cuando te pica el bicho te inocula un virus que hace que en cualquier momento tengas que volver; y es precisamente esto lo que a mí me acaba de ocurrir y sintiendo mucho tener que dejar mi viaje a Etiopía a medias, hoy mismo me marcho, esta vez a Senegal.


Este país africano, es conocido por todos por el famoso rally que terminaba en el Lago Rosa de Dakar, o bien por el tema de la emigración, pero Senegal tiene otros muchos puntos de interés.


En este nuevo viaje, voy a tratar de daros a conocer esos otros lugares de los cuales no se habla, pero no por ello dejan de ser menos interesantes. En este periplo, me voy a centrar principalmente en la zona Sur que comprende el País Bassari – justo en la frontera de Mali y Guinea Bissau – en donde trataré de conocer las costumbres de sus pobladores “los Bedik”, visitando las aldeas de Bandafassi, Iwol , Ethiolo y Dindefelo en donde intentaré ver a una española que dirige un proyecto de chimpancés en esta zona; después me desplazaré a la región de la Casamance – donde viven los diola ,wolof, mandingas y peuls – para recorrer sus poblados, participar de sus fiestas ,conocer en persona al rey animista de Oussouye y recorrer en piragua sus islas – Karabane, Hitou, Niomoune.


También nos acercaremos a la aldea de M`Lomp para observar sus bellas cabañas de pisos sostenidas por bellísimas columnas. Y para finalizar el viaje unos días de relax en Cap Skirring. De todo ello daré buena cuenta a mi regreso. Solamente me queda desearos una feliz Semana Santa.

Ukali Bula. II parte

Todo esto transcurre de manera lenta y durante la ceremonia el cielo se encapota por momentos y nos cae una tromba de agua que nos cala hasta los huesos, pero esto ahora es lo menos importante, pues el ritual sigue su curso; poco después el ukuli se tumba en el suelo sobre una piel de buey y se inicia una ceremonia secreta –aunque lo intento no puedo ver nada, pues es rodeado por todos – siguiendo las pautas que van señalando los ancianos; lo que si logro ver metiendo la cabeza entre las piernas, es cuando reparten un haz de ocho látigos y se intercambian siete brazaletes de metal y uno de madera, al tiempo que pintan al ukuli la cara y derraman sobre su cuerpo leche; de repente el ukuli sale corriendo sin rumbo fijo y el resto de muchachos se dirigen al lugar de la aldea en donde se va a desarrollar el momento más importante de la fiesta y que no puede hacerse antes de la caída del sol; mientras todo esto ocurre las muchachas siguen su fiesta particular cantando y haciendo ruido y me llama poderosamente la atención que una de ellas – bastante borracha – esgrime un kalasnikov con aspecto amenazador; situados ya en el lugar del salto, los maz proceden con mucha paciencia y destreza a juntar los bueyes - en esta ocasión son doce siendo la primera una vaca - hasta formar una fila, mientras las sujetan por el rabo para que no se descoloquen; una vez dispuestas aparece el joven ukuli completamente desnudo que debe intentar efectuar el salto durante tres veces en cada dirección apoyando su primer pié sobre la vaca, para después recorrer los lomos de los bueyes sin caerse – pues esto ocasionaría que no ha superado la prueba y debería repetirlo otro año -. Terminado el salto con éxito al nuevo chernaki le quitan un palo que lleva anudado al cuello y le visten con una tela anudada a la cintura a modo de falda y una piel de oveja que devolverá cuando se case.
La familia ya habrá elegido quién será su mujer, aunque el maz se reserva el derecho a aceptarla o no y si no está de acuerdo le buscarán otra muchacha. Terminada la ceremonia todos lo celebrarán con gran cantidad de alcohol hasta la madrugada. Mediante esta descripción, he tratado de haceros llegar mi visión de esta ceremonia, pero creo que lo más impactante será ver el video en el que estoy trabajando para que veáis la imagen y el sonido en riguroso directo.

Han sido casi cinco horas las que hemos permanecido en la aldea, pero creo que ha merecido la pena, aunque hemos llegado empapados y llenos de barro; ya en el hotel, una reconfortante ducha, seguida de una cena de lujo consistente en: sopa de verduras de 1º, estofado de cabra de 2º, piña de postre y todo ello acompañado de unas cervezas fresquitas; ¿qué más podemos pedir? Por cierto, ¿qué habrá sido de la cabra que esta mañana estaba atada a un árbol?

jueves, 25 de marzo de 2010

Ukali Bula. I parte

Desandamos parte del camino que hicimos esta mañana, pues la aldea donde se celebra la ceremonia se llama Argude y se encuentra a mitad de camino entre ambos poblados; al desviarnos de la ruta principal el camino es infame y el coche va y viene de un lado al otro; por fin llegamos y ante de bajar del coche ya escuchamos de fondo cánticos y sonidos de trompetas; además ya se encuentran en el lugar algunos faranji esperando el momento. La ceremonia se denomina “ukali bula” y voy a tratar de describiros en que consiste y su desarrollo.

En la gran mayoría de etnias del mundo, el paso de la edad infantil a la pubertad tiene una gran importancia y es por ello que se celebran grandes fiestas con este motivo; en el caso de los hamer este paso, supone un salto en la escala social y esto le permitirá contraer matrimonio aunque este sea pactado entre las familias y esté sujeto a la entrega de una dote a la familia de la muchacha escogida. En esta ceremonia existen tres aspectos: el “ukali” que es el aspirante, una vez que ha efectuado el salto pasará a ser “cherkali” y transcurridos ocho días pasará a ser “maz”. Esta fiesta se lleva a cabo en la aldea y en pleno campo y a ella acude la familia, parientes y amigos del ukuli y los residentes en la aldea en donde se celebra, así como todos los maz del poblado que ya han realizado el salto recientemente y que aún no han formado familia. Nada más llegar al lugar, ya vemos a un grupo de mujeres – un poco bebidas – que con gran profusión de adornos en el pelo, cantan y bailan en sentido circular mientras hacen sonar trompetas y cascabeles que llevan sujetos a las piernas; estas jóvenes se mueven de un lugar a otro de la aldea provocando a los maz, mientras estos permanecen sentados a la sombra de un árbol pintándose la cara y portando en la mano un manojo de látigos; llegado el momento, es tal el acoso que reciben que se ven obligados a golpear en la espalda a las mujeres; todo da comienzo, cuando una de las muchachas que danza en el corro se separa del mismo y se sitúa frente al maz, cantando y casi obligando a que sea marcada y así declarar el gran cariño que siente hacia el ukuli; llegado el momento y ante tal acoso, el maz elige uno de los látigos - que previamente revisa para que tenga ninguna rugosidad y provoque el menor daño posible – y golpea en la espalda de la joven con un latigazo seco que hace unas marcas impresionantes y que las muchachas lucirán como prueba de valor, entereza y capacidad de amor; entiendo que es uno de los momentos de la ceremonia más crudos y difíciles de observar por todas las mujeres occidentales que asisten al rito, y que las obliga a cerrar los ojos o apartarse del lugar, pero también hay que entender que esta es su cultura y que tenemos que respetarla aunque sea un universo que se encuentra fuera de nuestro alcance.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Dimeka. Mercado Hamer

Después de haber disfrutado del mercado hamer de Turmi, hoy nos vamos a desplazar a Dimeka que se encuentra a 30 km. y en donde se celebra otro de los mercados más destacables de la región. Como ya os comenté en una entrada anterior, en este viaje decidimos contratar los servicios de un cocinero (Brahano) que luego demostró ser un gran chef, ya que con pocos ingredientes era capaz de hacer magníficas comidas, así que antes de partir lo primero es desayunar copiosamente inclusive con tortilla de patata ¡que lujo! Por una carretera de tierra, que dejará de serlo en muy poco tiempo vamos de camino a Dimeka, cuando de repente vemos a un joven hamer ataviado con su casquete , sus plumas y su inseparable cocota; paramos y salimos del coche para inmortalizarle desde todos los ángulos; es amable y posa sin problemas, nos despedimos, y continuamos el camino; a medida que nos aproximamos a Dimeka, vemos a una riada de mujeres cargadas como animales que se desplaza al mercado a vender o negociar con sus productos. Este mercado, se celebra en un recinto que no es demasiado grande, pero el trasiego es constante y la animación es grande; los vendedores se dividen por zonas; por un lado están los que venden leña, por otro los que venden sorgo, por otro los de la cerámica, etc; es similar al de Turmi, y después de dar unas vueltas observando a la gente y sus productos, decido colocarme en un lugar estratégico para sin dar demasiado el cante, hacer fotografías desde todos los ángulos y todos los detalles posibles; no me llaman tanto la atención como ayer pero sigue siendo un espectáculo digno de ser visto; después me desplazo a unos 200 metros en donde se encuentra el mercado del ganado y la gente se resguarda del sol debajo de una gran acacia; unas cuantas fotos más, y creo que ha llegado el momento de ir al “bar” o algo parecido a tomar algo fresco, pues el calor aprieta de lo lindo. Tengo que decir, que una de las razones de venir hasta este lugar, es poder presenciar la fiesta del “salto de la vaca” y esta mañana antes de partir de Turmi, nos han confirmado la celebración de la misma en una aldea próxima a Dimeka, así que aprovechamos para comer y descansar un rato, y posteriormente desplazarnos a presenciar otro de los momentos más impresionantes de este viaje.

martes, 23 de marzo de 2010

Un Hotel en Turmi

Turmi, es el lugar ideal para establecer la base de operaciones durante dos o tres días y así poder visitar todos los lugares de interés que hay en la zona – que son muchos - sin necesidad de tener que cambiar de hotel y además con un cierto confort; me explicaré: hasta no hace mucho tiempo en Turmi no había infraestructuras “decentes”, pues si es verdad que aunque había algunos hoteles y campamentos para poder pernoctar no eran muy recomendables. Por otra parte, en este viaje, la previsión era dormir en un campamento, pero en tiendas de campaña, pues era esto más saludable que dormir en alguno de los hoteles, pero no hace mucho tiempo, han inagurado a unos dos kilómetros del centro pasando el cauce del río un lugar llamado “Buska Lodge” que me parece un sitio ideal para relajarse al final de una jornada agotadora; como os estaba contando cuando llegamos a este campamento y comenzamos a montar las tiendas, observé unas cabañas nuevas y pregunté si estaban ya operativas, y ante la respuesta afirmativa decidí cambiar de parecer y alojarme en ellas; el lugar es bonito, tranquilo y además las cabañas son espaciosas, limpias, con mosquiteras y un porche para leer o simplemente observar; tiene un restaurante muy coqueto con un árbol en el centro y el personal es amable; además para la gente que vaya en tiendas y lleve un cocinero, tiene un lugar habilitado como cocina y comedores; solamente quiero haceros una sugerencia y es que como el generador funciona hasta las diez de la noche, procurad no elegir las cabañas que se encuentran próximas al mismo ( creo que son la 13 y la 15) pues tendréis demasiado ruido. Ahhhhhhhh, y para los que estéis en las tiendas, cuenta con unos baños y unas duchas comunitarias superlimpias. También en la recepción tiene teléfono e inclusive a veces Internet, pero pensad que estáis en Africa.

jueves, 18 de marzo de 2010

Los Hamer

Los Hamer se ubican en la parte oriental del Bajo Omo y tienen como vecinos a los “dassanetch” por el sur, a los “banna-bashada” por el norte, los “arbore” por el este y los “karo" por el oeste y constituyen aproximadamente un grupo de 15.000 individuos. Los mercados que celebran, tanto en Turmi, como en Dimeka son puntos de encuentro en donde compran, venden o intercambian sus productos (miel, mantequilla, sorgo, café, etc), pero también se pueden ver puestos de collares, calabazas, muñecos de barro y cada vez más productos plásticos ¡que pena! Las transacciones son de pequeña cuantía y aquí se suele comerciar con el excedente de productos tanto agrícolas como ganaderos lo que garantiza la supervivencia semanal al mismo tiempo que crea lazos sociales y de amistad; también es curioso observar como generalmente ocupan más espacio las vendedoras hamer que los productos que ofrecen; yo diría que es un mercado diferente y llamativo sobre todo por los vestidos y adornos que llevan y que me hace pensar por momentos en los “himba” una tribu que habita en el noroeste de Namibia. Por regla general los vestidos de las mujeres hamer están compuestos de una falda de piel de cabra, adornada con coloridas piezas de vidrio de multitud de colores; la parte delantera de la falda lleva unas piezas metálicas, cuyo peso hace que la falda caiga entre las piernas protegiendo su intimidad; la parte trasera tiene un corte alargado que les llega casi hasta el suelo, además las jóvenes hamer tienen unas figuras espectaculares y sin necesidad de ir a ninguna clínica de adelgazamiento. En la parte superior llevan los pechos descubiertos, aunque cada vez es más frecuente ver a las mujeres con camisetas publicitarias. Con respeto a los collares y adornos, llevan una especie de bandolera de concha de cauri y las más jóvenes llevan una cinta en la cabeza que soporta una fina placa metálica ovalada que sobresale ligeramente sobre la frente; también portan dos gargantillas metálicas en sus cuellos que nunca se podrán quitar y las casadas indican su estado añadiendo una tercera gargantilla de cuero de la que sobresale una protuberancia metálica en la parte delantera (esto indica que esta casada y que es la primera mujer). Además llevan collares de semillas, llamativos adornos en los lóbulos de las orejas y gran cantidad de aros metálicos en las muñecas y en las piernas; los cabellos de las mujeres están untados con grasa y un colorante rojizo. En cuanto a los hombres, la decoración es más sencilla, aunque visten una especie de faldita corta y unos complicados casquetes de arcilla en el pelo decorados a veces con plumas que son sumamente llamativos y que tienen un gran trabajo. La verdad es que hemos disfrutado de este mercado, prácticamente sin gente y sin el agobio de tener que pagar por las fotos, aunque es recomendable ser discreto. Para finalizar la tarde, y antes de ir a nuestro hotel, que en principio era campamento - aunque esta es otra historia que os contaré - paramos en el Tourist Hotel para saludar a su dueña Asafu para la que me habían mandado saludos desde Madrid, tomar una cerveza y de paso observar como las hamer pasan por delante con sus mochilas de piel, sus calabazas y sus botellas, camino de sus respectivas aldeas.

martes, 16 de marzo de 2010

Los Tsamay

Esta etnia,tiene su área de influencia en los alrededores de Weito, en la zona del curso bajo del río Omo, y como otras gentes que habitan en esta zona, dedican parte de sus tiempo al pastoreo de pequeños rebaños de ovejas y cabras lo que les obliga a recorrer grandes distancias en busca de pastos; esta vida seminómada hace que sus casas sean muy simples, pues consisten en una estructura de madera cubierta de hierbas; su dieta, aparte del ganado, la complementan con una agricultura de subsistencia a base de sorgo y sésamo y además son unos excelentes productores de miel cuyos excedentes venden en los mercados locales. Por otra parte, otro de los aspectos que llaman la atención de los hombres tsamay y que a partir de ahora será habitual en las etnias del Valle del Omo, será ver a los hombres son sus inseparables AK-47 y con sus pequeños taburetes o “cocotas” que utilizan tanto para sentarse, o a modo de almohada para dormir. Otras de las curiosidades de esta etnia que me contaron en el poblado, es que las mujeres dan a luz a orillas del río, pero sin que nadie las vea y esto provoca una gran cantidad de muertes en los partos(en estos momentos hay una ONG trabajando en la zona para mentalizar a la gente e intentar cambiar esta costumbre) y que cuando un hombre tsamay se casa, si no puede dar la dote a la familia de su esposa, su primer hijo llevará el nombre del abuelo.

Arba Minch -Turmi

La intención hoy, era salir temprano y por ello tocan diana a las 5.30 de la mañana, pero como ayer el personal estuvo de fiesta hasta altas horas de la mañana, cuando llegamos al comedor a desayunar no está ni el tato y tenemos que ir a recepción a llamarlos; al final el resultado es que salimos a las 7.30. Nada más abandonar Arba Minch, nos llama poderosamente la atención unos cilindros colgados en los árboles que resultan ser colmenas y ¡como no! paramos para inmortalizar el momento. Del tirón y disfrutando del paisaje ya no nos detendremos hasta llegar al territorio de los “konso”; aquí hacemos una breve parada aunque si que me gustaría daros algunas pinceladas de este pueblo, aunque será a la vuelta cuando paremos mas detenidamente y os hablaré de su cultura, creencias, música y tradiciones; solamente deciros, que esta gente que forman un grupo de unos 185.000 individuos, tienen una compleja y rica cultura; se dedican básicamente a la agricultura que cultivan en terrazas en las laderas de las montañas y en una tierra que no es demasiado fértil; es impresionante ver este tipo de cultivo cuando transitas por esta zona, como aran los campos con los instrumentos más rudimentarios (arados de madera) lo trabajadores que son, sus aldeas dotadas de fortificaciones de madera y lo que más llama la atención en las mujeres, son sus faldas de llamativos colores que tendré la ocasión de fotografiar durante el rato que estamos en este pueblo; seguimos nuestra ruta durante 25 kilómetros asfaltados, para después continuar por pistas de montaña en muy mal estado; por el camino tenemos la oportunidad de disfrutar de excelentes panorámicas de todo el valle del Rift. Antes de llegar a Weito, y justo antes de atravesare el río que marca la frontera entre territorio konso y tsamai hay una barrera en donde unos militares controlan el paso de personas y vehículos; a nosotros nos piden el permiso y cuando Tedy se lo muestra nos dicen que no está correcto y que no nos dejan pasar; parece ser que el problema radica en que el permiso expedido por el Ministerio de Turismo, autoriza la visita al Valle del Omo y los militares argumentan que tiene que poner cada una de las aldeas que vamos a visitar; al final después de un rato de discusión, todo se arregla con una botella de agua. Pasado el control del río, ya estamos en zona de los “tsamay” o "tsemay".

Hacemos una parada técnica para comer en la aldea de Weito, justo en el cruce, en donde hay un bareto con unos tenderetes de aquella manera y donde damos buena cuenta del menú que nos ha preparado nuestro cocinero Brahano (ensalada de pasta, embutido, piña, cervezas, coca colas y por supuesto café); continuamos nuestra ruta por una llanura, con bastante calor, hasta que pinchamos los que nos obliga a parar y cambiar la rueda en medio de la nada; normalmente siempre vamos juntos los dos 4X4 y al ver Masfen que no le seguimos se da la vuelta para ver que ha pasado, habiendo dejado a parte del grupo en una aldea de los “arbore”; solucionado el problema seguimos hasta la aldea y nada mas llegar a la misma y descender del coche, no me gusta nada la actitud de esta gente, que te rodean, te manosean, te agobian, e inclusive se pelean entre ellos, además de pedirte 2 birr por cada foto por lo que decidimos largarnos rápidamente del lugar; creo que tan sólo hago cuatro fotografías y es una pena pues lo podrían gestionar de otra manera y saldríamos ganando todos. Además a partir de este momento nos comenta Tedy, que salvo los hamer, en el resto de etnias habrá que pagar si queremos hacer fotos; en cualquiera de los casos y lo cortés no quita lo valiente, las mujeres “arbore” son bellas y se adornan profusamente con suma coquetería con pinturas y collares, su población no llega a sumar más de 6000 personas y se dedican básicamente a la ganadería. Sin más paradas, pues el tiempo apremia nos dirigimos directamente al mercado de los “hamer” en la localidad de Turmi. Son las 16.30 de la tarde cuando llegamos a la explanada del mercado que todavía se encuentra en plena ebullición, y con una luz estupenda.

jueves, 11 de marzo de 2010

Excursión al lago Chamo

Por la tarde, nos desplazamos hacia el lago Chamo, pero previamente nos pasamos por la oficina de guías, pues me parece una buena iniciativa el que tengan un orden para poder visitar el lago con un guía nativo con sus correspondientes tarifas y con una lista de espera según llegan los visitantes. Llegamos al embarcadero ( bueno, quiero decir a la orilla del lago, pues embarcadero no existe) después de atravesar una barrera con una cuerda y donde nos reciben dos individuos con el kalasnikov al hombro; nos acercan la barca a la orilla, e iniciamos la excursión; este lago de 512 KM2 y una profundidad máxima de 10 metros alberga una gran población de hipopótamos y cocodrilos que llegan a medir mas de siete metros, pero además es un paraíso para los ornitólogos; pelícanos blancos, cigueñas, ibis,garzas, cormoranes, águilas, martín pescador malaquita(que preciosidad de pájaro) , etc son algunas de las aves que podemos ver. En un entorno apacible y tranquilo, surcamos las aguas del lago en dirección al lugar donde cientos de cocodrilos reposan al sol; con cierta precaución nos aproximamos para verlos de cerca y poder hacer algunas fotos; más a lo lejos vemos las cabezas de los hipopótamos que disfrutan del agua, y que tan sólo abandonan durante la noche, para pastar en sus orillas. En los alrededores de estos lagos habitan los “ganjule y los guji” que aunque dedicados a la agricultura, aún conservan antiguas tradiciones en la caza de hipopótamos, o al menos eso es lo que dicen, aunque yo no lo he podido constatar. Es significativo ver desde lo alto estos dos lagos, separados por el parque de Nechísar, con unas aguas tan diferentes, pues mientras el lago Chamo tiene las aguas claras, las del Abaya son totalmente marrones. Este tramo de tierra que separa ambos lagos es llamado “puente del paraíso” y en época de lluvias llegan a estar comunicados por multitud de canales. Aunque todas las guías hablan de la belleza del parque, que yo no pongo en duda, si es verdad que a la hora de ver animales, aparte de algunas cebras no se ve mucho más, y no se ven por ningún lugar esos grandes depredadores de los que hablan los libros y que al igual que sucede en el parque de Mago, pertenecen a tiempos pasados. Damos por terminada la excursión y regresamos al hotel para disfrutar durante el resto de la tarde del fiestorro que tienen organizado. También tengo la oportunidad de conocer al dueño de este complejo, que es un keniano que ha venido para pasar este día tan entrañable con sus trabajadores y al que comento el lugar tan agradable y tranquilo que ha montado. Como la algarabía es grande, decidimos cenar en una de las terrazas de los bungalows, un poco apartados del bullicio y con buenas vistas del entorno; ni que decir tiene, que a estas alturas del viaje todavía nos queda botiquín (lomo, chorizo, jamón, queso), así que le damos otro tiento con unas cervezas frías y en un ambiente relajado. Todavía con la música de fondo nos retiramos a dormir, pues mañana habrá que madrugar para llegar al mercado de los “hamer” en Turmi.

martes, 9 de marzo de 2010

Los alrededores de Arba Minch

Arba Minch que en amariña significa “cuarenta fuentes” está situada a unos 500 kilómetros de Addis, constituye el final de las buenas carreteras( si podemos afirmar que hasta ahora han sido buenas) y el comienzo de las infames pistas de tierra, así como también la última parada, antes de penetrar en el territorio más hostil, pero a la vez más bonito de la zona del Valle del Omo, en donde tendremos la oportunidad de visitar esas tribus que tantas veces hemos visto en los documentales de las televisiones. Es también un lugar ideal para visitar los lagos Chamo, Abaya , el Parque Nacional de Nechisar (hierba blanca en amariña) y por supuesto la zona de Chencha, territorio de los “dorze”, situada en el monte Guge a casi 3000 metros de altitud y a donde nos vamos a desplazar hoy por la mañama; partimos a primera hora para recorrer esos 37 kilómetros que nos separan, por una carretera en continuo ascenso y que a medida que ganamos altura nos ofrece unas magníficas vistas de los lagos; esta etnia ocupa una extensión de unos 30 km. cuadrados y teje una especie de toga llamada “shamma” que se viste en toda Etiopía, pero quizás la característica más reseñable y por lo que el turismo se desplaza aquí, es por ver esas tremendas cabañas de bambú de más de 12 metros de altura y con forma de elefante, rodeadas de otras más pequeñas que hacen de habitaciones o de cocina y que habitan durante 40 años, momento en que las abandonan para construir otras. La estructura interior de la casa, esta compuesta de un recibidor en forma de nariz alargada, con interiores oscuros, unos bancos, el dormitorio, un lugar para los animales, un fogón en el centro y algunos utensilios de cocina colgados de la pared. Después de tragar todo el humo del mundo, nos movemos por la aldea para observar como tejen el algodón, y como preparan el “kolcho” que lo envuelven en las hojas del falso plátano para que fermente durante unos meses; deambulamos por las callejuelas haciendo fotos de sus llamativas casas, cuando nos ven mirar, nos invitan a pasar y recrean la ceremonia del té; en una de ellas está una pareja de jóvenes recién casados con los cuales charlamos y nos reímos un buen rato y todo ello, seguidos por una piara de chavales pidiendo que les demos algo. Hoy también es día de fiesta y las calles rebosan alegría, pues en una fecha tan especial todas las familias se reúnen para celebrarlo; casualmente nuestro guía Tedy, se ha encontrado con la madre de un amigo, con el cual compartió su estancia en Cuba y nos ha invitado a pasar por su casa; se llama Jirma y es un famoso y reputado médico maxilo-facial que trabaja en un hospital de Addis y que ha venido para reunirse con su familia, así que nos vamos hacia su casa para saludarle; nada más llegar a la puerta se arremolinan un montón de chavales que nos siguen hasta una de las habitaciones de la casa; incitados por Tedy, comienzan a cantar y a bailar y nos van contagiando a todos su alegría, lo que hace que por espacio de casi una hora todo el mundo participe de la fiesta, inclusive la madre de Jirma, hay que ver que manera de moverse, con que gracia, y con que ritmo, empleando para hacer música hasta los bidones vacíos del agua; en un momento se ha montado un fiestón de lujo que nos ha hecho disfrutar de unos momentos inolvidables. Después de la tempestad, Jirma nos hace pasar a otra estancia en donde nos ofrece una gran inyera (exquisita) que nada tiene que ver con las que se comen por ahí, que compartimos todos con su madre, su abuela y sus amigos y todo ello regado con té, cerveza casera (tala) y arake (licor). Cuando nos despedimos, en la puerta de la casa nos hacemos unas fotos con toda la familia y regresamos de nuevo hacia el hotel para descansar un rato. En el hotel también hay una actividad frenética de gente, pues casualmente, hoy inaguran el edificio del nuevo comedor que se quemó el año pasado en una boda y está aquí todo Arba Minch ya que hay grupos de música que tocarán hasta la madrugada. Nos sentamos en la terraza, con magníficas vista a los lagos y nos tomamos unas cervezas frías.

jueves, 4 de marzo de 2010

El mercado del Chat

Esta planta, cuyo nombre común es “catha edulis” se le conoce por multitud de calificativos: khat, quitapenas, tohai, kusesalahin , o “Flor del Paraíso” pues la masticación de las hojas de este arbusto, que segrega un líquido amargo, hace que sus consumidores habituales se transformen en superhombres ya que la ingestión de este narcótico cuyos principales componentes activos son la catina y la catinona, produce, como todas las drogas un subidón importante al principio, pero pasadas unas horas y cuando el efecto se pasa, deja al consumidor sumido en la miseria. Ganas de trabajar, desaparición del hambre, falta de fatiga, aumento de la sagacidad, fuente de inspiración y otras muchas más, son la consecuencia de la ingestión de esta droga, pero una vez que su efecto ha pasado, vienen las consecuencias negativas y los efectos secundarios ya que su uso crea adicción y produce en el organismo efectos devastadores tales como: deterioro mental, trastornos gastrointestinales y cardiovasculares, úlceras, insomnio, anorexia y para rematar hasta impotencia.
Etiopía, es uno de los principales productores de Chat y se ha convertido en el principal competidor del café, ya que mientras este ha visto reducidas sus exportaciones a la mitad, el chat las ha duplicado; además su cultivo es menos laborioso y exigente y su venta reporta a los campesinos mayores beneficios y más rápidos que el café.
He tenido la oportunidad de recorrer la carretera que se dirige a Harar y Dire Dawa desde Awash y todo el recorrido esta repleto de plantaciones de chat y además se puede ver la riqueza que reporta por la gran cantidad de pueblos con buenas casas y grandes vehículos 4X4. También he podido observar la gran cantidad de gente tirada en la calle por la ingestión de esta droga, que tendrá unos efectos devastadores en la población etíope, pues se perderán varias generaciones de jóvenes.
El principal mercado de chat, se encuentra de Dire Dawa de donde cada día salen entre cinco y siete toneladas de esta droga que se distribuye por todo el país e incluso se exporta a Yemen y Somalia en los aviones de Ethiopian.
Pasear por los mercados en donde se consume esta droga, es un ejercicio que entraña cierto riesgo sobre todo si eres blanco y vas con una cámara do fotos. He tenido la oportunidad de comprobarlo en el gran mercado de Dire en donde la gente compra y consume estas hojas. Aunque acompañado de Tedy y de una guía local, moverse por estos callejones es complicado, pero es así como se puede vivir y comprobar todo el entramado de este negocio que mueve millones de euros, además también te enteras de los diferentes tipos de hojas que venden, pues estas oscilan entre los 300/500 birr, las mas tiernas y mejores (para los más ricos) a los 5 birr las peores y lógicamente para los más pobres. En cualquier caso, si visitáis Dire Dawa aparte de ver la ciudad que tiene como edificio más emblemático la estación del tren que va a Yibuti, os aconsejo visitar el mercado del chat más grande de Etiopía. Además cuando lleguemos a esta zona, os recomendaré un hotel y un magnífico restaurante, aunque para ello todavía nos faltas unos días de viaje.