martes, 14 de julio de 2009

Monasterios de Bucovina. Humor y Moldovita

La carretera está en obras y además debido a la falta de indicaciones a la altura del pueblo de Gura Humorolui nos pasamos el desvío y tenemos que retroceder. Por fin, llegamos al aparcamiento del monasterio y me llama la atención la gran cantidad de puestos de artículos de regalo y los famosos huevos pintados a mano. Rodeamos el muro hasta llegar a la entrada y pagamos los tres leis de rigor(os aconsejo que no enseñéis la cámara de fotos, pues son seis leis más) y para adentro. Es el segundo monasterio que visitamos y el impacto visual no es tan poderoso como el primero, aunque no deja de sorprenderte. El modelo es el mismo, pues en torno a un enorme patio muy bien cuidado por las monjas, se sitúa la iglesia con sus excelentes pinturas exteriores; además en este monasterio hay una gran torre cuadrada en una de sus esquinas. La iglesia fue construida en 1530 y fue dedicada a la Asunción de la Virgen. En cuanto a su arquitectura presenta algunas innovaciones como el atrio abierto a tres lados y el denominado lugar secreto encima de la habitación de las tumbas. En cuanto a lo más llamativo del conjunto que son los frescos exteriores cabe destacar la Anunciación en la fachada sur; el Arbol de Isaí, escenas de la vida de los Apóstoles y San Jorge en la fachada norte; el Juicio Final en la fachada oeste y la pintura monumental de los ábsides. Pero los autores de estas pinturas también quisieron dar un tono de humor pues una pintura muestra al diablo convertido en una mujer astuta y bromista. En cualquiera de los casos y sin profundizar en cada una de las pinturas, yo prefiero valorar el magnífico escenario que forma todo el conjunto.
Retrocedemos de nuevo hasta Vama para tomar la carretera que nos llevará hasta el monasterio de Moldovita. La ruta va paralela al ferrocarril y atravesamos la vía en muchas ocasiones; al llegar al desvío hacia el monasterio nos encontramos con dos carros tirados por caballos que van recogiendo la leche por las casas y vertiéndola en grandes lecheras de zinc; es una imagen típica de la España de los años sesenta. Llegamos al aparcamiento del monasterio y como ya es mediodía las monjas están comiendo y en esta ocasión nos ahorramos los tres leis. Este monasterio al igual que los otros presenta un muro de fortificación de más de un metro de espesor y cinco de altura, conserva tres de las cinco torres originales y la iglesia de 1532 está dedicada a la Anunciación y es una de las obras más importantes del arte rumano. Los frescos exteriores realizados por Tomás de Suceava, son de una gran belleza aunque las dedicadas a la vida de la Virgen, San Nicolás y la escalera de las Virtudes situadas en el lado norte han desaparecido casi por completo, todavía podemos contemplar en todo su esplendor las pinturas del muro sur de color ocre amarillo sobre fondo azul oscuro con representaciones del Arbol de Isaí y el himno a la Virgen. En el exterior se encuentra una estatua de Petru Rares fundador del monasterio y en el museo situado en el antiguo refectorio podemos ver su magnífico trono de madera con respaldo de más de dos metros adornado con la rosa de los vientos y botones de madera.

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